Análisis de Downward Spiral: Horus Station
Una aventura espacial en gravedad cero os espera con Downward Spiral: Horus Station, el primer juego de 3rd Eye Studios que además es compatible con la realidad virtual.


Downward Spiral: Horus Station es un juego de aventuras en primera persona que os lleva a explorar una nave perdida y abandonada por su tripulación, todo en gravedad cero y con la posibilidad de jugar con un dispositivo de realidad virtual o sin él. Nada más comenzar se nos da aelegir entre dos modos de juego: Exploración, donde simplemente nos dedicamos a descubrir la trama, o Combate, que cuenta con algunos enemigos acechando en cada rincón de la nave.
Su historia, como ya hemos comentado, nos lleva a explorar una gran estación espacial e intentar descubrir que ha ocurrido con su tripulación, para lo que tenemos que reparar algunas partes de la nave y reactivarla. No es un argumento demasiado original ni elaborado, teniendo que sacar nuestras propias conclusiones con lo que veamos por los escenarios, no encontrando ningún tipo de conversación o texto a lo largo de su desarrollo, que cuenta con un total de nueve actos a nuestra disposición entre los que podemos elegir una vez desbloqueados.
Los controles son bastante sencillos, desplazándonos por los escenarios flotando libremente aferrándonos en ciertos lugares y utilizando las manos para recoger útiles o interactuar con los objetos. Movernos por los escenarios no es tan satisfactorio como nos gustaría, aunque por suerte mejora un poco al avanzar en la aventura y conseguir una especie de pistola que puede disparar un gancho o un propulsor que nos ayuda a avanzar con pequeños impulsos.
Es un juego que se centra principalmente en la resolución de puzles, para los que tenemos que utilizar los objetos que se encuentren a nuestro alcance o algunos mecanimos un tanto simples. No esperéis una gran dificultad, completando la mayoría de ellos en poco tiempo si nos dedicamos a explorar la zona, con escenarios que, a pesar de lo que pueda parecer en un principio, son bastante lineales.
Si además habéis optado por la acción, el juego añade algunos robots enemigos a lo largo del desarrollo, así como una pistola con la que poder abatirlos. No es un sistema demasiado complejo, con enemigos que se repiten en exceso, si bien le aporta algo de variedad a la aventura. Comentar que hay también algunas zonas en las que el sigilo es fundamental para evitar a enemigos más peligrosos, pero no os preocupéis si acaban con vosotros, ya que hay puntos de control cercanos que os llevará a intentarlo de diferentes formas hasta dar con la solución.
Los escenarios, al ser tan lineales, no invitan demasiado a la exploración a pesar de su verticalidad. Esto, junto con un desplazamiento lento de nuestro personaje, hace que el ritmo de la aventura en ocasiones decaiga, a lo que tampoco ayudan los momentos de acción y sigilo, que son un tanto prescindibles.
Al menos se agradece que el juego sea compatible con los dispositivos de realidad virtual para conseguir que la inmersión sea mucho mayor, dando la sensación de estar en todo momento en una nave espacial con ingravidez. A todo ello hay que sumarle que podemos utilizar los controles por movimiento para manejar cada mano del protagonista y hacer que se sienta más realista.
En cuanto a duración, la aventura ronda las siete horas que dependen de vuestra rapidez en resolver los puzles, ampliándose un poco más si queréis haceros con los 20 coleccionables que están ocultos por los escenarios. Junto a la historia principal tenemos además otras modalidades multijugador, como Combate a Muerte y Horda, aunque para poder jugarlos hay que adentrarse en partidas mediante contraseñas, con cinco escenarios diferentes a visitar: Generador, Centro Grande, Centro de Investigación, Hangar de Ingeniería y Cámara Horus. También se incluyen algunos extras, entre los que encontraréis los tráilers del juego, diarios de desarrollo o los créditos.
El apartado gráfico tampoco destaca demasiado, con texturas simples, algunos elementos que se repiten en exceso y diseños poco inspirados. Al menos los efectos están conseguidos, lo que a veces deja estampas de gran belleza. Lo peor de todo es que hemos encontrado algunos bugs bastante molestos que pueden arruinar la experiencia, como enemigos que disparan a través de las paredes.
En el sonoro encontramos melodías simples que cambian dinámicamente según la proximidad de los enemigos o una buena ambientación gracias a unos efectos que cumplen con su cometido, si bien no esperéis nada especial. Los textos, por otra parte, llegan en multitud de idiomas, entre los que se encuentra el español.
Downward Spiral: Horus Station es, como conclusión, un juego cuyas virtudes resaltan más en la realidad virtual, con unos controles más intuitivos y ganando una mayor inmersión, haciendo que nos sintamos como un astronauta en el espacio. Es una pena que el control sea mejorable, los escenarios demasiado lineales y que los puzles no tengan una mayor profundidad, a lo que hay que sumarle algunos bugs bastante molestos. Al menos su duración no está nada mal, con modos multijugador entretenidos que alargan la vida del juego.
Un título que disfrutarán aquellos que dispongan de un dispositivo de realidad virtual por su inmersión, pero que sin él pierde muchos puntos y no tiene elementos destacables.