Análisis de Death Stranding
Ponte en la piel de Sam y prepárate para reconectar las Ciudades Unidas de América en Death Stranding, la nueva y original creación de Hideo Kojima.


Death Stranding es una aventura que, dicho de alguna manera, nos propone llevar mercancías de un lugar a otro, siendo el mayor reto de nuestro protagonista evitar que se dañe o pierda en nuestros recorridos por su enorme mundo abierto. Puede sonar sencillo, pero hay muchos obstáculos en nuestro camino, como terrenos que nos obligan a mantener el equilibrio, barrancos, ríos y otra serie de problemas en los que nos centraremos más adelante. Además cuenta con un guión la mar de interesante y que le da un sentido a todo, manteniendo nuestro interés de principio a fin.
Su historia nos lleva hasta un futuro cercano, en el que unas misteriosas explosiones han provocado una serie de eventos sobrenaturales conocidos como el Death Stranding, dando lugar a la aparición de unas criaturas insólitas que invaden el paisaje e intentan llevar a la humanidad a la extinción. Nosotros nos ponemos en el papel de Sam Porter Bridges, un transportista que, llegado el momento, intentará reunir a una humanidad dividida tras la catástrofe, llevando un dispositivo llamada Q-Pido hasta las localizaciones marcadas.
No queremos entrar en más detalles para evitar los spoilers, pero os aseguramos que el argumento es muy bueno. Al principio os sentiréis un poco perdidos, pero al avanzar iréis juntando los hilos para sacar vuestras propias conclusiones y descubrir cómo todo cobra un sentido, con uno de los mejores finales que hemos visto en mucho tiempo. Trata montones de temas diferentes, aunque el eje principal de la aventura es la vida, la muerte y las relaciones entre humanos. No está exento de algunos elementos extravagantes propios de Kojima, que le aportan un toque de humor a una aventura un tanto oscura, así como otros que quizás podrían estar más cuidados, aunque no empañan el gran resultado final. Además cuenta con un reparto de actores y actrices de lujo, tales como Norman Reedus, Margaret Qualley, Léa Seydoux, Guillermo del Toro o Lindsay Wagner entre otros, quienes han hecho un trabajo soberbio. Todo ello sin olvidar que el juego nos llega completamente doblado y traducido al castellano.
En cuanto a mecánicas, estamos ante un título que se siente muy original a pesar de ser un simple recadero. Aquí nos toca recorrer el país de este a oeste, llevando mercancías que nos permitan conectar a la población por un enorme mundo abierto. No es un juego pensado para todo el mundo, ya que implica dar largos paseos que nos obligan a estudiar el terreno para evitar los peligros que podamos encontrarnos y así conservar nuestros paquetes en el mejor estado posible.
Para ello, lo primero que tenemos que hacer es gestionar todo lo que vamos a llevar encima, contando con un peso máximo que podemos levantar y que nos toca equilibrar de la mejor manera posible para evitar caidas en nuestro trayecto, aunque este proceso puede hacerse automáticamente para no tener que pasar por una interfaz que no es demasiado clara. Podemos llevar objetos a la espalda, los laterales, en los brazos e incluso en las manos, encontrando nuevos útiles a lo largo de la aventura que nos ayudan a aligerar un poco la carga. Cada elemento cuenta y, al llevar mucho peso, es más sencillo desequilibrarse al moverse nuestro personaje de forma más torpe, llegando incluso a desplazarse más lento. Al final siempre podemos ir cargados al máximo, si bien es algo que también puede jugar en nuestra contra.
Una vez preparados, nos toca comenzar el viaje, con unos controles que se basan sobre todo en unas físicas muy trabajadas. Aquí podemos desplazarnos libremente por su mundo utilizando un mapa que nos ayuda a marcar las mejores rutas a tomar, donde contamos con una especie de escáner con el que localizar objetos, criaturas y ver el estado del terreno para saber que zonas son mejores para cruzar. La orografía es el principal peligro, con pequeñas pendientes que nos pueden hacer resbalar, piedras con las que tropezar, corrientes de agua que nos arrastran… Al final todo se basa en la resistencia del personaje al tener que mover el peso de un lado a otro para equilibrarnos, saltar, escalar, correr, sujetar la mochila o posicionarse de cierta forma para evitar caer. Pero no es el único peligro del juego.
Pronto conoceréis El declive, una lluvia capaz de acabar con todo lo que toca, por lo que buscar refugio o avanzar con rapidez cada vez que aparece es esencial para evitar que nuestras mercancías se dañen. También hay mulas que pretenden robarnos nuestras mercancías y los E.V., unas criaturas misteriosas e invisibles de las que sólo podemos ver sus pasos y que pretenden arrastrarnos hasta su oscuridad. Es aquí donde gana una gran importancia el sigilo, utilizando a un bebé encerrado en una cápsula (BB) que, cuando nos conectamos a él, nos permite localizar en qué dirección se encuentran los E.V. para intentar esquivarlos con el odradek, pudiendo incluso contener un tiempo la respiración para evitar que nos detecten. Cuidar de él es muy importante, ya que puede ponerse a llorar, alterar su funcionamiento y hacer que nos detecten.
Si los E.V. consiguen atraparnos, nos llevan hasta un lugar en el que nos toca enfrentarnos a temibles criaturas, aunque creemos que estas zonas no están bien ejecutadas. Al principio apenas podemos hacerles frente, así que es fácil “morir”. Y decimos morir entre comillas porque nuestro protagonista realmente no muere, pero sí que tiene unas consecuencias sobre el mundo que pensamos que es mejor que descubráis vosotros mismos.
Es un juego que constantemente está añadiendo elementos a su jugabilidad, como nuevos métodos de transporte, opciones para el combate o la posibilidad de construir determinados elementos que faciliten nuestro viaje, tales como puentes, buzones en los que entregar la mercancía perdida o refugios entre otros. Aquí entra en juego el online asincrono, que nos permite dejar señales a otros jugadores para avisar de peligros, crear nuevos caminos que les ayuden en sus trayectos o simplemente darles ánimos. Puede parecer algo simple, pero siempre es un placer encontrar un nuevo camino por el que avanzar cuando ya no dábamos con otra solución. Además, recibir el agradecimiento de otros jugadores es muy satisfactorio a pesar de no tener una importancia real en el juego. Y tranquilos, ya que sólo se añaden cuando conectamos un terminal, desapareciendo incluso aquellos que no hayan recibido ciertos cuidados y estando limitados por zonas.
Lo que menos nos ha convencido de este juego son los combates, los cuales no están demasiado bien ejecutados y nos llevan a utilizar el sigilo siempre que podamos. A esto tampoco ayudan los jefes, cuyos diseños no están a la altura de lo esperado. Lo mismo ocurre con unas zonas de descanso que a veces cortan el ritmo de la aventura, pero tienen su importancia dentro de la trama.
La duración de la aventura puede irse fácilmente por encima de las 50 horas a poco que os dediquéis a explorar los escenarios y a realizar alguna que otra tarea optativa. Y es que os aseguramos que nunca había sido tan entretenido pasear por unos escenarios y dedicarse simplemente a observar el paisaje. No es un título demasiado rejugable más allá de hacerse con todos los coleccionables, aunque es satisfactorio de principio a fin. Además, muchas sorpresas os aguardan a lo largo de la aventura, las cuales no os queremos desvelar para no arruinar la sorpresa.
El apartado gráfico, por otra parte, es simplemente espectacular, con personajes genialmente modelados, bien animados y muy expresivos, siendo lo mejor de todo los escenarios, que están cargados de detalles y resultan incluso fotorrealistas gracias a un estupendo uso de la iluminación. Las cinemáticas son increibles, dejando ver la genial interpretación llevada a cabo por los actores. Además funciona con mucha fluidez en todo momento y apenas encontraréis tiempos de carga. Las físicas también están muy cuidadas, aunque debemos decir que a veces da lugar a ciertos movimientos extraños del personaje. Por poner una pega diremos que no hay transición entre el día y la noche, así como la ausencia de ciertos animales que le aporten más vida a las localizaciones, si bien hay un buen motivo argumental para ello.
Tampoco podría quedarse atrás el sonoro, con una banda sonora espectacular, cuyas melodías suenan en el momento oportuno para aportarle mucha epicidad y cuenta con canciones creadas para la ocasión y otras licenciadas, geniales efectos de sonido y, tal y como nos tiene habituados Sony con sus producciones, un doblaje en castellano de lujo que siempre podemos acompañar de subtítulos e incluso, si lo preferimos, activar el doblaje original para escuchar a sus respectivos actores y actrices.
En definitiva, Death Stranding es un juego único, original y sorprendente que nos ha encantado de principio a fin. Su historia es muy absorbente, gracias en parte a unos personajes muy trabajados, estando siempre acompañada por una jugabilidad que se siente diferente a todo lo visto hasta el momento a pesar de no innovar demasiado en este sentido, añadiendo elementos constántemente para que nunca se sienta repetitivo. Y este es quizás su punto más negativo, ya que el dar largos paseos con el fin de llevar la mercancía de un lado a otro puede no ser del agrado de todos los jugadores, pero merece la pena darle una oportunidad. Destacar también su online asíncrono, que hace que todos los jugadores conecten sin necesidad de verse por el mundo.
Death Stranding no está pensado para todos los públicos pero, al ser tan bueno en lo que hace, sólo podemos recomendárselo a aquellos que busquen algo original y que se distancie de otros juegos de mundo abierto. Una nueva obra maestra creada por Hideo Kojima que, creemos, será recordada con el paso de los años.