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Análisis de Romance of the Three Kingdoms XIV

La clásica saga táctica de Koei Tecmo regresa con Romance of the Three Kingdoms XIV, la cual cuenta con el mayor número de oficiales visto en la franquicia.

Cartel Romance of the Three Kingdoms XIV
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Romance of the Three Kingdoms XIV es la nueva entrega de la serie de juegos de estrategia de Koei Tecmo, que una vez más está ambientado en la caída de la Dinastía Han en la antigua China. En esta ocasión veréis que, para rendir tributo al juego original lanzado en 1985 para PC por Tecmo y simplificar mecánicas, los territorios capturados utilizan un sistema de colores mucho más claro y todo se desarrolla en un mismo mapa, además de incluir la mayor cantidad de oficiales vistos hasta la fecha en la saga, entre otras novedades. Como siempre, todo se centra en la gestión, la recolección, la diplomacia y la guerra, ofreciendo un enfoque táctico muy interesante que nos lleva intentar conquistar toda China.

El argumento nos lleva a experimentar de nuevo el período crucial de Los Tres Reinos en la Antigua China, donde tenemos que dejar nuestra huella en la historia conquistando China y unificando los Tres Reinos. En esta ocasión nos lleva a participar en siete desafiantes escenarios, donde encontraréis la Rebelión de los Turbantes Amarillos, una guerra caótica que significó el comienzo de los tiempos, la batalla de Guandu, con la lucha por la dominación entre Yuan Shao y Cao Cao, o el comienzo de la campaña del norte de Zhuge Liang, entre otros.

Como siempre, es uno de los puntos más interesantes del juego, disfrutando de ricas historias y personajes carismáticos de este período con múltiples conversaciones y escenas, encontrando incluso algunas especiales que se desbloquean al cumplir ciertas condiciones. Pero lo mejor de todo es que en ocasiones también se nos presentan otros escenarios alternativos que nos plantean cómo hubiera cambiado todo si los sucesos hubieran sido otros. Eso sí, todos los textos del juego nos llegan completamente en inglés, necesitando un buen nivel en el idioma para poder saguir una trama extensa y con multitud de líneas que a veces pueden ralentizar el ritmo de la aventura.

En sus mecánicas volvemos a estar ante un título centrado en la gestión, la diplomacia y la estrategia, teniendo que conquistar poco a poco territorios para hacernos con el control de toda China. Como hemos comentado, los escenarios se dividen en casillas de diferentes colores que indican el territorio conquistado por cada uno, pudiendo acercar la cámara para ver cuales son las unidades que estamos utilizando. Una de las novedades es que recupera el sistema de gobernantes visto en RTK9 y 11, donde todas las acciones tienen lugar en un único mapa para evitar confusiones y hacer que en general resulte más cómodo.

La diplomacia sigue teniendo una gran importancia en el juego, donde podemos elegir entre cinco esquemas diferentes para intentar debilitar a una fuerza enemiga: Veneno Oculto, Distanciarse, Pacificación, Hogar Desatendido y Destrucción Dual. Cada una tiene su función dentro del juego y elegir la que más se adecúe a nuestra situación es muy importante para causar estragos en los rivales. Pero cuidado, una mala decisión puede llevar a que las relaciones empeoren y volverse en nuestra contra. Algo que también juega un papel fundamental son las relaciones con las unidades extranjeras, ya que permiten pedir el regreso de los oficiales capturados, aunque para que se rindan hay que ser muy cuidadosos.

En total encontraréis 46 ciudades divididas en 340 regiones que os tocará conquistar para intentar haceros con el control del mapa de China. Cuanto mayor sea el terreno capturado, más beneficios tenemos en forma de recursos, lo que a su vez implica que podamos dejar a los enemigos sin su línea de suministros para acabar con ellos sin necesidad de combatir o utilizarlas en nuestro favor. Una vez conquistado, podemos designar a un oficial para que supervise esa  zona y se encargue de su desarrollo.

Es por ello que elegir al oficial adecuado es muy importante para progresar, encontrando a más de mil con personalidades únicas que debemos estudiar para asignarles un puesto en el que puedan destacar, ya sean para la batalla, la diplomacia o la administración. Además existe la posibilidad de crear nuestro propio oficial a medida. Por otro lado también están las especifidades de cada personaje, una serie de elementos destacados que tienen ciertos oficiales que les permiten aumentar sus atributos o aumentar la lealtad de los sirvientes, entre otros.

Todo esto  no sería interesante sin una IA que planteara al jugador un desafío a la altura, contando cada oficial con una estrategia única para conquistar el mapa, diferentes formaciones y la posibilidad de combatir por tierra y mar. A veces no es tan buena como nos gustaría, pero cumple. No queremos olvidar que de vez en cuando tienen lugar duelos entre los oficiales de mayor rango y, dependiendo de quien salga victorioso, puede hacer que el ánimo de las tropas del perdedor caiga en picado, siendo más fácil ganar la batalla.

En cuanto a duración, es un título con muchas misiones y posibilidades, haciendo que tengáis que dedicar multitud de horas para completarlo al cien por cien. Pero además es tremendamente rejugable por intentar descubrir todas las conversaciones ocultas o por la gran variedad de formas de las que podéis afrontar una misma misión.

El apartado gráfico es lo que menos nos ha gustado, ya que el mundo donde se desarrolla el juego y los personajes podrían estar bastante más trabajados, aunque en lo artístico resulta bastante bueno. En su lugar tenemos unos menús muy claros e intuitivos, un único escenario con colores para distinguir los terrenos conquistados por cada uno y evitar molestas cargas entre zonas y una gran fluidez, pudiendo realizar casi cualquier acción al instante tanto en PS4 como en PC gracias a la estructura utilizada.

En el sonoro encontraréis melodías de corte oriental que, a pesar de acompañar bien, suelen quedar en segundo plano y resultan poco más que correctas. Al menos el tema principal, de Mayo Okamoto, es mucho mejor. Los efectos no están nada mal, mientras que las voces nos llegan en japonés, con una buena interpretación por parte de los actores, y están acompañados por textos en inglés.

Como conclusión, Romance of the Three Kingdoms XIV es un título que ofrece multitud de opciones para aquellos que disfruten de los juegos de estrategia, con una ambientación muy lograda y una interfaz intuitiva que funciona bien tanto con el mando como con el teclado y el ratón. El haber unificado todo en un mapa hace que resulte mucho más ágil que en la anterior entrega, junto con el uso de los colores para distinguir bien los territorios. Además ofrece infinidad de horas de juego por el número de contenidos que incluye y lo rejugable que es.

Quizás no sea un juego pensado para todos los públicos por estar ambientado en las dinastías de China, la gran cantidad de opciones que ofrece o contar con textos en inglés, pero los aficionados a esta saga sabrán apreciar muchas de sus virtudes.