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Análisis de Fimbul

El gélido preludio del Ragnarok te espera en Fimbul, un juego con una trama compleja y dosis de acción.

Cartel Fimbul
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Fimbul es un juego de aventuras, intensas batallas y algunos tramos de sigilo que nos mete de lleno en el mundo de la mitología nórdica. En determinados momentos de nuestro viaje podemos tomar decisiones que determinan como se desarrolla la trama, así como formar grandes grupos de vikingos para afrontar los retos que nos esperan con un sistema tan sencillo de comprender como difícil de dominar.

Su historia nos lleva hasta el último invierno vikingo antes del Ragnarok. Aquí nos ponemos en la piel de Kveldulver, un berserker que busca descubrir su destino antes de que el mundo tal y como se lo conoce llegue a su trágico final. Para ello deberá enfrentarse a su familia, los cuales lo traicionaron en su momento al ser consumidos por su ambición y acabar con su vida, todo mientras carga con el Ymnerfir, un amuleto que podría desatar el Ragnarok si cae en malas manos.

El argumento nos ha gustado bastante, estando todo contado mediante viñetas de cómics con ilustraciones estáticas y con algunas decisiones a lo largo de la aventura que pueden cambiar el transcurso de la misma y llevar hasta diferentes finales. Los cambios no son demasiado grandes, pero se agradece su incursión y, como curiosidad, podemos consultar en cualquier momento de la aventura la cuerda de la vida para cambiar algunas decisiones del pasado. Eso sí, la traducción del juego al castellano deja muchísimo que desear, con frases que parecen sacadas directamente de un traductor automático de mala calidad.

En cuanto a controles, tenemos un ataque fuerte, otro débil, la posibilidad de bloquear, usar habilidades especiales, interactuar con ciertos objetos y rodar para esquivar embestidas. Para usar estas habilidades únicas antes tenemos que rellenar el medidor de combo mediante ataques. Por otra parte, existe un menú rápido que nos permite cambiar con agilidad entre las distintas armas que recojemos a lo largo de la aventura, haciendo que cambien algunas mecánicas, como la posibilidad de tirar lanzas para golpear ciertas partes de los rivales o del escenario. Todo este equipamiento se puede obtener de los escenarios o bien de los enemigos caídos.

Es una pena que las acciones tarden en responder, por lo que tendréis que pensar bien un movimiento a realizar antes de dar el paso si no queréis morir. Los enemigos no tienen una inteligencia artificial demasiado buena, pero al venir en grandes grupos os pueden poner en problemas si no lleváis a cabo una estrategia. Lo que más nos ha gustado es que de vez en cuando encontraréis otros enemigos de mayor tamaño que tienen diferentes puntos débiles a descubrir para derrotarlos, aunque no esperéis nada espectacular.

Pero el mayor problema viene dado por la cámara, que en algunas ocasiones puede dejarnos vendidos por encontrarnos bajo unos árboles que nos impiden ver con claridad y ciertos obstáculos que hacen que nos quedemos bloqueados fácimente. Puede parecer un problema menor, pero más de una vez os llevará hasta una muerte segura. Esto también dificulta la exploración de escenarios, puesto que de vez en cuando hace un cambio brusco de ángulo y puede hacer que quedéis desorientados.

A lo largo de nuestro viaje conocemos a aliados que se unen a nuestra causa y nos ayudan en los combates contra grandes grupos. Su resistencia deja mucho que desear, así que recomendamos cubrirlos el máximo tiempo posible o los perderéis muy pronto. No son demasiado fuertes, pero al menos distraen a los rivales para evitar que nos ataquen a nosotros desde varios ángulos.

Los escenarios, por otra parte, no son demasiado variados, recorriendo la mayoría del tiempo un escenario nevado que repite algunos elementos en exceso. Además son muy lineales, donde de vez en cuando encontraréis dos caminos que al final tendréis que recorrer obligatoriamente. Comentar también que encontraréis algunos puzles pequeños a lo largo del juego, aunque en su mayoría se basan en activar ciertos interruptores para desbloquear un nuevo camino por el que avanzar, por lo que nos parecen un tanto prescindibles.

El apartado gráfico deja bastante que desear, con modelados y animaciones simples para los personajes y criaturas, localizaciones poco detalladas que repiten elementos y efectos que podían estar más trabajados. Lo peor es que encontraréis varios problemas de rendimiento que lastran la experiencia, algunos bugs, carga tardía de texturas, popping o la deficiente cámara entre otros.

En el sonoro tenemos melodías que cumplen y no se hacen repetitivas, buenos efectos de sonido para ambientar su mundo y una traducción al castellano que deja mucho que desear, por lo que si sabéis inglés recomendamos jugarlo en dicho idioma.

Como conclusión, Fimbul es un título que prometía por tener un sistema de combate táctico y entretenido, pero al final se ve lastrado por una deficiente respuesta de los controles, la cámara y otros errores técnicos. A todo ello hay que sumarle una traducción horrible que nos lleva a jugarlo en su idioma original. Al menos su historia nos ha resultado interesante, estado todo contado mediante viñetas que le dan el aspecto de cómic que buscaban.

Si se corrigen estos fallos mediante actualizaciones, podemos estar ante un título interesante y que da para varias horas de juego, pero por ahora es bastante prescindible.