Análisis de Psychonauts in the Rhombus of Ruin para PSVR
De la mano de Double Fine llega un spin-off de la saga Psychonauts centrado en la realidad virtual, Psychonauts in the Rhombus of Ruin. Entra en su misterioso y paranormal mundo para descubrir todos sus detalles.


Su historia tiene lugar justo donde lo dejó el final del primer Psychonauts en 2005, con Razputin, Lili, Sasha, Milla y el Entrenador Oleander viajando para rescatar a Truman Zannotto, el gran jefe de los Psychonauts. Una vez más nos ponemos en el papel de Raz, un intrépido joven psíquico y ahora miembro de pleno derecho del equipo de Psychonauts, un grupo de élite deagentes secretos psíquicos internacional.
Nuestra misión nos lleva directamente al corazón de Rhombus of Ruin, una misteriosa parte del océano tan mortal como dos Tríangulos de las Bermudas juntos. Allí el grupo de rescate es secuestrado y retenido como prisioneros, por lo que Raz - que está inmovilizado – tiene que utilizar sus poderes psíquicos con el fin de reunir a sus amigos, revelar la identidad del misterioso secuestrador y liberar a Truman antes de que la locura de Rhombus consuma sus mentes.
Los personajes de esta historia son muy carísmaticos y al final de la aventura conoceremos muy bien sus nombres y su rol dentro del equipo, viviendo a veces situaciones realmente hilarantes. Además, este juego sirve como nexo de unión entre la primera parte y su secuela, que llegará en un futuro a diversas plataformas.
Psychonauts in the Rhombus of Ruin es una aventura gráfica que se desarrolla desde una perspectiva en primera persona, usando los poderes psíquicos de Raz para interactuar con el mundo y resolver así los puzles que se nos proponen. Aunque utilizamos el mando para realizar ciertas acciones, el movimiento de nuestra cabeza hace de puntero y nos permite señalar los objetos con los que queremos interactuar.
Nada más comenzar contamos con un breve tutorial que nos enseña a manejar todas sus habilidades, recordándonos algunas de ellas mediante una pantalla si las olvidamos tras un periodo de tiempo de inactividad.
Entre los poderes de nuestro protagonista tenemos la Clarividencia para ver a través de los ojos de otros personajes y explorar los escenarios, la Telequinesis para mover objetos con la mente o la Piroquinesis, con la que prendemos fuego a determinados objetos. Además podemos interactuar con ciertos objetos utilizando un golpecito o disparar un potente rayo psíquico. Con estos movimientos nos toca resolver toda clase de puzles que pondrán a prueba vuestra destreza, siendo sus estos bastante ingeniosos. Hay incluso códigos que deberéis descubrir en cada partida, ya que son aleatorios – se acabo el uso de guías para desvelarlos directamente.
Nos ha gustado mucho que se haya utilizado la escusa de la Clarividencia para utilizar el teletransporte tan típico de los juegos de la realidad virtual – que sirve para evitar grandes mareos por movimientos bruscos -. Un gesto inteligente por parte del equipo de desarrollo que hará más llevaderas las partidas prolongadas.
Los escenarios varían de tamaño, pero todos son bastante lineales, con espacios cerrados entre los que podemos viajar a través de pasillos. No todos están igual de bien diseñados, pero nos obligan a recorrerlos de un rincón a otro si queremos dar con la solución de los puzles.
La duración de esta aventura ronda las cuatro horas, siempre y cuando no utilicemos ayudas para completarla. Es recomendable jugar sin guías para que no se acorte la experiencia y sea más satisfactoria, con una dificultad accesible para todo tipo de jugadores. En total contamos con doce capítulos que podemos seleccionar libremente una vez completada la aventura. Lo malo es que este tipo de juegos ofrecen poca rejugabilidad más allá de conseguir sus trofeos.
El apartado gráfico resulta muy simpático gracias a su estilo cartoon, destacando sobre todo el genial diseño y las expresiones de los personajes, aunque es un aspecto muy subjetivo. Los escenarios son un tanto irregulares y no ofrecen el mismo nivel de profundidad, con elementos que resultan más llamativos cuanto más cerca estamos de ellos. Los efectos están bastante bien. El juego funciona además con mucha fluidez y no marea en exceso con partidas prolongadas.
De la banda sonora se encarga el compositor del primer juego, Peter McConnell, por lo que si os gustó en su época encontraréis un estilo similar y de gran calidad. El doblaje está interpretado por los actores originales y sigue siendo estupendo, aunque está completamente en inglés. Por desgracia los subtítulos, que podemos activar desde el menú, nos llegan también en inglés, apareciendo dentro de recuadros perfectamente legibles. Conocer un poco el idioma es bastante necesario, ya sea para entender la historia o para avanzar en el juego.
Psychonauts in the Rhombus of Ruin ofrece una experiencia bastante original y entretenida que nos presenta en profundidad a los personajes del grupo de Psychonauts para prepararnos para la segunda entrega. Los puzles están basados en la lógica y en la exploración, no llevando demasiado tiempo completarlos. El problema viene dado por su duración, que es bastante breve y ofrece poca rejugabilidad.
A pesar de sus pequeños fallos, encontraréis una aventura muy gratificante para PlayStation VR - siempre que el idioma no sea un problema para vosotros -.