Análisis de Dark Devotion
Tras su debut en PC, Dark Devotion llega a consolas para seguir con la lucha e intentar escapar de un templo que pondrá a prueba tu fe.


Dark Devotion es un juego de acción 2D de desplazamiento lateral con elementos de rol y cuatro grandes zonas a explorar, siendo la nueva creación del estudio francés Hibernian Workshop. Aquí tendréis que recorrer un enorme mapa interconectado, lleno de peligrosos enemigos, rutaslaberínticas y trampas en cada rincón que os obligarán a tener mucha precaución antes de dar el siguiente paso, mejorando el equipamiento y aprendiendo nuevas habilidades que os permitan seguir avanzando en la aventura.
Su historia nos lleva hasta un mundo donde, tras atravesar una era oscura y lo único que les queda es su devoción, prima la religión y aquellos que se saltan sus normas son castigados cruelmente. Lo que no sabían es que su búsqueda de la divinidad los llevaría hasta un oscuro y peligroso templo del que nadie ha conseguido regresar. Un lugar en el que los pequeños son separados de sus padres para convertirlos en brutales guerreros y se enfrentan a una cruzada sin fin en equipo. Pero hay una excepción, una guerrera templaria que sólo cuenta con su propia fe para intentar escapar de este siniestro templo con vida.
Este argumento nos ha gustado bastante, aunque es cierto que nos obliga mucho a conversar con otros personajes y a explorar a fondo el mundo si queremos comprenderla. Al igual que su ambientación, es muy oscura, decadente y llena de misterios, despertando nuestro interés a lo largo de la aventura. Además los textos nos llegan en completo castellano para que no tengamos problemas a la hora de seguirlo.
Las mecánicas funcionan bien, pero no nos han acabado de convencer en ciertos aspectos. Aquí podemos desplazarnos lateralmente por los escenarios, así como escalar o descender por ciertos lugares. Después tenemos un ataque, la posibilidad de defendernos o bien rodar, gastando cada uno de estos movimientos parte de la barra de resistencia que se rellena con el tiempo. No tenemos la posibilidad de saltar, así que algunos momentos de plataformeo tienen que ser superados rodando, algo que estaría bien si el desplazamiento de nuestro personaje no fuera tan tosco y lento. Es algo que se nota especialmente a la hora de combatir, ya que se vuelve fundamental pensar cada movimiento antes de realizarlo al ser los enemigos más ágiles que nosotros.
El equipamiento también juega un gran papel en la aventura, consiguiendo nuevas armas o piezas de armadura a medida que avanzamos y con un gran número a nuestra disposición. Éste se puede forjar desde la base o bien obtenerlo de tesoros o enemigos caídos para hacer que cada vez nos sintamos más poderosos. Además podemos coger ciertos objetos que facilitan el progreso, teniendo hasta cuatro ranuras para ello. Pero cuidado, ya que si el personaje muere perderá todo lo que llevaba encima, obligándonos a forjarlo de nuevo o conseguirlo a lo largo del viaje. Al menos podemos ir desbloqueando nuevas armas y objetos a forjar desde la base para empezar mejor preparados, haciendo que se sienta un progreso a pesar de ser un tanto pesado tener que pasar por este proceso cada vez que muere la protagonista. Lo peor es lo engorroso e innecesario que resulta tener que agacharnos en una determinada zona para coger los objetos.
En cuanto a enemigos hay bastante variedad, suelen ser más rápidos que nosotros y, aunque son desafiantes, no cuentan con un gran repertorio de movimientos. Esto no ocurre con los jefes, que sorprendentemente abundan y cuentan con muchos patrones que nos toca estudiar si queremos salir victoriosos, siendo uno de los elementos más destacados de toda la aventura.
Lo que sí nos ha gustado es que, al derrotar a los rivales, obtenemos experiencia a invertir en nuevas habilidades que facilitan mucho nuestro viaje, como una mayor resistencia, agilidad o un mejor manejo de las armas entre muchas otras. También eencontraréis unas runas que mejoran permanentemente los atributos de nuestro personaje, haciendo que en general cada vez sea más sencillo avanzar.
La parte más original de todo el juego se la lleva el sistema de fe. Al acabar con los enemigos obtenemos además unos puntos de fe con los que, al rezar, podemos activar ciertas plataformas para abrir nuevos caminos, zonas para curarnos o runas entre otros, premiándonos con una mayor cantidad cuanto mejor actuamos frente a los peligros. Es algo que nos ha gustado mucho, siendo muy coherente con todo lo que nos cuenta el juego.
Los escenarios, por otra parte, no están nada mal, con montones de rutas a descubrir llenas de secretos, muchos enemigos y trampas escondidas en cada rincón. En ocasiones hemos notado que algunos elementos se repiten en exceso y pueden dar la sensación de estar pasando una y otra vez por una misma zona, pero no es algo demasiado preocupante.
Quizás el mayor problema de este juego viene dado por lo injusto que es en determinadas ocasiones, con trampas y enemigos que aparecen de lugares muy oscuros y son prácticamente invisibles o ciertos pinchos colocados en zonas donde en principio parecía que podíamos caer. Esto nos obliga a ir con mucha cautela, observando todo lo que nos rodea y estudiando los movimientos de cada enemigo. Es algo que no estaría mal si se conservara parte de lo que hemos conseguido con anterioridad, siendo algo frustrante a veces tener que empezar desde el principio por errores que no hemos cometido nosotros y con un sistema de progresión un tanto lento.
La duración de la aventura ronda las 20 horas de juego, aunque todo dependerá de la habilidad de los jugadores, del tiempo que se tomen explorando cada uno de los rincones de los escenarios o de lo que quieran mejorar al personaje. Lo que sí hemos echado en falta es elementos que nos inviten a rejugarla, no encontrando más alicientes que los comentados anteriormente y algunas misiones secundarias a las que les falta originalidad.
El apartado gráfico nos ha gustado mucho al tener un estilo pixel art muy cuidado. Los personajes y criaturas están perfectamente diseñados y animados, siendo incluso representados los cambios realizados en el equipamiento. En cuanto a escenarios, están detallados y cuentan con varias localizaciones a visitar, aunque la repetición de algunos elementos puede causar el efecto contrario. Además funciona con mucha fluidez para que la jugabilidad no se resienta en ningún momento.
En el sonoro tenemos melodías oscuras que ambientan a la perfección su mundo, sabiendo como cambiar de ritmo según la situación que vivimos en pantalla. Los efectos no están nada mal, mientras que las voces, en inglés, no son muy abundantes a pesar de estar trabajadas. Como ya hemos comentado, todos los textos del juego están en perfecto castellano.
Dark Devotion es, en definitiva, un viaje divertido y lleno de peligros que nos obligan a avanzar con mucha cautela, con un desafío a la altura de los jugadores más exigentes. Cuenta con algunas buenas ideas (como el original sistema de fe), diseños trabajados, muchos jefes a los que es un placer combatir y escenarios amplios a explorar, aunque los controles se nos antojan toscos y con un sistema de gestión poco cómodo en los primeros compases. A ello hay que sumarle una progresión lenta, que a veces llega a frustrar por sufrir además algunas muertes inesperadas.
Aún así se trata de un título interesante para aquellos que disfruten con el género, ofreciendo una experiencia muy completa que podría estar algo mejor realizando pequeños ajustes.