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Análisis de Monster Hunter World: Iceborne

La temporada de caza continúa con el lanzamiento de Iceborne, la nueva y gran expansión de Monster Hunter World.

Análisis de Monster Hunter World: Iceborne
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Monster Hunter World: Iceborne es una enorme expansión y, a su vez, un juego de acción con toques de rol en el que nos tenemos que enfrentar a multitud de peligrosas criaturas, al igual que sucedía en el juego original. Lo primero que hay que saber es que al tratarse de una expansión necesitamos el juego original, que puede adquirirse en solitario o como parte de un pack con Iceborne. Además, para poder jugar a esta campaña necesitaréis completar la aventura principal y haber alcanzado como mínimo el rango 16 de cazador, siendo todas las misiones que encontraréis de Rango Maestro, un nuevo nivel de dificultad donde los monstruos son más feroces que nunca. Eso sí, una vez instalada tendréis acceso inmediato a algunas opciones de la expansión, como la nueva herramienta Eslinga y algunas actualizaciones de las armas, sin necesidad de llegar a dicho rango.

La historia de Iceborne tiene lugar justo después del final del juego principal donde, tras ver partir a los legianas a través del océano, los cazadores deciden seguir sus pasos para descubir lo que está sucediendo. Esto nos lleva hasta una nueva localización gélida llamada Arroyo de Escarcha, un territorio lleno de misterios a desentrañar y en el que se están produciendo cambios en el ecosistema que facilitan la aparición de nuevas criaturas a las que nos toca darles caza.

Como es habitual en la saga, no es un argumento especialmente profundo, pero sí que está bien llevado y cuenta con algunos elementos interesantes. Además, todos los textos del juego y las voces nos llegan en castellano, algo que se agradece en los momentos de lucha más intensos.

Lo primero que hay que comentar es que no se trata de una simple expansión que añade nuevos elementos, sino que corrige otros para hacer que sus mecánicas sean más satisfactorias en general. Un buen ejemplo de ello es la herramienta Eslinga, que ahora se puede utilizar mientras el arma está desenvainada y así tener nuevas opciones estratégicas. Además cuenta con una Garra Retráctil, con la que podemos agarrarnos a los enemigos y realizar un movimiento especial que hará que suelte munición, y el Tiro Proyector, para intentar aturdir a los monstruos y hacer que se choquen contra algún elemento de los escenarios.

Pero eso no es todo, cada uno de los 14 tipos de armas originales ofrecen nuevos combos y elementos que le dan una mayor profundidad a los combates, agilidad y un toque aún más táctico que le sienta fenomenal. Como es lógico, al haber nuevas criaturas encontraremos más equipamiento y objetos a crear,  pudiendo alcanzar un nivel de rareza de hasta 12, lo que los vuelven los más poderosos del juego. También hay un nuevo añadido bastante interesante, y es que las que sean como mínimo de nivel 9 pueden tener unas ranuras especiales para equipar nuevos y potentes adornos. Esto hace que las posibilidades de personalización sean más amplias y completas que nunca, pudiendo adaptar al personaje a nuestras preferencias.

Como curiosidad, se ha incoporado una función que nos permite cabalgar a los lomos de pequeños monstruos con cola para viajar con más rapidez, rastrear a otras criaturas o bien recopilar objetos, aunque antes os tocará desbloquearla formando amistades con las tribus Grimalkyne.

Por otro lado, esto no sería un Monster Hunter si no hubiera más criaturas a cazar, y en este sentido Iceborne no decepciona. Aquí encontraréis sobre todo a monstruos bien conocidos por los aficionados a la franquicia, como Zinogre, Tigrex, Glavenus, Nargacuga o Brachydios entre otros, aunque también hay lugar para modificaciones de algunos antiguos y otros completamente nuevos que ofrecen algo nunca visto en la franquicia, aunque no daremos detalles para no arruinar la sorpresa. Encabezando la lista de novedades está el Velkhana, un dragón anciano capaz de cogelar todo a su paso. Todos son muy desafiantes al ser del Rango Maestro, donde cualquier puede ponernos en un problema si no prestamos atención, siendo muy diferentes a los vistos en el juego base. Un detalle que nos ha gustado es que el juego cuenta ahora con un sistema de dificultad dinámica, que ajusta la potencia de los jefes en función de los jugadores que estén participando en el combate, incluso si alguno sale o se incorpora en el momento.

Algo que nos ha sorprendido muy gratamente es el nuevo escenario, Arroyo de Escarcha. Éste alberga  multitud de pasajes estrechos, terrenos inestables y ofrece mucha más interactividad, lo que amplía tanto las posibilidades de exploración como a la hora de combatir a los monstruos y formar estrategias. El frío afecta a la resistencia de los personajes, teniendo que utilizar bebidas calientes o visitar fuentes termales, entre otros, para entrar en calor. Los derrumbamientos y otras trampas siguen estando presentes en esta localización, pero añade otros elementos como las avalanchas que le sientan fenomenal. Además, la nueva región es una de las más grandes vistas hasta ahora en el juego, con una gran cantidad de misiones a realizar.

Como refugio y centro de reunión ahora tenemos la sede de Seliana, donde aceptamos misiones, participamos en minijuegos y actividades, conversamos con otros personajes, recuperamos el calor corporal y nos preparamos para los desafíos que nos esperan, además de tener la posibilidad de buscar a otros jugadores para jugar a través del cooperativo online.

La duración de esta expansión ronda las 40 horas si sólo nos dedicamos a avanzar, aunque a poco que os entretengáis con las misiones secundarias, farmear o conversar puede irse fácilmente por encima de las 100. A todo ello hay que sumarle el contenido tras completar la aventura, que aguarda muchas sorpresas interesantes que os gustará descubrir, más funciones para las brigadas o un modo visión que nos permite tomar capturas de pantalla de gran calidad.

En el apartado gráfico sigue manteniendo el estupendo nivel visto en el juego base, con personajes genialmente modelados y animados en los que podemos ver todos los cambios de equipamiento, escenarios amplios cargados de detalles y muy interactivos, y efectos de gran nivel. El plato fuerte viene servido por los monstruos, cuyo comportamiento, modelado y animaciones no dejan de sorprendernos a lo largo de la aventura.

El sonoro también mantiene un gran nivel, con temas de todo tipo que incluyen remezclas de los clásicos conocidos y otros nuevos que ambientan a la perfección los momentos de exploración y las batallas. Los efectos son muy buenos, mientras que los textos y las voces nos llegan en castellano para que no nos perdamos ningún detalle.

Monster Hunter World: Iceborne es, como conclusión, una expansión muy completa y cargada de contenidos que hará las delicias de los aficionados a la saga. No solo se encarga de añadir una cantidad bestial de monstruos, equipamiento u objetos entre otros, sino que también arregla algunos de los defectos del original para hacer que las batallas sean aún más espectaculares y ganen profundidad al poder afrontarlas de tantas maneras diferentes. Esto le aporta también rejugabilidad, con muchas sorpresas esperando tras completar la campaña.

Una expansión tan grande que podría considerarse casi un juego nuevo al que, quizás, le falte alguna que otra criatura nueva más, pero que sabrá llegar a los seguidores de la franquicia para mantenerlos enganchados durante multitud de horas. Así que, si ya disfrutasteis del juego base, no perdáis la oportunidad de comenzar esta nueva cacería.