Análisis de Shakedown: Hawaii
Vblank Entertainment, creadores de Retro City Rampage o Venture Kid, vuelven a la carga con Shakedown: Hawaii, un título que mantiene la esencia de su primer juego pero con novedades que lo vuelven más interesante.


Shakedown: Hawaii es un título bidimensional de acción y aventuras que tiene lugar en un mundo abierto y cuenta con una perspectiva cenital, donde podréis utilizar diferentes armas, conducir vehículos, haceros con propiedades o participar en diversos minijuegos, entre otros, para hacer que su desarrollo nunca caiga en la monotonía. Es la secuela espiritual de Retro City Rampage, pero añadiendo algunas novedades que hacen de éste un juego mucho más divertido y apetecible sin desmerecer al anterior.
Su historia nos habla sobre un director ejecutivo que está envejeciendo y lucha por darle un sentido al mundo moderno. Las compras online mataron a sus tiendas minoristas, los viajes compartidos a su compañía de taxis y el streaming a sus tiendas de vídeos. Su compañía está atascada en el pasado junto a él. Para salvarla, necesitamos aprender los métodos de los negocios modernos y utilizarlos para reconstruir su imperio, ya sea de manera legal o recurriendo a métodos menos ortodoxos.
Este argumento no es nada del otro mundo, pero cuenta con diálogos breves llenos de humor que hacen que nunca se vuelva aburrido. Hace montones de referencias a la actualidad y critica de forma satírica algunos de sus aspectos, siendo sus personajes tan corrientes como únicos. No podían faltar tampoco comentarios que hacen guiños al mundo del cine y de los videojuegos que os sacaran más de una sonrisa. Eso sí, comentar que todos los textos del juego nos llegan en inglés en detrimento de la anterior entrega, si bien no es necesario tener un nivel alto en el idioma para avanzar.
Los controles son muy intuitivos y a los pocos minutos ya estaréis desatando el caos por la ciudad, con misiones que al comienzo nos sirven como tutorial. Aquí podemos saltar, utilizar armas cuerpo a cuerpo o a distancia, marcar objetivos, robar y conducir vehículos, e incluso chantajear o extorsionar a civiles. Y es que el dinero tiene mucha importancia en este juego, ya que poco a poco lo vamos invirtiendo en nuevos locales o franquicias que nos van reportando aún más beneficios para ir forjando poco a poco nuestro imperio. Existen también unos multiplicadores que nos permiten aumentar estas ganancias a través de nuevas inversiones en publicidad.
Hay tres protagonistas que manejamos a lo largo del juego: el magnate desfasado del que os hemos hablado anteriormente, un punk que busca ganarse la vida con la música pero que trabaja en una banda para ir sacando dinero y que resulta ser su hijo, y un trabajador a sueldo. Jugablemente no encontraréis diferencias entre ellos, aunque tienen sus propias misiones y línea argumental, siendo el principal de la aventura el viejo ejecutivo.
Como buen juego de acción, disponemos de un gran elenco de armas de todo tipo, algunas realmente poderosas y sorprendentes, siendo todas ellas muy variadas. Lo mismo ocurre con los vehículos, con los que podréis viajar a gran velocidad, causar estragos e incluso atravesar zonas de agua con lanchas. Es cierto que al situarse la cámara tan cerca de los vehículos y al encontrar bastante tráfico a veces es complicado esquivar obstáculos, pero poco a poco os iréis acostumbrando.
También encontraréis montones de tiendas en las que podréis personalizar vuestro estilo, con diferentes peinados o prendas de vestir. No tienen ningún peso en su jugabilidad, pero se agradece darles un cambio de vez en cuando. Lo mejor es que podemos comprar todo tipo de edificios, y no sólo para conseguir dinero, sino también para acceder a nuevos vehículos y armamento entre otras ventajas.
No os olvidéis que en este juego estaréis delinquiendo en todo momento, así que, como es normal, la policia no dudará en darnos caza para intentar acabar con nosotros. Cuanto mayor es el daño que realizamos, más nos siguen, pero tranquilos, el nivel desaparecerá si les damos esquinazo o entramos en un edificio para comenzar una nueva misión. A ellos hay que sumarle otro tipo de enemigos, como delincuentes u otras bandas que intentarán poner fin a nuestros planes.
El mundo del juego nos ha encantado, siendo su mapeado muy grande y estando cargado de tareas a realizar. Cuenta con montones de elementos destructibles y personajes que estarán haciendo su vida normal hasta que nosotros aparezcamos causando el caos. Además en él encontraréis edificios en los que podréis entrar y multitud de secretos escondidos por los rincones, como ciertos vehículos o armas.
Las misiones, por otra parte, están pensadas para partidas rápidas. Éstas cuentan con explicaciones breves y objetivos que normalmente se sitúan bastante cerca, completándolas en poco tiempo para dar paso a las siguientes. Hay más de 125 misiones principales a nuestra disposición y, aunque es cierto que normalmente se parecen entre sí, nunca se nos han hecho aburridas. Lo mejor es que también encontraréis otras secundarias bastante divertidas que le aportan algo más de variedad, especialmente las que tienen lugar en un espacio de realidad virtual. En ellas tendréis un tiempo limitado, obteniendo medallas según la puntuación obtenida. Podéis repetirlas tantas veces como queráis para superar dicha puntuación e incluso acceder a ellas desde el menú principal.
Por cierto, si no os gusta que os guien a través de misiones o participar en los desafíos arcade, siempre podréis acceder al modo libre, en la que podréis actuar como os venga en gana por simple diversión. Os aseguramos que es muy divertido y que siempre apetece ir por libre para causar el caos mientras dominamos la ciudad. Como extras tenemos también la posibilidad de ver repeticiones e incluso las tablas de clasificación para ver en que lugar nos encontramos en el ranking.
La duración del juego es muy extensa, sobretodo si nos ponemos a completar todas las tareas secundarias. A ello hay que sumarle la gran rejugabilidad que ofrece por sus divertidas mecánicas y por intentar superar puntuaciones en los desafíos arcade.
El apartado gráfico ha pasado de los 8 bits a los 16 bits, un cambio que os aseguramos que se nota bastante. Todo está muy cuidado, desde los escenarios hasta los personajes, sus animaciones y los diferentes efectos, tales como la iluminación o las explosiones. Siempre os quedaréis embobados mirando sus detalles, con un estilo pixelado que le sienta genial a la aventura. Además hay escenas del mismo estilo bastante elaboradas. Hemos encontrado algún bug, pero nada destacable que pueda llegar a molestar.
La banda sonora también está a un gran nivel, estando a cargo de nuevo Matt Creamer, con excelentes melodías de estilo chiptune que le aportan frenetismo a las partidas y que son muy pegadizas. Los efectos no están nada mal, mientras que los textos, como ya hemos comentado, están en inglés.
En definitiva, Shakedown: Hawaii coge la fórmula de Retro City Rampage y la lleva más allá para ofrecer un título mucho más completo y divertido. El sistema de misiones cortas funciona muy bien, contando siempe con mucha acción y un amplio mundo a explorar en el que, además, hay un factor de gestión entretenido que no es necesario dominar para avanzar. La historia no es muy profunda, donde además un protagonista destaca por encima del resto y el idioma no ayuda, pero siempre está bien llevada gracias al humor del que hace gala.
Si buscáis acción directa estáis ante un título ideal, donde la diversión prima por encima de todo gracias a su estupenda jugabilidad. Una vez que comencéis no podréis soltar el mando.