Análisis de Conan Exiles
Funcom nos trae un nuevo juego de supervivencia multijugador que tiene lugar en el universo de Conan el Bárbaro. Prepárate para la aventura en Hyboria con Conan Exiles, título que hoy ocupa nuestro análisis.


Conan Exiles es un juego de rol y acción online de mundo abierto con grandes dosis de supervivencia, donde creando un avatar que nos represente utilizando su potente editor empezamos un viaje cargado de peligros.Aquí tenemos que utilizar nuestras propias manos para fabricar poco a poco fortalezas, que pueden incluso convertirse en ciudades, recolectando materiales y gestionándolos para intentar sobrevivir mientras progresamos. Además tenemos que participar en luchas que nos permiten controlar avatares divinos, capaces de arrasar las bases rivales.
Su historia nos pone en el papel de un personaje al que han exiliado, desterrado y oprimido, sentenciado a vagar por un desierto salvaje en el que los débiles son aplastados y solo los fuertes pueden vivir. Con el fin de sobrevivir, tenemos que luchar, construir y dominar el mundo, ya sea en nuestro propio servidor en solitario o bien colaborar con nuestros aliados para acabar con enemigos en el multijugador online.
El argumento no está nada mal, con oscuros secretos que descubriréis a medida que recorráis su vasto mundo, el cual está repleto de antiguas civilizaciones con sus respectivas religiones y criaturas místicas. Está muy bien documentado, algo que agradecerán los seguidores de las novelas, y, aunque no es controlable, Conan hace acto de presencia en determinadas ocasiones.
Las mecánicas funcionan bastante bien, con un botón de ataque normal, otro para los especiales y la posibilidad de defendernos, esquivar, correr, nadar, bucear o incluso escalar cualquier superficie, teniendo una barra de estamina que limita estos movimientos. Aquí cada elemento equipado determina como nos movemos y el tipo de ataque, ya sea cuerpo a cuerpo o a distancia, influyendo también la sed, el hambre, la climatología o el estado del personaje en las batallas. Y cuidado, la vitalidad no se regenera como pasaba en anteriores fases de desarrollo del juego y el espacio en el inventario es limitado, por lo que si cogemos demasiados elementos nuestro personaje apenas podrá moverse.
Esto último hace que en todo momento estemos fabricando útiles con los materiales recogidos por el mundo. Y es que la elaboración es uno de los pilares fundamentales de este juego, ya sea para equipar a nuestro personaje, alimentarnos o crear infraestructuras donde podamos sentirnos seguros ante las múltiples amenazas que encontraréis a lo largo del mundo de Hyboria. Al principio tenemos pocos elementos a crear, pero según subimos de nivel y cumplimos con los requisitos vamos desbloqueando otros cada vez más potentes.
Pero para poder fabricar antes tenemos que recoger materiales que nos permiten aprender nuevas dotes, que viene a ser el árbol de habilidades del juego. Este lugar se divide en varias ramas diferentes: Construcción, Decoración, Supervivencia, Armas, Armaduras y Religión. No todos los útiles podemos crearlos en el momento, sino que tenemos que hacer uso de la forja, bancos de trabajo, curtidoras y otros elementos para poder tener acceso a ellos. Es un gustazo ver la gran sensación de progresión que deja, donde empezamos con las manos vacías y podemos llegar a forjar nuestro propio imperio.
Tan importante como la elaboración es el culto que elegimos a lo largo de la aventura. Hay un total de seis disponibles: Mitra, Set, Yog, Ymir, Crom y Derketo. De esta elección depende el trato que recibimos por parte del resto del mundo y, como es normal, algunos tienen ventaja sobre otros. Además, llegado el momento es posible invocar grandes criaturas, muy útiles para asaltar las fortalezas de otros usuarios o a la hora de defendernos.
A medida que vamos cumpliendo con las misiones ganamos experiencia con la que subir de nivel y puntos de mejora a invertir en diferentes parámetros del personaje: Fuerza, Agilidad, Vitalidad, Precisión, Coraje, Carga y Supervivencia. Gracias a estos apartados, cada jugador podrá optar por el estilo que más se adapte a sus necesidades, haciendo que la experiencia sea muy personalizada.
Los enemigos son muy variados, encontrando desde animales reales como cocodrilos o escorpiones hasta otros ficticios como enormes dragones o esqueletos. Dependiendo de la dificultad que hayamos seleccionado, la localización de los mismos y su poder varían. Por desgracia, su inteligencia artificial es muy limitada, lanzándose a lo loco hacia nosotros con patrones que se repiten en demasía.
El mundo del juego es bastante grande, con diferentes ecosistemas y una gran libertad para recorrerlo. Nos ha gustado mucho que las diferencias entre zonas y la transición entre el día y la noche no sean meramente estéticas, sino que afectan directamente al estado del personaje, pero de una forma en la que debemos estar antentos sin llegar a agobiar en ningún momento. Eso sí, la distancia entre un punto y otro puede ser enorme, así que siempre nos recomiendan crear lugares de descanso, como una cama o un petate, que nos sirvan como puntos de control desde los que hacer viajes rápidos o reaparecer si nuestro personaje muere. De lo contrario seremos llevados hasta el desierto inicial.
Así mismo, el mapa del que disponemos al principio está muy vacío, pero según lo recorremos podemos añadir marcadores que nos dan pistas sobre los elementos que allí encontramos para que poco a poco podamos avanzar sin demasiados problemas.
No hay que olvidar que el juego incluye una opción competitiva, en la que sus jugadores se enfrentan online contra otros utiliizando la estrategia, y otra cooperativa, donde los usuarios colaboran para avanzar por su mundo sin el temor de poder ser atacados por otros usuarios, afrontando juntos todos los desafíos que nos proponen. Este último nos ha gustado más, siendo un placer viajar por su mundo y progresar con un compañero. Además hay un modo extra llamado la Purga en el que toca sobrevivir a incesantes enemigos, creando una gran fortaleza y buscando todos los guerreros posibles para que luchen de nuestro lado.
El apartado gráfico no está nada mal, con un enorme mundo abierto que destaca por su variedad y cantidad de detalles, todo inspirado por las novelas de Conan. Otro aspecto que nos ha gustado mucho son los efectos, ya sea la iluminación, los cambios climáticos o la transición entre el día y la noche. Los personajes y criaturas cuentan con un buen modelado, aunque por desgracia no se puede decir lo mismo de sus animaciones, que resultan un tanto ortopédicas y muy mejorables. A ello tampoco ayudan unas físicas poco realistas o un rendimiento que, a veces, deja mucho que desear en consolas.
Lo mismo pasa con el sonoro, donde encontramos buenas melodías, ya sean nuevas u otras recicladas de otras entregas de la saga, adaptándose muy bien a cada situación del juego. Los efectos están conseguidos, si bien hemos encontrado algunos fallos de sincronización en la versión de consolas. Lo mejor es que todos los textos del juego nos llegan en completo castellano para seguir sin problemas su argumento, estando las voces en inglés, con una interpretación bastante buena por parte de los actores de doblaje.
En definitiva, Conan Exiles ofrece un enorme mundo a explorar, lleno de peligros medioambientales y montones de enemigos acechando en cada rincón. Los elementos de supervivencia están muy conseguidos, con un sistema de progresión muy satisfactorio que os hará pasar de la nada más absoluta a tener grandes fortalezas y seguidores. En general es tremendamente adictivo, ya sea jugando en solitario u online, aunque si queremos ver todas las bondades del juego recomendamos formar una buena comunidad.
Es cierto que todavía hay elementos a mejorar, como ciertos aspectos gráficos o pequeños ajustes en la jugabilidad que afectan a los enemigos, pero creemos que tiene el potencial para convertirse en uno de los mejores juegos sobre Conan y su universo, en especial recomendado para aquellos que disfruten con la recolección de materiales y la creación de objetos con el fin de sobrevivir.