Análisis de Carrion
Infunde el miedo entre tus captores con Carrion, el nuevo juego de Phobia Game Studio y Devolver Digital que nos pone en la piel de una peligrosa criatura.


Carrion es un terrorífico título de acción 2D al estilo de los metroidvania, donde exploraréis una peligrosa instalación resolviendo puzles, devorando gente para aumentar el tamaño de la criatura y adquiriendo nuevas habilidades que permitan acceder por lugares por los que en un primer momento parecía imposible. Desarrollado por Phobia Game Studio, en colaboración con Devolver Digital, en esta aventura nosotros somos el monstruo o, al menos, eso es lo que nos quieren hacer creer.
Su historia nos pone en el papel de una extraña criatura con tentáculos que fue capturada y encerrada en una instalación con grandes medidas de seguridad. Ahora, cansada de su cautiverio, se prepara para escapar del lugar destrozando todo lo que se interponga en su camino, aunque para ello tiene que burlar la seguridad, devorar a todas las personas que salgan a su paso y evolucionar para tener una oportunidad.
La trama nos sirve como motivo para avanzar y acabar con todo lo que sale a nuestro paso, aunque no esperéis nada demasiado profundo más allá del final. No se cuenta mucho a lo largo de su desarrollo y, lo poco que veréis, tendréis que interpretarlo mediante lo que ocurre en pantalla, dejándonos con la intriga hasta los últimos compases de la aventura con algunos flashbacks. Los textos, eso sí, nos llegan en castellano.
Las mecánicas son un tanto diferentes a lo visto en otros juegos, donde manejamos a una criatura que se desplaza ágilmente en cualquier dirección, utilizando sus tentáculos para acabar con los enemigos que se interponen en su misión, arrancar algunos obstáculos e interactuar con otros elementos del entorno. Ésta cuenta con su propia vitalidad, la cual sólo se pierde al ser atacada por los humanos de la instalación. De igual forma, para recuperarla tenemos que devorarlos (con algunas excepciones) o visitar los biomas que hemos capturado, que vienen a ser los puntos de control del juego y, en algunos casos, túneles que nos llevan hasta otras localizaciones.
Al principio nos ha costado un poco hacernos a los controles al no estar acostumbrados a manejar a un personaje que se desplace con tanta agilidad y no estar explicado con demasiada claridad en los tutoriales, pero al cabo de un rato os moveréis con soltura. A ello tampoco ayuda que, cuando tiene mucha masa, nos cuesta identificar cuál es la zona central y, como consecuencia, intentar pasar por lugares estrechos es algo complejo en medio de la acción.
Pero la parte más interesante de esta aventura viene dada por la exploración. Nuestra criatura cuenta con un ecolocalizador que le permite detectar tanto a humanos como los puntos de control desbloqueados, lo que nos ayuda a buscarlos con más facilidad por el mapa. También hay unos carteles muy útiles que nos indican lo que nos falta por hacer en una determinada zona, ahorrándonos así viajes innecesarios cuando hemos conseguido hacer el cien por cien del lugar. El problema llega cuando no encontramos el camino y nos toca resolver sus acertijos. Algunos tienen fácil solución, pero para otros deberéis haceros con nuevas habilidades para la criatura a través del ADN que encontraréis en las unidades de contención, haciendo que tengáis que viajar desde una punta del mapa hasta la otra.
Estas habilidades son de varios tipos, encontrando una especie de telaraña con la que alcanzar palancas lejanas, la posibilidad de hacernos invisibles o incluso de controlar a las personas del lugar, entre otras. Algunas no tienen ningún coste, las hay que requieren uso de energía eléctrica y otras, que suelen ofrecer los puzles más interesantes, sólo pueden usarse con cierta cantidad de biomasa. La biomasa marca el tamaño de nuestra criatura, encontrando varias fases a lo largo del juego. Si necesitamos que sea pequeña podemos recurrir a unas zonas acuáticas donde dejarlas, así como recuperar la que hayamos dejado para volver a su tamaño normal.
Por otra parte, los enemigos son bastante variados, encontrando humanos a los que simplemente comernos para recuperar vitalidad, otros armados con pistolas, los que llevan escudo protector y tenemos que sorprender por la espalda o los equipados con lanzallamas, que nos obligan a meternos en el agua si nos alcanzan, entre otros. También hay varios tipos de robots que tendréis que derrotar para poder abrir ciertos mecanismos.
Como curiosidad, también manejaréis a humanos en los flashbacks, estando centradas estas partes en pequeñas resoluciones de puzles que, si bien en lo jugable son bastante limitadas, nos ayudan a conocer más detalles de la historia.
La duración de la aventura no está nada mal, sobre todo si tenemos en cuenta el precio al que se lanza, pudiendo completarlo en unas 8 horas al 100%. Éste es uno de los mayores problemas del juego, no ofreciendo demasiada dificultad más allá de resolver los puzles y encontrar el camino a seguir, siendo un tanto confuso si no utilizamos el mapa. Otro aspecto que nos hubiera gustado es ver algún elemento nuevo tras completar la historia que nos diera un motivo para rejugarlo.
Su apartado gráfico utiliza un estilo pixelado bastante conseguido, con nuestra criatura y los humanos bien representados y escenarios que, pese a desarrollarse todo el juego en una instalación, ofrecen variedad de biomas para aportarle más diversidad al desarrollo. Los efectos, por otra parte, también gozan de una buena calidad, con unas físicas cuidadas y funcionando además el juego con mucha fluidez en todo momento.
En el sonoro tenemos melodías un tanto escasas pero que se adaptan bien a todo lo que sucede en pantalla, dejando la mayoría del tiempo paso a unos efectos que le dan ese ambiente de terror que buscan junto con los gritos de los personajes. Todos los textos, como hemos comentado, nos llegan en castellano.
Carrion es, como conclusión, un título divertido y diferente que nos permite disfrutar de la perspectiva de la criatura, con escenarios amplios a recorrer y estudiar, junto con unos puzles bastante ingeniosos. Acabar con los humanos es divertido, aunque nos ha parecido demasiado sencillo superarlos. Algo más desafiantes son las máquinas hasta que descubrimos sus puntos débiles. La duración no está nada mal y le faltan algunos elementos extra que le añadieran rejugabilidad.
Aquellos que busquen algo diferente lo encontrarán en Carrion, donde disfrutaréis causando el pánico entre toda la instalación mientras evolucionáis a la criatura. Además se lanza a un precio muy asequible y estará disponible gratuitamente para los usuarios de Xbox Game Pass.