Análisis de Bubble Bobble 4 Friends
Los simpáticos dragones de Taito regresan en una nueva aventura con Bubble Bobble 4 Friends para Nintendo Switch, que además incluye la versión original del clásico de 1986.


Bubble Bobble 4 Friends es un título de estilo arcade y desplazamiento lateral desarrollado por TAITO Corporation en el que, manejando a uno de sus protagonistas, tenemos que encerrar a los enemigos en burbujas para después acabar con ellos. Tras más de diez años sin noticias de la franquicia, regresa con un modo cooperativo local para hasta cuatro jugadores (aunque se puededisfrutar perfectamente en solitario), más niveles y un renovado aspecto audiovisual. Por si todo esto fuera poco, la compañía está preparando nuevos contenidos gratuitos para el juego, lo que incluye nuevas fases y el regreso de cierto personaje, aunque luego profundizaremos más en estos añadidos.
Su historia nos lleva hasta la habitación de un niño que por la noche ve envuelto el lugar por una luz milagrosa, haciendo que cada objeto que alcanzan los rayos de repente cobre vida, lo que incluye al juguete favorito del niño, un pequeño dragón llamado Bub. Lleno de celos, el malvado mago Bonner desafía a los amigos del dragón a una batalla, comenzando aquí nuestra aventura. Tal y como podéis apreciar, no es nada especialmente elaborado, pero cuenta con personajes muy simpáticos y nos da una razón para comenzar nuestro viaje. Además, todos los textos del juego nos llegan en perfecto castellano.
Las mecánicas no han variado demasiado respecto a lo visto en el juego original, donde nos encontramos en una pantalla estática en la que aparecen enemigos repartidos por todas partes con los que debemos acabar. Para ello nos movemos libremente, saltamos, nos agachamos para arrastrarnos por ciertas zonas y disparamos burbujas con las que, además de saltar sobre ellas para llegar a zonas altas, podemos atrapar a los enemigos, decidiendo nosotros si acabar con ellos pinchándolas. Pero cuidado, ya que tras un tiempo se liberan.
Hay dos tipos de esquemas de control en el que cambian de botón las acciones de saltar y disparar burbujas, aunque no es nada demasiado interesante. Además, hemos echado en falta uno que fuera como el del juego original, donde debías mantener apretado el botón de salto para no pinchar las burbujas, siendo más cómodo, a nuestro parecer, que tener que pulsar hacia abajo.
Uno de los añadidos es que, tras completar cada uno de sus mundos, desbloqueamos una serie de habilidades especiales muy útiles que se asignan a los botones superiores del mando, tales como una mayor distancia a la hora de lanzar burbujas o algunas con propiedades especiales que nos ayudan a acabar con los enemigos de distintas formas. Estas van subiendo de nivel, pero su uso es limitado durante las fases. Lo que más nos ha gustado ha sido el cooperativo local para hasta cuatro jugadores, donde cada uno maneja a un protagonista (Bub, Bob, Pab y Peb) y comparten vidas para completar los niveles, por lo que la cooperación es fundamental. Cabe recalcar que sólo cuenta con cooperativo local, nada de online.
En total contamos con cinco fases que se dividen a su vez en diez niveles, lo que hace un total de 50 a superar, que además podemos volver a pasarnos una vez completados pero con más dificultad. Cada diez niveles tendréis que enfrentaros a un jefe que, si bien le aportan algo de diversidad a la aventura, no son complicados de derrotar al tener unas pautas de actuación demasiado sencillas.
También nos gustaría comentar que cada uno de sus mundos cuenta con las letras de EXTEND a coleccionar, con la posibilidad de ver las que nos faltan, y hasta tres estrellas a conseguir, así como burbujas especiales que nos ayudan a acabar con enemigos en determinadas ocasiones. Esto, junto a la puntuación a superar, hace que sea un título muy rejugable, sin olvidarnos de que hay desbloqueables tales como melodías o un par de vídeos en el Álbum de recuerdos.
Al igual que en la versión original, dentro de las simpleza de sus mecánicas es un juego muy divertido y que sigue funcionando bien a día de hoy, con la posibilidad de activar el modo invencibilidad si el personaje muere varias veces (algo que no recomendamos). Por si queréis comprobar las diferencias, el juego incluye una recreativa en el menú principal que permite jugar al Bubble Bobble original de 1986, encontrando 100 fases a superar que, además, pueden jugarse en coopertativo local, donde uno maneja a Bub y otro a Bob.
No queremos olvidar que los desarrolladores han anunciado que lanzarán una expansión gratuita para el juego que, además de incorporar nuevos niveles, incluirá a uno de los enemigos favoritos de los aficionados, Baron von Blubba. Todavía no se sabe cuando se lanzará, pero prometen novedades sobre esto y otras características adicionales en las próximas semanas.
Su apartado gráfico es bastante simple, con estructuras de niveles sencillas que tienen tras de sí proyectados la parte de la habitación en la que nos encontremos. Al menos el diseño de los personajes, tanto de protagonistas como de los enemigos, resulta muy simpático, lo que hace que sea apto para todo tipo de públicos junto con su gran colorido. Además funciona en todo momento con mucha fluidez. Algo similar ocurre con el sonoro, con efectos que cumplen sin más y una melodía que acaba repitiéndose hasta la extenuación. Al menos los textos nos llegan en completo castellano.
En definitiva, Bubble Bobble 4 Friends es, como buen juego arcade, un título que sin demasiadas pretensiones y ajustando un poco su sistema de control, sabe como divertirnos en todo momento. Hemos echado en falta alguna que otra novedad y una mayor cantidad de contenidos, aunque esto último se irá solucionando con nuevas fases y enemigos gratuitos. Lo mejor es que ahora podemos jugar junto a otros tres amigos en el modo cooperativo local, así como disfrutar de la recreativa original de Bubble Bobble, lo cual es un gran añadido para realizar comparaciones.
Un juego ideal para pasar un buen rato en familia sin impotar el nivel de habilidad de cada jugador al tener unos controles simplificados y toda la diversión que saben ofrecer los juegos arcades.