Análisis de Saints Row IV: Re-elected
La aventura más extravagante de los Santos llega a Nintendo Switch con Saints Row IV Re-elected, que además incluye una gran cantidad de contenidos descargables.


Saints Row IV Re-elected es un juego de acción en tercera persona que se desarrolla en un amplio mundo abierto virtual y, gracias a ello, podemos utilizar todo tipo de poderes para desplazarnos por él o acabar con nuestros enemigos. Esta nueva versión incluye un total de 25 contenidos descargables entre los que encontraréis el pack Dubstep Gun (Remix), el conjunto Presidencial, el pack Commander-In-Chef y dos expansiones de la historia: Enter The Dominatrix y How the Saints save Christmas. Por desgracia no incluye Gat Out of Hell, expansión que sí acompañó al resto de versiones de las consolas actuales.
Su historia nos pone en el papel del Presidente de los Estados Unidos de América, a quien creamos al principio con un completo editor. El Jefe (o la jefa) de los Santos ha sido elegido para la Presidencia de los Estados Unidos, pero los Santos apenas están empezando. Después de una catastrófica invasión alienígena de la Tierra, liderada por el malvado Overlord Zinyak, los Santos han sido transportados a una simulación bizarra de la ciudad de Steelport. Con nuevos y viejos amigos a nuestro lado y un arsenal de superpoderes y extrañas armas, debemos luchar por liberar a la humanidad del control mental del abuelo alienígena Zinyak.
Este argumento sigue siendo muy divertido, donde tenemos personajes y situaciones un tanto surrealistas, diálogos irreverentes y descarados en los que no se cortan ni un pelo a la hora de tratar ciertos temas o giros inesperados constantes, pero sobre todo burlas a determinados clichés de videojuegos y películas famosas desde el primer minuto y referencias a la saga. Además nos llega, como ya ocurriera en su momento, con textos en castellano para que no tengamos problemas a la hora de seguir la trama.
Tras una breve introducción a modo de tutorial en el que salvamos al mundo y nos lleva hasta el puesto de presidente, encontraréis un buen creador en el que dar forma a nuestro héroe o heroína, eligiendo un personaje base, detalles de su cuerpo, cara, cabello, maquillaje o su personalidad. Es muy completo en este sentido y, aunque se siente un tanto anticuado, las herramientas que nos proporcionan nos permiten crear a uno a nuestro gusto. También tenemos tres opciones de dificultad: fácil, normal y hardcore, cada una pensada para un tipo de jugador.
En cuanto a mecánicas, notaréis que los controles son muy similares a los de la tercera entrega, especialmente porque al principio se concibió como una expansión de la misma que poco a poco creció hasta convertirse en un juego completo. Podemos desplazarnos en cualquier dirección, correr, saltar, agracharnos, utilizar ataques cuerpo a cuerpo o a distancia con todo tipo de armas, interactuar con determinados objetos e incluso hacer uso de un tiempo bala o quick time events. Pero lo mejor de todo es que encontraréis toda clase de superpoderes a desbloquear. Es esta última parte la más interesante y la que le aporta una gran diversión al juego, ya que el sistema de apuntado no es del todo satisfactorio.
También hay montones de vehículos a utilizar, si bien no los usaréis demasiado al poder desplazarnos más rápido con el supersprint o con el supersalto, lo que le aporta mucha verticalidad a la aventura. A veces utilizaréis algunos, pero será más bien por probarlos o porque una misión lo requiera.
A lo largo de la aventura aprenderéis a infringir, dominar y saltaros las reglas de esta realidad, lo que os dará acceso a nuevos poderes. Podéis correr a toda velocidad con el supersprint, saltar enormes edificios con el supersalto o utilizar la telequinesis para mover objetos y personas con la mente, entre muchos otros. Todos se pueden mejorar utilizando clústeres repartidos por todo el mapa, aunque también necesitaréis cierto nivel para poder tener acceso a ellos y evitar que seamos prácticamente indestructibles al comienzo de la aventura.
Como en el anterior juego, seguimos contando con montones de armas, vehículos, mejoras y posibilidades de personalización, pero todo queda en un segundo plano cuando hacemos uso de los poderes, que le roban todo el protagonismo al poder causar estragos de montones de formas diferentes y nos permiten desplazarnos ágilmente por su gran mundo.
Eso sí, hay armas disparatadas que siempre es un placer descubrir, como la dubstepadora, que pone a bailar a todos los enemigos, encontrando cabida para ellas en las misiones que se desarrollan en el mundo real. Y hablando de misiones, las principales son muy buenas por la cantidad de situaciones que debemos afrontar, encontrando otras secundarias que no están tan trabajadas, ciertas actividades, pruebas y objetivos ocultos por todo el mapa, entre otras.
La duración de la campaña da para unas 20 horas, tiempo que se ve muy ampliado si nos dedicamos a realizar algunas de las tareas optativas mencionadas anteriormente, lo cual es altamente recomendable por encontrar algunas realmente disparatadas. Además hay un modo cooperativo local (cada jugador con una consola y juego), si bien no es demasiado recomendable.
En este sentido es exactamente igual que el juego original, con una IA mejorable, un sistema de disparos que no funciona del todo bien y algunos elementos que a día de hoy se sienten algo obsoletos, pero no por ello deja de ser divertido. Esta versión de Nintendo Switch, como hemos comentado, incluye dos expansiones, Enter the Dominatrix y How the Saints save Christmas, así como montones de elementos estéticos y algunas armas nuevas. Es una pena que no se haya aprovechado la ocasión para incluir Gat Out of Hell, ya que es algo que sí vimos en el resto de remasterizaciones.
El apartado gráfico no está mal, pero sufre caídas que pueden llegar a molestar en el modo sobremesa. Curiosamente esto no ocurre con el portátil, donde se sacrifica resolución para ofrecer una dinámica que se mueve entre los 480p y 720p, hay dientes de sierra, popping o carga tardía de texturas, pero al menos funciona con más fluidez. Aunque pensamos que se podría haber hecho un mejor trabajo de optimización, al menos no es tan desastroso como en la anterior entrega.
En el sonoro encontraréis la estupenda colección de temas licenciados que nunca nos cansamos de escuchar y otros creados para la ocasión que cuentan con una calidad muy buena. Los efectos están bastante bien, mientras que las voces nos llegan en inglés con un trabajo aceptable por parte de los actores de doblaje. Los textos nos llegan en castellano, aunque nos hubiera gustado que llegara doblado para no perdernos algunas de sus interesantes conversaciones entre las batallas.
Como conclusión, la versión de Switch de Saints Row IV: Re-elected nos sigue ofreciendo algunos momentos inolvidables gracias a los montones de referencias que encontraréis al mundo del cine y los videojuegos, con una banda sonora soberbia y bien escogida para cada situación y una duración aceptable. Es cierto que en ciertos aspectos se siente algo desfasado, hemos echado en falta la expansión Gat Out of Hell y que técnicamente esperábamos un trabajo algo mejor, especialmente en sobremesa, pero poder jugar a esta aventura en modo portátil es una gran experiencia, no encontrando muchos títulos de este género en la consola.
Así que si buscáis diversión desenfadada, sobre todo para los que no jugaron al original ni tengan acceso a otras versiones, en este título os esperan multitud de sorpresas que os harán soltar una carcajada a cada momento.