PC
Switch

Análisis de Kunai

Ponte en el papel de una tablet ninja para intentar salvar al mundo en Kunai, el nuevo título de TurtleBlaze y The Arcade Crew.

Cartel Kunai
Play

Kunai es un juego de acción, plataformas y exploración bidimensional en el que contamos con un amplio mapa a recorrer lleno de secretos, desarrollándose de manera muy ágil y con fenetismo. Todo está muy bien planteado, con controles que responden a la perfección, escenarios perfectamente estudiados para que sólo podamos avanzar por ciertas zonas al conseguir una determinada habilidad o un apartado visual bastante original que hace que rápidamente entre por los ojos.

Su historia nos pone en el papel de Tabby, una especie de tablet ninja que tiene que enfrentarse a las hordas de IA en rebeldía comandadas por Lemonkus. Al principio Lemonkus tenía buenas intenciones, siendo una inventora cuya única convicción era hacer del mundo un lugar mejor, pero pronto estas aspiraciones evolucionaron hacia una absoluta búsqueda de eficiencia sin importar las consecuencias. Aquí es donde entra nuestra heroína, que es rescatada por un grupo rebelde y se convierte en la última esperanza de la humanidad antes de que Lemonkus consiga su objetivo.

Esta trama peca de ser poco original y sin atractivo, siendo lo mejor sus carismáticos personajes. Pronto queda en un segundo plano para dar paso al aspecto más importante de todo el título, su adictiva jugabilidad. Al menos se agradece que todos los textos nos lleguen en completo castellano.

Sus mecánicas resultan muy sencillas de aprender, con movimientos ágiles que responden a la perfección. Aquí podemos desplazarnos en cualquier dirección, saltar, interactuar con determinados personajes u objetos, atacar a los enemigos con la katana para acabar con ellos y reponer vitalidad o utilizar unos kunais con cuerda para agarrarnos a determinadas zonas y columpiarnos. Como es lógico, poco a poco podemos ir aprendiendo nuevas habilidades, como utilizar un ataque cargado o tener un imán para atraer las monedas entre otras, teniendo que visitar unos routers repartidos por los escenarios que nos permiten acceder a la tienda online (tab store). Para que localizarlos sea más sencillo podemos ver la cantidad de señal wifi que nos llega, la cual se indica en la parte superior de la pantalla.

Los combates contra los enemigos normales suelen ser bastante sencillos una vez comprendemos su funcionamiento, encontrando mucha variedad según la zona en la que estemos. También encontraréis jefes que son algo más desafiantes al contar con un mayor número de patrones de movimiento y ser más complejos, pero por lo general no nos han dado demasiados problemas. Por otra parte tenemos las zonas de plataformeo, las cuales cuentan con algunos tramos que pondrán a prueba toda vuestra destreza con los mandos. Los puzles, sin embargo, son demasiado simples, basándose sobre todo en activar interruptores que abran nuevos caminos.

Las localizaciones son amplias, variadas y cuentan con montones de rutas a descubrir. Para que nos sea más sencillo, al avanzar un poco contamos con un mapa que nos indica los sitios que hemos visitado y aquellos por los que no hemos podido avanzar. Están muy bien estudiadas, con zonas que no podemos atravesar hasta haber conseguido una determinada habilidad o pulsado su respectivo interruptor. Lo mejor de todo es que estos lugares cuentan con algunas zonas ocultas que nos obligan a investigar a fondo cada pared en busca de secretos.

Y hablando de secretos, en estos lugares encontraréis a menudo monedas - las cuales son muy útiles para comprar nuevas habilidades y utensilios en las tiendas -, fragmentos de corazón que aumentan nuesta vitalidad al conseguir un determinado número o incluso sombreros con los que cambiar el aspecto de Tabby que, si bien no tienen efectos prácticos en lo jugable, sirven como coleccionables.

Para guardar la partida, al más puro estilo clásico del género, contamos con unas plataformas especiales. Estos lugares además sirven para recuperar toda nuestra vitalidad y como puntos de control, aunque hemos notado que a veces la distancia entre unos y otros es un tanto excesiva, obligándonos a repetir grandes tramos si cometemos el más mínimo error. Son muy útiles, así que aconsejamos activarlas siempre que veais alguna de ellas.

La duración ronda las seis horas, lo cual no está nada mal si a ello le añadimos la gran cantidad de secretos y coleccionables que tiene para aportarle algo de rejugabilidad, así como un precio reducido que hace que sea muy apetecible (16,99€ tanto para PC a través de Steam como en la eShop de Nintendo).

Su apartado gráfico nos ha gustado bastante. Dentro de lo minimalista que resulta, con elementos pixelados y diseños que utilizan diferentes matices de color para cada zona, los personajes cuentan con un buen modelado y efectos para adaptarse a la actualidad. Además funciona con mucha fluidez en todo momento, encontrando incluso algunas escenas que resultan vistosas.

El sonoro, por otra parte, es un tanto irregular, en especial a lo que melodías se refiere. Utiliza canciones de estilo chiptune que le sientan fenomenal a su estética, recordando por momentos a los juegos de GameBoy, aunque hay algunos temas que son mucho mejores que otros. Los efectos no están nada mal, mientras que los textos nos llegan en completo castellano.

Kunai es, en definitiva, un título que no busca innovar en el género, sino que se centra en la diversión a través de su jugabilidad. Los controles son ágiles y responden a la perfección, con mecánicas que resultan bastante originales, como el uso de los kunais para desplazarnos rápidamente por los escenarios o los routers que funcionan como tiendas para adquirir habilidades. A veces hemos sentido que nos hacen dar demasiadas vueltas por una misma zona para alargar su duración de forma artificial o que le falta algún elemento diferenciador, pero no es nada demasiado preocupante.

Aquellos que disfruten con buenas dosis de acción, exploración y plataformeo encontrarán en Kunai un título que, si bien no es demasiado original y cuenta con algunos picos de dificultad, ofrece mucha diversión por lo bien que responde a nuestros movimientos.