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Análisis de 11-11 Memories Retold

A modo de homenaje a la paz y para hacerse eco del centenario de la Primera Guerra Mundial nos llega 11-11: Memories Retold, la nueva aventura del estudio Aardman y Digixart.

Cartel 11-11 Memories Retold
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11-11: Memories Retold es una emotiva aventura narrativa en la que descubrimos la cara oculta de la Primera Guerra Mundial, controlando a dos personajes que se ven inmersos en ella sin saber muy bien donde se metían. Como buena aventura gráfica, se centra sobre todo en su argumento,aunque hay pequeños elementos jugables que hacen que sea más llevadera y entretenida.

Su historia nos traslada hasta el 11 de Noviembre de 1916, donde conocemos a dos personajes de distintos bandos que, por diversos motivos, se ven envueltos en la guerra. Por un lado tenemos a Kurt, un técnico alemán que trabaja en una fábrica de zepelines y va a la guerra con el fin de intentar localizar a su hijo Max. Por otro está Harry, un fotógrafo canadiense contratado para ir al frente que acepta el cargo para sorprender a su amada mediante fotografías. Pronto ambos se ven metidos en un conflicto que intentaban evitar, siendo esta trama sobre sus vidas.

Como es lógico, su argumento es uno de los puntos más destacados de la aventura, y nos ofrece una visión muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados los juegos que manejan esta temática. Sus personajes son muy carismáticos y nos ayudan simpatizar con su situación, preguntándonos en todo momento que hubieramos hecho si estuvieramos en su lugar. Hay momentos de la aventura que pueden cambiar un poco el rumbo de la historia con nuestras decisiones y, sin ser demasiado notables, le añaden algo de rejugabilidad. Como coleccionables encontraréis escondidos por sus escenarios documentos que profundizan aún más en la trama, por lo que recomendamos intentar localizarlos todos.

Sus mecánicas varían un poco de un personaje a otro, pero en rasgos generales son muy similares. Podemos desplazarnos por los escenarios, hablar con el resto, interactuar con ciertos objetos y tomar pequeñas decisiones. Normalmente estaremos recorriendo sus escenarios para desbloquear una conversación o encontrar un objeto clave que nos ayude a avanzar, siendo en este sentido bastante lineal. Al menos se agradece que haya pequeños minijuegos que hacen que la aventura sea más llevadera, si bien no esperéis nada muy profundo, como un juego de cartas en el que gana el primero que señale cuando se repite una, momentos de sigilo o interactuar con algunos animales entre otros.

Kurt puede reparar equipos de radio mediante un pequeño minijuego o escuchar conversaciones a través de las paredes con un estetoscopio, lo que le permite desbloquear palabras clave que después podrá usar en las conversaciones para avanzar en el juego. También tendrá que escribirle cartas a su hija informándola sobre su situación, decidiendo nosotros si somos sinceros o le mentimos para tranquilizarla. Harry, sin embargo, debe hacer fotografías que ilustrarán los periódicos y, hasta que su carrete se termine, de algunos puntos de interés para después enviárselas a Julia y ganarse así su aprecio.

Los puzles son bastante simples y casi anecdóticos, no tardando demasiado en completarlos a poco que entendáis como funcionan. Al menos, como ocurre con los minijuegos, le añaden algo más de variedad a su desarrollo, que en ocasiones puede llegar a ser bastante monótono. Es una aventura entretenida pero, llegado el momento, los escenarios ganan en amplitud y pueden hacer que os sintáis un poco perdidos. Recomendamos echarle un vistazo a los carteles, ya que os ayudarán a orientaros y así evitar que el ritmo pueda romperse.

En cuanto a la duración ronda las cinco horas, tiempo que se puede ampliar un poco más si queréis ver los resultados de todas vuestras decisiones, aunque ya os avismamos que es un título bastante lineal y que la mayor parte de elecciones trascendentales se encuentran en el último tramo del juego.

Un aspecto que nos ha gustado ha sido su apartado gráfico, pero más por el estilo utilizado que por ser tecnológicamente puntero. Es más, gracias a sus diseños impresionistas se disimulan muchas de las carencias que tiene, haciendo que sea muy vistoso y único en este sentido. Hemos echado en falta un mayor cuidado en ciertos escenarios o animaciones, pero en general no está nada mal. A lo largo del juego también encontraréis algunas escenas, ya sean animadas o estáticas.

En el sonoro tenemos estupendas melodías compuestas por Olivier Derivière que ambientan a la perfección cada una de las situaciones que vivimos en la aventura, buenos efectos y voces en inglés o alemás de gran calidad según el bando en el que nos encontremos en ese momento. Destacar que aquí contamos con las voces de los famosos actores Elijah Wood en el papel de Harry y Sebastian Koch en el de Kurt. Tampoco queremos olvidar que todos los textos del juego nos llegan en completo castellano.

Como conclusión, 11-11: Memories Retold es un título guiado por su narrativa y que destaca precisamente por eso, su historia. Los personajes son muy carismáticos y la trama interesante, si bien puede que la temática no sea de interés para muchos jugadores y las decisiones no parecen ser trascendentales. Por otro lado, su jugabilidad está demasiado simplificada para pasar a un segundo plano, con pequeños añadidos que a la larga nos parecen un tanto prescindibles. La mejor parte se la lleva la espectacular banda sonora, el doblaje de las voces y un estilo gráfico que da la sensación de estar ante una pintura viviente.

Si os atrae la Primera Guerra Mundial y el género de las aventuras narrativas, estáis ante un juego que os enganchará por ofrecer una versión muy diferente del conflicto a lo que nos tienen acostumbrados.