Análisis de Cooking Mama Sweet Shop
Conviértete en el mejor pastelero con Cooking Mama: Sweet Shop, la nueva entrega de la franquicia desarrollada por Rising Star Games en la que nos invitan a crear una gran cantidad de nuevas recetas.


Tal y como sucede con el resto de la franquicia, estamos ante un título en el que nos toca cocinar con Mama. En esta ocasión tenemos una tienda que debemos revalorizar a través de nuestros productos, creando postres cada vez más complejos que hagan que la clientela aumente.
Cooking Mama: Sweet Shop se divide en un total de 60 recetas diferentes, donde participamos en más de 160 minijuegos que hacen uso de todas las capacidades de la familia de consolas de Nintendo 3DS. La mayor parte del tiempo la pasamos utilizando la pantalla táctil para cortar, batir, amasar o rallar entre otras muchas acciones, aunque también hacen acto de presencia el micro o el giroscopio en ciertos momentos.
Los minijuegos son bastante divertidos y cuentan con pequeños tutoriales que nos explican sus mecánicas, las cuales están pensadas sobre todo para los más pequeños de la casa. Es un juego que en general es sencillo, así que si buscabais un gran desafío quizás no esté pensado para vosotros. En lo negativo hay que decir que a la larga nos damos cuenta de que estos minijuegos cuentan con bastantes similitudes entre sí, por lo que a la larga se acaban haciendo un tanto pesados.
En cada uno de los pasos de las recetas recibimos una valoración que depende de nuestra actuación, con medallas de bronce, plata u oro. Obtener el oro, como hemos comentado, suele ser simple, pero si por algún motivo fallamos Mama estará ahí para echarnos una mano y terminar la receta. Al finalizar la receta se nos puntúa con un número del cero a cien y, aunque en el modo individual no tiene demasiada importancia, en otros – de los que os hablamos más adelante – abre una competición con otros jugadores.
Todas las recetas no están disponibles desde el principio, las desbloqueamos poco a poco al completar otras. Además, los postres que hemos terminado podemos exponerlos en la tienda para atraer a más clientes y así obtener más tiques, colocándolos de la manera que más nos guste.
En cuanto a modos de juego tenemos Mi tienda de dulces, que equivale al modo principal de la aventura, y ¡A Jugar Todos!, un multijugador local en el que pueden participar hasta cuatro jugadores en modo descarga, así como las típicas opciones. Dentro de Mi tienda de dulces tenemos varias modalidades:
La principal es, como es lógico, A Hacer Dulces, en la que nos toca crear junto a Mama las distintas recetas del juego. Los postres que hemos creado después los tenemos que colocar en Mi tienda para atraer a clientes y venderlos por tiques que sirven para hacernos con nuevos trajes para Mama, diseños de cocina, objetos para la tienda o elementos de decoración para las fotos en A Comprar. En el Estudio foto visualizamos las fotos de los postres que hayamos realizado y guardado. La Galería de Mama nos permite personalizar el atuendo de Mama, utilizar los elementos que hemos comprado para decorar la tienda y la cocina, y cambiar los útiles que usamos. Por último está el Desafío mundial, en el que hay que cumplir las exigencias de clientes de todo el mundo para poco a poco abrir nuevas tiendas y establer marcas que podemos comparar con otros jugadores.
En cuanto a duración el juego no está nada mal, con montones de minijuegos a superar y que se ve ampliado por la competición que ofrece el Desafío mundial y ¡A Jugar Todos! por intentar alcanzar las posiciones más altas en las tablas de clasificación. Gracias a los múltiples desbloqueables que encontraréis se alarga aún más.
El apartado gráfico es muy sencillo, pero utiliza un gran colorido que hace que rápidamente entre por los ojos. Los personajes están representados mediante un estilo chibi tridimensional, con animaciones simpáticas que le dan ese toque alegre. Esta alegría también se aplica a escenarios y postres, consiguiendo que a pesar de las limitaciones el título cumpla. El 3D no está demasiado aprovechado y sólo destaca más cuando nos equivocamos con algún paso.
Las melodías siguen con el estilo de sus gráficos, aunque se nos antojan un tanto escasas y no están demasiado inspiradas. Tenemos voces en inglés bastante buenas, pero hay tan pocas frases que a la larga se vuelven repetitivas. Los efectos tampoco destacan demasiado. Al menos se agradece que todos los textos del juego estén en completo castellano.
Cooking Mama: Sweet Shop cuenta con montones de recetas y minijuegos que aseguran muchas horas de juego y diversión. Los desafíos y el multijugador local fomentan la competitividad para hacer que sea aún más duradero, a lo que hay que sumarle los distintos desbloqueables. Peca de ser repetitivo en exceso con el paso de las horas, así como de ser un tanto simple para hacerlo apto para los jugadores menos expertos.
Si buscáis un juego simpático y duradero estáis ante una buena opción de compra, aunque su dificultad lo hace más disfrutable por los pequeños de la casa.