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Análisis de Rogue Legacy

Enfréntate a un gran peligro junto a tus descendientes en Rogue Legacy, el sorprendente título de Cellar Door Games que llega ahora a Nintendo Switch.

Cartel Rogue Legacy
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Rogue Legacy es un juego de acción, plataformas y exploración bidimensional con tintes de rol en el que la muerte está siempre presente, teniendo que elegir a uno de los tres posibles descendientes cuando nuestro personaje muere para llevar a cabo nuestra misión. El problema es que cada descendiente tiene deficiencias genéticas que harán que las cosas se compliquen, pero también una cualidad que podría ajustarse a lo que busquemos en ese momento, siendo un título cuya dificultad está muy bien ajustada y que oculta multitud de secretos que os mantendrán enganchados durante mucho tiempo.

Su historia nos pone en el papel de un antiguo caballero que, al traicionar y asesinar a su rey, recibe una terrible maldición por la que sus descendientes sufren enfermedades y defectos genéticos. Con el fin de deshacernos de ella tenemos que llegar hasta el fondo de su castillo, atravesando peligrosas mazmorras llenas de enemigos y trampas, con cuatro zonas a cada cual más peliaguda en las que nos esperan jefes finales que no nos darán ni un respiro.

No es el argumento más profundo que encontraréis en un videojuego, pero si una buena excusa para comenzar nuestro viaje y estudiar a fondo las diferentes rutas, con un mapa que podemos abrir en cualquier momento y que nos indica la posición de cada una de las zonas siempre y cuando las hayamos desbloqueado. Además, todos sus textos nos llegan en completo castellano, por lo que no tendréis problemas para seguir la trama, leer los diarios o descubrir las características únicas de cada personaje.

Sus controles son muy prácticos y sencillos de dominar. Tenemos la posibilidad de desplazarnos lateralmente, saltar, impulsarnos, consultar el mapa, atacar, utilizar las habilidades especiales de cada personaje y, en ocasiones, poder cambiar de arma. Por supuesto, dependiendo del personaje que llevemos en ese momento todo cambiará debido a su enfermedad, así que en cada partida nos toca adaptarnos a la situación. Por supuesto, contamos con una barra de vitalidad y otra de magia que limita las veces que podemos usarla, pudiendo subir de nivel para ir mejorando las características del personaje.

Durante nuestro viaje conseguimos monedas, las cuales son muy importantes para la aventura. Gracias a ellas, cada vez que empezamos una nueva partida podemos comprar nuevas mejoras, ayudas y opciones que facilitan el viaje, haciendo que poco a poco tengamos la sensación de progreso a pesar de que los personajes fallezcan. Clases de personajes, un herrero que nos proporciona mejor equipamiento o  un acceso a la mazmorra más barato son algunas de las muchas mejoras disponibles, haciendo que sea muy personalizado y satisfactorio en este sentido.

Los enemigos son muy variados y cuentan con diferentes características que los hacen únicos, siendo algunos de un tamaño bastante grande y con patrones de ataque difíciles de esquivar. Cuanto mejor es un enemigo, mejor recompensa nos ofrece, por lo que hacerle frente a los más poderosos puede suponer un gran desafío pero a su vez una gran satisfacción. Si a ello le sumamos unos jefes finales tremendamente fuertes y desafiantes, tenemos un juego a la altura de lo demandado.

Los escenarios se generan proceduralmente en cada partida, aunque si pagamos cierto precio podemos hacer que se mantengan como en el anterior. En general están perfectamente estudiados y es muy satisfactorio explorar hasta dar con las salas de los jefes e ir superándolas, aunque al ser aleatorias en ocasiones puede sorprender la diferencia de dificultad entre salas. Lo mejor es la cantidad de secretos que hay en cada rincón, necesitando que algunos personajes cuenten con una determinada característica o habilidad para poder encontrarlos.

En cuanto a duración, tenemos un título que, sin ser demasiado extenso en su historia, cuenta con los suficientes secretos y una dificultad muy bien ajustada como para mantenernos enganchados durante mucho tiempo. Además, hay un modo de juego + que aumenta su dificultad cuando completamos la aventura. Lo mejor es que de vez en cuando encontramos salas en las que nos esperan pequeños desafíos a cada cual más complicado y unos payasos con pruebas basadas minijuegos, aunque las recompensas suelen ser las más destacadas de todo el título.

La verdad es que no encontraréis cambios respecto al resto de versiones más allá de la portabilidad y el uso de la vibración HD, pero en general no los vemos necesarios, siendo realmente divertido poder disfrutar de una aventura de estas características en cualquier momento y lugar.

El apartado gráfico es de estilo retro, pero con personajes y escenarios más detallados y cuidados. El problema es que, al generarse los escenarios proceduralmente, las localizaciones son demasiado genéricas, encontrando demasiados elementos comunes entre zonas. Al menos funciona con mucha fluidez y los efectos son muy llamativos, destacando especialmente los producidos por las enfermedades de los personajes.

En el sonoro tenemos melodías de estilo clásico bastante pegadizas, si bien la escasez de temas hace que a la larga se vuelvan un tanto repetitivas. Los efectos están cuidados y resultan llamativos, mientras que los textos del juego, como hemos comentado, nos llegan completamente en castellano.

La versión de Rogue Legacy para Nintendo Switch es, como conclusión, muy conservadora respecto al resto de versiones, encontrando un título muy entretenido, divertido y con un desafío a la altura. El tener escenarios que se generan aleatoriamente hace que sea muy rejugable pero, a su vez, tenga zonas que se repiten en exceso. Lo mejor es la sensación de progresión que deja, con un árbol cargado de desbloqueables bastante interesantes.

Un título realmente adictivo que destaca por los problemas genéticos de los descendientes y por su genial sistema de control, siendo ahora más disfrutable por poder disfrutar de la aventura en cualquier parte.