PS4
Realidad virtual

Análisis de Marvel's Iron Man VR

Ponte en la piel de Tony Stark y lánzate a la aventura con Marvel’s Iron Man VR, un título cargado de acción para PlayStation VR.

Cartel Marver
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Marvel’s Iron Man VR es un juego de acción en primera persona para la realidad virtual de PlayStation 4 en el que encarnamos al Vengador acorazado en una aventura original de Iron Man creada por Camuflag. Se trata de un videojuego pensado para PlayStation VR, así quenecesitaréis el dispositivo y, obligatoriamente, dos PlayStation Moves que simulan ser las manos del protagonista, encontrando una gran carga narrativa y otros elementos en los que profundizaremos más adelante.

Su historia comienza con una premisa que hemos podido ver en algunas de las películas de dicho Vengador, en la que Tony Stark ha dejado de fabricar armas con el fin de centrarse en crear tecnología avanzada para una armadura que utiliza para combatir el mal. Tras muchos años poniéndose en la piel de Iron Man, que es como se conoce mundialmente a este famoso superhéroe, Tony sufre un ataque a manos de la misteriosa Fantasma, una hacker y activista anticorporativa que reutiliza armas antiguas creadas por Industrias Stark. En su afán por derribar el imperio de Tony, Fantasma ataca las sedes corporativas de Stark en todo el mundo, lo que lleva a riesgos cada vez mayores y a un peligroso enfrentamiento para poder ponerle final a todo.

La trama, aunque llena de algunos tópicos, está bien llevada y narrada. Encontraréis algunas caras conocidas y otras completamente nuevas, con muchas dosis de acción, humor y algún que otro giro interesante, pero a veces puede romper el ritmo de la aventura junto a unas cargas que se nos han hecho demasiado extensas y numerosas. A ello hay que sumarle la casi nula interactividad que nos ofrece durante estas escenas, lo que puede sacarnos de la experiencia y hacernos sentir como un mero espectador, junto con una toma de decisiones que no varía el rumbo de la aventura. Sí agradecemos, como en todas las producciones de Sony, que nos llegue doblado al castellano para no tener que leer en medio de la acción, si bien la traducción es mejorable.

Sus mecánicas funcionan de forma correcta, aunque, al igual que Tony Stark la primera vez que se puso el traje, cuesta hacerse a los controles al comienzo de la aventura. Aquí ponemos nuestras palmas hacia abajo para despegar y, si las inclinamos un poco hacia atrás, veréis como se impulsa hacia delante, pudiendo incluso utilizar pequeños impulsos. Por otra parte, utilizar los repulsores de las manos apuntanto al frente nos ayuda a disparar, pudiendo incluso atacar cuerpo a cuerpo o hacer uso del armamento auxiliar que le equipamos a la armadura.

Aunque es una aventura donde la acción nos ofrece los mejores momentos del juego, también hay espacio para la exploración de algunos escenarios en busca de objetos, pruebas o simplemente por curiosidad, utilizando un sistema de teletransporte para ello que reduce los mareos cuando no volamos y pequeños cambios de ángulo de visión que no requieren girar la cabeza en exceso. No son demasiado interesantes, aunque al menos le aportan algo más de diversidad al desarrollo. Eso sí, a nuestro parecer las transiciones deberían ser más ágiles, teniendo que esperar algunos segundos con una pantalla en negro que a veces nos saca de la experiencia.

Entre misiones podemos ver y personalizar nuestra armadura, creando nuevas partes que después son integradas en la parte que queramos, encontrando desde misiles inteligentes o bombas hasta un condensador del repulsor para ganar potencia de fuego. Para ello tendréis que gastar unos materiales que se consiguen a lo largo del juego.

Las misiones nos han parecido bastante variadas, encontrando momentos cargados de acción en los que movernos por los escenarios acabando con todo tipo de enemigos, algunos quick time events que nos obligan a acercarnos a un determinado lugar y colocar las manos en la posición que nos indican, pruebas contrarreloj y de destruir objetivos, de exploración en busca de ciertos objetos e incluso algunos minijuegos cuando visitamos la casa de Tony, como tener que encestar en una pequeña máquina de baloncesto, entre otras pruebas. Lo que menos nos ha gustado es que si repetimos una misión para superar tiempos o conseguir algo en concreto, los tiempos de carga siguen siendo igual de largos, haciéndose bastante pesados con el paso de las horas.

La duración de la aventura ronda las 8 horas, tiempo que no está nada mal para tratarse de un juego de realidad virtual y al que hay que sumarle algo de rejugabilidad por superar tiempos o conseguir algunos extras. No esperéis nada demasiado interesante en una segunda partida, pero se agradecen los pequeños añadidos.

Su apartado gráfico es algo irregular. Por un lado tenemos un buen modelado de nuestra armadura y animaciones bastante conseguidas, siempre acompañados por una interfaz muy clara. Por otro tenemos escenarios que en zonas cerradas lucen muy cuidados junto con el resto de personajes, aunque la cosa cambia en las abiertas. Aquí hay algunas localizaciones vistosas y otras que dejan muchísimo que desear, además de encontrar algunas caídas que pueden provocar algunos mareos a los jugadores que no estén demasiado acostumbrados al dispositivo. Lo que sí está cuidado son los efectos, los cuales a veces nos distraen y evitan que nos percatemos de otros fallos.

En el sonoro tenemos melodías variadas que le aportan mucha epicidad a los momentos de acción y acompañan bien durante la exploración o las conversaciones. Los efectos están trabajados y nos permiten localizar algunos enemigos o personajes mediante el audio. Después tenemos el doblaje, que como os hemos adelantado nos llega en castellano, con una interpretación decente y algunas traducciones mejorables.

Como conclusión, Marvel’s Iron Man VR es un producto que en los momentos de acción brilla al hacernos sentir como Tony Stark dentro de su armadura, con unos controles que funcionan perfectamente y un sistema de vuelo cuyo desplazamiento se basa en la colocación de nuestras manos. Se agradece también que la duración sea bastante extensa y tener algunos elementos que le aportan rejugabilidad. El problema es que hay algunos detalles que nos sacan de la experiencia, tales como la poca interactividad en las escenas o unos tiempos de carga y transiciones que se hacen pesados, algo que se nota más en la realidad virtual al dejarnos esperando con una pantalla en negro sin poder hacer nada más.

Si alguna vez habéis querido tener la sensación de convertiros en Iron Man y surcar los cielos combatiendo enemigos, estáis ante un juego bastante completo siempre que podáis pasar por alto sus fallos. No es para decir “Te quiero 3000”, pero seguro que os hará pasar buenos ratos.