Análisis de Just Cause 4
Rico Rodriguez vuelve a liarla en Just Cause 4, la nueva entrega de la saga que regresa con nuevas formas de causar el caos y la destrucción.


Just Cause 4 es un juego de acción en tercera persona que se desarrolla en un enorme mundo abierto y se puede explorar hasta el último rincón, ya sea por tierra, mar o aire. Una de las señas de identidad de la saga son las trabajadas físicas que, junto a nuestro gancho, nos permiten desatar el caos de montones de formas diferentes y cuyo límite está en la imaginación de los usuarios. Si a todo ello le sumamos problemas climáticos como tornados o tomentas, tenemos un título donde la diversión está asegurada por sus múltiples posibilidades.
Su historia está protagonizada de nuevo por Rico Rodriguez, que viaja hasta la enorme localización de Solís, en Sudamérica, para descubrir la verdad sobre el pasado de su padre y la investigación del clima extremo. Pronto se ve envuelto en una nueva trama donde la Mano Negra, una organización militar privada con alta tecnología, intenta aprovecharse de la invención de su padre para dominar el mundo, por lo que le tocará enfrentarse de nuevo a un poderoso enemigo liderando una revolución.
Como suele ocurrir con este tipo de juegos, no es el argumento más profundo que hemos visto, sino más bien una escusa para poder implementar nuevas formas de destrucción y llevarnos de nuevo a la acción en zonas cargadas de enemigos. Eso sí, ofrece mucha diversión, pero no por ser demasiado original o por la trama.
Sus controles no han variado mucho respecto a pasadas entregas, con la posiblidad de saltar, disparar las múltiples armas de las que dispone el juego, utilizar el gancho para unir elementos, planear con el traje volador, abrir el paracaidas o montarnos en cualquier vehículo que veamos. Todo esto ofrece muchísimas posibilidades a la hora de afrontar las misiones, donde encontraréis algunas novedades como ganchos con globos fulton para elevar todo aquello a lo que se enganchen o los propulsores, que mandarán lejos las cosas que os estorben. Es, como siempre, el apartado más destacado del juego, ya que el límite lo pondrá vuestra imaginación.
Una de las novedades es que ahora, al conquistar zonas, vamos reclutando nuevos rebeldes para nuestra causa, ayudándonos estos en algunas misiones. Su inteligencia artificial deja bastante que desear, pero resulta curioso ver cómo al conquistar territorios la zona queda dominada por ellos, teniendo incluso que defender sus bases en más de una ocasión. No ofrece una parte estratégica, se limita más bien a mandarlos a conquistar una zona concreta que se activa tras completar ciertas misiones, haciendo que se sienta un tanto desaprovechado. También aparecerán algunos personajes destacados que podemos utilizar para liderar movimientos o bien para que nos proporcionen suministros.
Los enemigos no son demasiado variados y su inteligencia artificial deja mucho que desear, pero normalmente vienen en grandes números y su arsenal es muy variado, con vehículos de todo tipo que nos pondrán en más de un aprieto. Es importante saber tener prioridades a la hora de acabar con ellos, aunque siempre podréis aparecer en sus bases causando un gran destrozo inicial que os ahorrará muchos pasos.
Nos ha gustado mucho el tamaño del mapa y lo detallado que está, con 100 km cuadrados completamente explorables cargados de misiones a realizar y cuya variedad de climas y localizaciones supera con creces a las de pasadas entregas. Conquistar regiones, carreras contrarreloj con diferentes vehículos y utensilios, registrar tumbas o rescatar aliados son sólo algunas secundarias que encontraréis repartidas por el mapa, encontrando muchas a completar que aseguran multitud de horas de juego.
Lo malo de estas misiones es que, a pesar de ser muy abundantes, en su mayoría repiten sus mecánicas en exceso, haciendo que a la larga puedan cansar y las principales, que son mucho más divertidas, queden un poco diluidas. Eso sí, también hay otras más originales que le aportan algo de variedad a su desarrollo, como convertirnos en un especialista de cine de acción, a lo que hay que sumarle la posibilidad de afrontarlas como queramos para añadirle rejugabilidad.
No esperéis un juego que se caracterice por su historia o variedad de tareas, donde de verdad destaca es en la libertad de acción. Puede parecer simple, pero las posibilidades que ofrece el arsenal de Rico son muy amplias, ya sea para explorar los escenarios o para afrontar las misiones, pudiendo coger cualquier vehículo, utilizar el gancho o armas que hacen que una misma misión pueda cambiar radicalmente según nuestro planteamiento. Esto consigue que al final sea muy divertido, sobre todo para aquellos jugadores que quieran desatar su originalidad.
En cuanto a duración, como hemos comentado, es un juego tremendamente extenso por la cantidad de misiones, retos y secretos que oculta. Pero a todo ello hay que sumarle la gran rejugabilidad que ofrece por poder afrontar las misiones de múltiples formas, haciendo que sea un título tan duradero como vosotros queráis. También podréis conseguir hazañas a lo largo de la aventura que se subirán online, permitiendo así comparar puntuaciones e intentar superar las marcas de otros jugadores.
Su apartado gráfico, por otra parte, tiene cosas muy buenas y otras mejorables. Por un lado tenemos escenarios amplios, variados, detallados y con una gran distancia de dibujado, junto con efectos como la iluminación, la climatología, las explosiones y las partículas que harán que os quedéis embobados mirando todo en su conjunto. Lo más destacado, como siempre, son sus físicas, que os darán mucho juego a lo largo de la aventura. Por otro tenemos unos personajes que podrían estar más trabajados, animaciones mejorables y ciertos bugs, aunque nunca llegan a molestar demasiado. También encontraréis pequeñas caídas cuando la acción se vuelve muy intensa y tienen lugar potentes explosiones por todo el escenario.
En el sonoro tenemos una banda sonora que cumple con su cometido pero de la que esperábamos algo más y geniales efectos de sonido, junto con voces y textos en castellano para que no os perdáis ningún detalle.
En definitiva, Just Cause 4 sigue los pasos marcados por el resto de la franquicia, ofreciendo una gran libertad de acción que juega con las físicas para ofrecer muchas posibilidades a la hora de afrontar las misiones, todo ahora aumentado gracias a la climatología, que ofrece momentos impresionantes. No encontraréis una gran historia o tareas secundarias que destaquen demasiado, pero su desarrollo no se nos ha hecho aburrido. Quizás las novedades se sientan un tanto escasas, si bien se han pulido las ya existentes para hacer que sea más satisfactorio.
Un título ideal para aquellos que quieran dar rienda suelta a su imaginación, convirtiéndose en un campo de juego en el que vosotros decidís como causar el caos.