Análisis de Samurai Shodown para Nintendo Switch
El reinicio de la saga Samurai Showdown llega a Nintendo Switch con algunos añadidos, así como el título descargable Samurai Shodown! 2 para aquellos que reservaran el juego.


Samurai Showdown se trata de un título de lucha uno contra uno que se desarrolla lateralmente, siendo el regreso de una de las franquicias más exitosas de SNK. Mantiene todo lo que hizo grande a las anteriores entregas, centrándose de nuevo en peleas pausadas donde debemos calcular con precisión nuestros movimientos para realizar ataques, bloqueos y esquivas con el fin de ofrecer peleas tácticas muy divertidas en las que se masca la tensión hasta el final, pero mostrando unos gráficos tridimensionales en cell shading muy llamativos que consiguen que no pierda su esencia. Esta versión de Switch incluye todo lo visto en la de PS4 y Xbox One, añadiendo la lógica portabilidad y, sobre todo, la presencia de Shizumaru Hisame.
Sus controles, más allá de poder utilizar un Joy-Con para combatir (aunque no es muy cómodo), tampoco han cambiado nada, con un estilo accesible que se centra más en la táctica que en la habilidad a la hora de realizar combos. Tenemos un ataque débil, otro medio y el fuerte, así como uno para las patadas, que combinados con las diferentes direcciones del pad dan lugar a muchos moviminetos. Como hemos comentado, el timing es muy importante, ya que un buen contraataque puede ser devastador y acabar con buena parte de la vitalidad de los rivales.
Al ser un título basado en armas, hay otro tipo de movimientos que no podían faltar: los bloqueos, que aparte de disminuir el daño recibido nos permiten dejar al rival vendido si realizamos el movimiento en el momento justo; las esquivas, las cuales son más complicadas de ejecutar pero cuyo daño al contragolpear es mucho mayor; y los agarres, que no hacen daño pero nos permiten acabar con la defensa del contrario.
Por otro lado, hay un medidor de furia que se va rellenando poco a poco y, aparte de servir para ejecutar los movimientos super especiales de cada personaje, permiten activar el modo furia para potenciar los movimientos de nuestro luchador o lanzar un ataque definitivo cuyos daños se basan en la cantidad de vitalidad que tengamos en ese momento y permiten desarmar al rival. Es un movimiento muy poderoso que, si falla, puede dejarnos vendidos al desaparecer el medidor de furia durante el resto del combate.
Al igual que en el original, todo ello hace que los combates sean muy equilibrados, tácticos y con un ritmo pausado que lo diferencia de otros títulos del género. Al principio puede costar hacerse a su estilo, pero llegado el momento descubriréis que es muy accesible y esconde un lado mucho más profundo que os llevará tiempo dominar. Todo está perfectamente explicado en su modo Práctica, en el que conoceréis lo básico con el tutorial y pondréis en práctica lo aprendido con el entrenamiento.
El elenco de luchadores está compuesto por un total de 17 personajes, encontrando 13 clásicos que los seguidores de la franquicia reconocerán al instante (como Haohmaru, Tam Tam, Galford, Hazo o Nakoruru, entre otros), 3 nuevos (Yashamaru Kurama , Darli Dagger y Wu-Ruixiang) y un añadido de serie en la versión de Switch, Shizumaru Hisame. Nos ha chocado que no se haya aprovechado la ocasión para añadir a los luchadores del primer pase de temporada (Rimururu, Basara, Kazuki Kazama y Wan-fu), los cuales incluso se regalaron con la compra del resto de versiones en su lanzamiento, o a Mina Majikina. Al menos, aunque el elenco es corto, todos los personajes están muy bien diferenciados en cuanto a estilo de lucha.
En cuanto a modos de juego, en primer lugar tenemos la historia, que viene a ser un modo arcade en el que vemos una escena de cada personaje al principio, otra a la mitad del desarrollo y una final al acabar con el jefe. Aunque es entretenido, se echa en falta algo más de profundidad, donde al menos podemos elegir niveles de dificultad realmente desafiantes. A su izquierda tenemos el modo En Línea que, como ya pasaba en el resto de versiones, se limita a partidas casuales o puntuadas online para ir ascendiendo en la clasificación, donde necesitaréis estar suscritos al servicio de Nintendo Switch Online para participar.
Después está el Dojo, lugar en el que podemos entrenar a una IA para subirla online y que otros luchadores y se puedan enfrentar a ella, sucediendo lo mismo a la inversa. No hay mucho más que comentar, ya que se centra sólo en combatir sin ningún tipo de recompensa. Por último tenemos Batalla, donde encontraréis las clásicas modalidades de Contrarreloj, Supervivencia, Campeonato o Versus.
Como extras están la Base de Datos, que nos permite revisar los datos que se hayan guardado sobre las fantasmas, registros de batalla, récords o estadísticas, y la Galería, donde disfrutaréis de los distintos vídeos, ilustraciones y música de fondo que hayáis desbloqueado.
Hasta aquí, y más allá de la posibilidad de usar cada Joy-Con como un mando y el añadido del nuevo personaje, es todo igual que en el resto de versiones del juego. Es en el apartado gráfico donde sí hemos encontrado algunos defectos que pueden ensombrecer la buena calidad del juego en general. La resolución es menor a lo visto anteriormente y, aunque se disfruta bien en el modo sobremesa, en el portátil es cierto que hemos notado unos fondos mucho menos vistosos. Y no es lo único, ya que además hay un descenso en la calidad de texturas y efectos que deslucen en general el apartado artístico.
Esto también se aplica a la fluidez, en la que de vez en cuando notamos pequeñas bajadas de los 60fps, algo que en un juego de lucha afecta al control. No es demasiado notable, pero en un juego que requiere tanta precisión es importante, así que esperamos que se corrijan en un futuro mediante actualizaciones. Como curiosidad, se puede configurar la violencia de los gráficos para hacer que tengamos la posibilidad de activar o desactivar la sangre y los desmembramientos.
En el sonoro, como es lógico, sigue manteniendo su calidad, con melodías orientales que le sientan genial a los combates, buenos efectos de sonido y un doblaje en japonés excelente. Los textos, como ya ocurriera anteriormente, nos llegan en castellano.
Como conclusión, Samurai Shodown en Switch sigue siendo tan estratégico y divertido como lo fue en PS4 y Xbox One, con controles muy accesibles pero díficiles de dominar y personajees bien diferenciados, donde lo único malo que encontraréis es una plantilla algo escasa y modos de juego poco originales. Lo que menos nos ha gustado es la casi total ausencia de novedades y un apartado técnico mejorable, haciendo que no sea todo lo que esperábamos de él.
Si estos defectos se corrigen mediante futuras actualizaciones, encontraréis un juego con peleas pausadas entretenidas y desafiantes que lo diferencian del resto de títulos del género y, como es habitual en los juegos de Switch, la posibilidad de jugar en cualquier parte.