Análisis de Full Metal Furies para Nintendo Switch
Ponte en la piel de las furias e intenta evitar la destrucción del mundo con Full Metal Furies, el estupendo juego de los creadores de Rogue Legacy que llega ahora a Nintendo Switch.


Full Metal Furies es un título de acción con tintes de rol para hasta cuatro jugadores, ya sea de forma local u online, desarrollado por Cellar Door Games. En general es una especie de beat’em up que toma elementos de los clásicos de las recreativas y aprovecha la tecnología actual para llevarlo hasta un nuevo nivel, con muchos elementos de personalización que hacen que se adapte a la perfección a cada tipo de jugador.
Su historia nos lleva hasta un mundo en el que su rey ha caído, por lo que los titanes, quienes son conocidos como los dioses de dicho lugar, han iniciado una guerra por la sucesión. Al dejar el planeta al borde de la destrucción, los titanes han firmado un periodo de paz que no se extendería por mucho tiempo. Esto hace que nuestras protagonistas, las Furias, se alcen contra los titanes con el fin de evitar una nueva guerra que destruya por completo el mundo y para descubrir el misterio que rodea a la desaparición del creador del hombre.
La trama, sin ser la más original, sigue siendo tan entretenida como en la versión original, con una gran narrativa, un ritmo muy bien llevado y diálogos que nunca se hacen aburridos. Lo mejor es el carisma que desprenden las protagonistas, todas ellas muy bien diferenciadas entre sí. No queremos olvidar que sus textos nos llegan en completo castellano, así que no tendréis ningún problema para seguirla.
Los controles están muy conseguidos, siendo bastante fácil adaptarse a ellos. Podemos atacar, utilizar un artilugio secundario, otro defensivo o potenciar a nuestro personaje durante un tiempo limitado, teniendo que esperar un tiempo para volver a usar algunas de las habilidades. Los movimientos, armas y habilidades varían de un personaje a otro y, según el que hayamos elegido, el juego será más o menos complicado por sus características.
Un detalle importante es que mientras estamos en el aire o rodando somos inmunes a cualquier tipo de daño, haciendo que estar constantemente en movimiento sea esencial para conseguir la victoria y, si queremos contraatacar, tengamos que utilizar movimientos secundarios que interrumpan los ataques de los rivales. Si alguno de nuestros aliados cae en combate, tenemos que rellenar un indicador hasta el 100% para que resucite. Esto es muy importante, ya que nos permitirá contar con más personajes y, en consecuencia, vidas para conseguir la victoria.
Los enemigos son variados y cada uno tiene una serie de características únicas que debemos aprender para intentar salir con vida. Son muy desafiantes y tener prioridades a la hora de acabar con ellos puede suponer la diferencia entre la victoria o la derrota. Mención aparte merecen los jefes, los cuales cuentan con patrones de movimiento más complejos, una gran barra de vitalidad y que, cuando se enfurecen, pueden llegar a ser terribles.
Como veréis, algunos de los enemigos utilizan barreras para bloquear los daños, teniendo que utilizar un personaje de su correspondiente color para intentar eliminarlas. Cada personaje tiene una clase específica y, dependiendo de nuestra elección, podemos alternar entre ellos en cualquier momento si jugamos en solitario o bien centrarse cada jugador en un típo de enemigo. Las clases disponibles son tanque (Triss), luchadora (Alex), ingeniera (Erin) y francotiradora (Meg), cada una con un color diferente asignado.
Al acabar con enemigos conseguimos experiencia que nos permite mejorar cada una de las herramientas y habilidades de los personajes. Pero lo mejor es que, entre fases, volvemos a la base para invertir el dinero conseguido en mejorar ciertos apartados, desbloquear nuevas funciones o bien comprar equipamiento desbloqueado. Eso hace que la experiencia sea muy personalizada y que siempre podamos avanzar mejorando a los personajes, pudiendo repetir cada nivel todas las veces que creamos necesario para obtener más dinero o descubrir los secretos que ocultan.
Esta base es el eje central de la aventura, ya que es desde donde seleccionamos al personaje que llevaremos y lo mejoramos a base de nuevas habilidades o equipamiento. Para desbloquear algunas partes es necesario obtener antes su respectivo plano o cumplir una serie de requisitos, lo que a veces os obligará a rejugar niveles si queréis conseguirlos. Además es el lugar desde el que viajamos a los diferentes niveles, seleccionándolos en un mapa con diferentes rutas con pruebas alternativas.
Un detalle que nos ha gustado mucho es el genial diseño de los escenarios, los cuales cuentan con muchas rutas optativas y secretos a descubrir. Hacen un uso estupendo de la cámara, alejándose o acercándose según la situación para darle un toque más cinemático. Lo mejor es que están cargados de enemigos, puzles y trampas que debemos esquivar, pero si optamos por las rutas secundarias y seguimos las pistas de unos monolitos ocultos, llegaremos hasta los premios más valiosos de todo el juego.
Además, cada fase os llevará hasta una situación diferente, haciendo que la aventura nunca se haga aburrida en su desarrollo. Aunque es un título perfectamente disfrutable en solitario, está pensado para ser jugado en compañía, haciendo que de esta manera cada uno sólo tenga que centrarse en su personaje y determinados enemigos. Gracias a ello se consiguen montones de estrategias diferentes para acabar con los rivales, aportándole una diversión equiparable a los clásicos juegos de acción arcade.
En cuanto a duración, la campaña principal ronda las 15 horas, a lo que hay que sumarle otras muchas por intentar completar todas las tareas optativas y descubrir todos los secretos. Si a todo ello le sumamos su gran rejugabilidad y que la experiencia cambia por completo según el personaje elegido, tenemos juego para mucho tiempo.No encontramos diferencias respecto a otras versiones, pero el poder jugar en cualquier momento y lugar a un título de estas características hace que sea muy recomendable para los usuarios de Nintendo Switch.
Por otra parte, su apartado gráfico nos ha encantado, utilizando un estilo pixel art tanto para personajes como para escenarios, pero con efectos muy llamativos que hacen que se sienta actual y sea muy vistoso. En general está muy cuidado, ya sea por el diseño de las protagonistas, los enemigos o por la gran cantidad de escenarios, su variedad y la cantidad de detalles con los que cuentan. Además, como hemos comentado, funciona con mucha fluidez tanto en el modo portátil como en sobremesa.
En el sonoro tenemos una genial banda sonora, con temas variados que se adaptan a la perfección a cada situación que vivimos en la aventura, acompañadas siempre de geniales efectos de sonido y una atmósfera cautivadora. Para no perdernos ningún detalle, nos llega con textos en castellano de gran calidad.
Full Metal Furies es, en definitiva, un juego que ofrece mucha diversión, con montones de niveles variados cargados de secretos que aseguran muchas horas de juego, enemigos de todo tipo y muchos elementos de personalización que hacen que la experiencia se adapte a cualquier jugador. La historia es muy simple, pero está muy bien llevada y nunca se hace pesada por sus carismáticos personajes y el humor del que hacen gala. Es muy disfrutable en solitario, aunque la experiencia mejora mucho con el cooperativo, ya que fue creado con él en mente.
Un título que conserva lo mejor de los beat’em up arcades de antaño y lo mejora con elementos de RPG, siendo perfecto para Nintendo Switch.