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Análisis de Bow to Blood: Last Captain Standing

Una competición por la supervivencia está a punto de comenzar con Bow to Blood: Last Captain Standing, donde varios capitanes de navíos espaciales luchan entre sí.

Cartel Bow to Blood Last Captain Standing
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Bow to Blood: Last Captain Standing es un juego de acción estratégica y exploración para un jugador que se desarrolla desde una perspectiva en primera persona, donde nos ponemos a los mandos de una nave espacial voladora para intentar ganar fama en esta especie de mortal reallity show realizando diferentes misiones. Creado por Tribetoy, en este título tenemos que administrar a nuestro equipo para mantener a flote la embarcación, reunir recursos, buscar tesoros e incluso forjar alianzas temporales para acabar con los rivales más poderosos.

Las mecánicas de este juego son bastante diferentes a lo visto en otros títulos, donde no sólo tenéis que pilotar la nave por el aire, sino también gestionar la Esencia (la energía que lo mueve todo) de los escudos, los sensores, los motores, la torreta o los drones para que se adapten a nuestras necesidades en ese momento. Dicha Esencia permite potenciar temporalmente una zona, pero a costa de ello descuidaréis el resto y tardaréis un tiempo en recuperarla, así que usadla con cabeza. Para ello debemos comandar a uno de los dos robots hasta el lugar, los cuales se encargarán también de repararlo si se encuentran en dificultades. Son muy importantes y saber manejarlos es fundamental para conseguir la victoria. De vez en cuando, además, nos abordarán los de otros NPCs, donde deberéis sacar vuestra pistola y acabar con ellos como si de un shooter se tratara.

Los controles son muy intuitivos y hacen uso de una mezcla de los tradicionales para desplazar el navío en vertical y apuntar, con la cruceta para dar órdenes a los robots y activar otras opciones, junto con la opción de utilizar el giroscopio para apuntar a ciertas zonas. Estos, como es lógico, varían según la plataforma en la que juguéis, siendo en nuestro caso la versión de PS4. Comentar que el juego también es compatible con PSMove, funcionando igual de bien que con el DualShock 4.

Uno de los aspectos que más nos ha gustado es que, antes de comenzar una misión, podemos hablar con los capitanes de otros navios. Estos nos ofrecen a veces su ayuda, lo cual nos asegura más facilidad a la hora de conseguir un objetivo. Eso sí, los beneficios obtenidos serán menores ya que os tocará repartir las ganancias. Si cumplís con vuestra palabra, llegado el momento podéis formar un equipo, pero si falláis tendrá consecuencias negativas en un futuro, haciendo que el sistema de relaciones sea muy importante.

Cada personaje tiene su propia personalidad y sus preferencias, así que dependiendo de lo que hablemos con ellos podemos acercarnos o alejarnos más, influyendo directamente en el sistema de votaciones. A lo largo del juego también conoceréis a algunos patrocinadores que os pedirán ayuda en forma de objetos o fastidiando a otros personajes, teniendo que tomar vosotros la decisión de que es lo que más os conviene en ese momento pero pensando en el futuro.

El juego se divide en temporadas con siete competiciones que se dividen a su vez en dos pruebas cada una. Entre estas pruebas no podéis reparar el navío, así que tendréis que administraros bien. Cuando acaban, tal y como sucede en los reallity shows, los dos jugadores con menor puntuación son nominados para abandonar la competición, decidiendo los votos de los otros capitanes el que se va. Un detalle importante es que si destruyen la nave, las pruebas se acaban en ese momento para vosotros, así que el resultado que hayáis obtenido es el que tendréis después, sin ninguna opción de reaparecer.

Los escenarios se generan aleatoriamente, asi que dificilmente veréis dos iguales a pesar de que compartan algunos elementos y un estilo artístico. A la larga pueden hacerse repetitivos, pero no están nada mal si tenemos en cuenta que estamos ante un título competitivo. Las misiones, por otra parte, también se generan proceduralmente, encontrando una gran variedad de ellas que hacen que el juego no se sienta aburido. Encontrar objetos por el mapa antes que nuestros rivales, carreras a toda velocidad, buscar la llave que nos lleve al siguiente nivel, acabar con ciertos enemigos o detonar asteroides son solo unas pocas de ellas, así que no tenemos quejas en este sentido.

El juego, según la plataforma, es compatible con la realidad virtual. Podéis jugar de manera normal, donde gráficamente luce mejor, o con el casco de realidad virtual para obtener una experiencia mucho más inmersiva. En ambos casos es muy divertido y se juega perfectamente, así que queda en manos de los jugadores decidir cómo prefieren jugar.

La duración del juego es muy extensa, con temporadas realmente largas que nos animan a seguir compitiendo. Pero lo mejor es la gran rejugabilidad que posee, y no sólo por las misiones y escenarios que se generan proceduralmente, sino por las relaciones que podemos formar con otros capitanes, con las cuales siempre estaremos probando opciones para ver que podemos conseguir de ellos.

El apartado gráfico no está nada mal, con un estilo artístico cartoon que le sienta genial a la aventura. Las naves están perfectamente modeladas, los personajes cuentan con buenos diseños y animaciones y los efectos resultan llamativos. Los escenarios, aunque cumplen sobradamente, al generarse proceduralmente en ocasiones utilizan ciertos elementos comunes cuando ya llevamos unas partidas, por lo que a la larga pueden volverse repetitivos. Además son algo limitados y muchas veces llegamos hasta la barrera sin darnos cuenta. Desde la realidad virtual es muy similar, pero perdiendo algo de nitidez y encontrando algunos dientes de sierra en pos de una mayor inmersión.

En el sonoro tenemos melodías simples fácilmente olvidables, buenos efectos de sonido y un buen doblaje en inglés. Y es aquí donde viene una de las mayores pegas del juego, el idioma, ya que sólo está en inglés, con voces que no incluyen nunca subtítulos a no ser que sean bocadillos sin doblaje. Requiere un buen nivel del mismo, ya que muchas de las misiones nos son indicadas por el comentarista.

Como conclusión, Bow to Blood: Last Captain Standing ofrece algo original y muy divertido, con un juego que mezcla de forma muy inteligente la acción, la gestión y ciertas opciones típicas de los reallity shows. Además es un título muy extenso, sobretodo si tenemos en cuenta su gran rejugabilidad por las diferentes opciones que ofrecen los acuerdos con el resto de capitanes, junto con las misiones y escenarios generados proceduralmente. Es cierto que a la larga algunas localizaciones pueden sentirse algo repetitivas y que técnicamente no es el juego más puntero, pero aún así cumple con creces y es muy inmersivo desde la realidad virtual.

Un título que sabrá como engancharos a poco que os atraiga su propuesta, siempre y cuando el idioma no suponga una barrera para vosotros.