Análisis de Danger Zone
Ponte al volante de tu vehículo de pruebas y causa el mayor accidente posible con Danger Zone, el nuevo juego de Three Fields Entertainment que ya se encuentra disponible para PlayStation 4 y PC.


Danger Zone es un juego de conducción tridimensional que se centra en causar el mayor caos posible en carretera para que se produzcan accidentes y así lograr más puntuación. Con esta simple premisa el juego nos lleva a través de 20 instalaciones de pruebas de choque divididas en tres Fases de Prueba que se desbloquean según vamos consiguiendo medallas. Junto a ellas tenemos un Entrenamiento con cuatro pruebas que nos explican los conceptos básicos del juego.
El sistema de control es muy sencillo, y sólo tenemos un botón para acelerar, otro para frenar, el del SmashBreaker y las palancas para mover el coche y la cámara. Esto hace que sea apto para cualquier tipo de jugador, no tardando prácticamente nada en hacerse a ellos. Al realizar giros no es del todo preciso, pero funciona bastante bien.
Nada más comenzar una prueba se nos ofrece un pequeño vistazo a la pista en cuestión que nos muestra los lugares por los que aparecerán los vehículos, en que momento y determinadas rampas. Esto es muy importante, ya que nos permite calcular con precisión la ruta que debemos seguir y pensar la mejor manera de causar un gran accidente.
Una vez que nuestro vehículo se pone en marcha tenemos que causar un accidente con un determinado número de vehículos para poder desbloquear el primer SmashBreaker, una explosión con la que crear más daños que además nos permite manejar ligeramente el vehículo en el aire para alcanzar otros lugares. Por el escenario, además, encontraréis repartidas unas señales de SmashBreaker con las que conseguimos una explosión extra y diversas monedas de diferentes valores con las que mejorar nuestra puntuación final. Si logramos obtener todas las monedas del escenario se desbloquea una de oro que, al conseguirla, desbloquea una gran bonificación final.
Como véis plantear una buena estrategia es lo más importante en este juego, intendo lograr con el primer impacto que bastantes vehículos se estrellen para conseguir el SmashBreaker y, una vez que explote, intentar llegar hasta el resto de señales y monedas. Todo ello sin olvidarnos de crear el mayor caos posible, ya que cuantos más vehículos se ven implicados mayor es la puntuación, concediendo puntos de bonificación extra por explotar coches mientras utilizamos el SmashBreaker o cuando los lanzamos fuera de la carretera. Pero cuidado, si nuestro coche cae fuera de la carretera quedaremos eliminados de la prueba al instante.
Las pruebas miden nuestro rendimiento con medallas de Bronce, Plata y Oro, cada una con una puntuación objetivo a conseguir. Para lograr la de mayor valor es altamente recomendable conseguir todas las monedas del escenario, aunque, como es lógico, también causar un gran accidente. Lo mejor es que el juego cuenta con tablas de clasificación online con las que podemos comparar nuestro rendimiento con el de otros jugadores, haciendo que se desate una competición por intentar conseguir llegar hasta lo más alto.
En el lado negativo tenemos un juego que puede terminarse en pocas horas, con un número reducido de escenarios. Una vez completado no encontraréis diferentes motivos para rejugarlos más allá lograr las medallas de oro, los trofeos y obtener puntuaciones altas para escalar en las tablas de clasificación. Nos hubiera gustado algún tipo de incentivo como monedas para comprar más vehículos o decoraciones que alargaran más la vida útil del juego.
Gráficamente cumple con su cometido, con vehículos y escenarios bien modelados que poco a poco se destruyen. Ciertas texturas dejan bastante que desear, pero no es algo grave. Nos hubiera gustado ver también algún escenario exterior. Las físicas son un tanto mejorables, aunque da gusto explorar el coche y ver como el resto de vehículos salen por los aires a cámara lenta. Los efectos, como las explosiones o el fuego, podrían estar un poco mejor representadas.
El apartado sonoro nos ha defraudado bastante más, ya que no encontraréis ni una sola melodía que le de un poco más de ritmo a la acción o a los escasos menús. Al menos los efectos están bastante bien, como las explosiones, los impactos, el crujir de los vehículos o las sirenas entre otros. Comentar también que el juego llega completamente en inglés, aunque los textos son tan escasos que casi se podría haber prescindido de ellos.
Danger Zone propone una fórmula que ya vimos en el anterior juego de la compañía - Dangerous Golf - y en otros títulos en los que trabajaron sus empleados en el pasado: causar la mayor destrucción posible para obtener una gran puntuación y ascender así en las tablas de clasificación. En general dichas mecánicas funcionan bien, pero la escasez de contenidos puede hacer que nos cansemos de él en poco tiempo.
Los que disfrutaron en su día del modo Crash de Burnout 3: Takedown encontrarán un título que sigue su estilo jugable, aunque pierde la espectacularidad del mismo en otros apartados.