Análisis de Star Wars: Squadrons
Ponte a los mandos de tu caza estelar y prepárate para una aventura de otra galaxia con Star Wars Squadrons, la nueva creación nacida de la colaboración entre Electronic Arts, Motive Studios y Lucasfilm.


Star Wars: Squadrons es un juego de acción en primera persona en el que manejamos diferentes cazas estelares para enfrentarnos a otros jugadores en el online o bien afrontar una campaña en solitario que ofrece mucha diversión. Con controles accesibles pero con una gran profundidad jugable, estamos ante un título que puede disfrutar cualquier jugador pero que sólo los más entregados llegarán a dominar, teniendo los jugadores montones de opciones a su disposición de las que estar pendientes. Esto además se potencia gracias a lo bien diferenciadas que están las naves disponibles, aunque hablaremos de ello más adelante.
Su historia nos sitúa en un periodo cerca del fin de la Guerra Civil Galáctica, donde líderes emblemáticos y otros emergentes de la Nueva República y el Imperio luchan por la galaxia para marcar la diferencia. Este argumento lo vivimos desde los dos lados de la guerra, conociendo así sus puntos de vista y ambiciones. No esperéis algo demasiado profundo, pero está muy bien narrado, sus personajes son carismáticos y el ritmo que lleva es bastante bueno, no haciéndose pesado en ningún momento e intercalando algunas secuencias de vídeo bastante vistosas. Por supuesto, encontraréis algunos personajes nuevos y otros viejos conocidos de la franquicia que harán las delicias de sus seguidores. Además nos llega completamente doblado al castellano y con texos en el mismo idioma.
Nada más comenzar, y tras realizar ciertas configuraciones, nos toca crear a un piloto imperial y a un piloto rebelde que nos representarán en la campaña, eligiendo su cabeza, cuerpo, voz y nombre, siendo estas opciones un tanto escasas. Pero no os preocupéis demasiado, ya que más allá de alguna escena, apenas los veréis al desarrollarse todo en primera persona. Después hay dos tipos de experiencia: Estándar, que es la que viene por defecto y habilita ayudas como marcar el objetivo actual o la posición de los amigos y enemigos, entre otros; y Solo Instrumentos, donde se ofrece una experiencia más compleja al ser nuestra única fuente de información los instrumentos de la cabina.
Finalmente toca seleccionar la dificultad: Modo historia, Piloto, Élite o As, siendo el primero el más sencillo para disfrutar sólo del argumento y más exigente en cuanto a pilotaje según váis llegando a As.
Sus mecánicas son sencillas de comprender y tras unas partidas os haréis a sus controles, ofreciendo mucha profundidad dentro de esta accesibilidad. Aquí utilizamos el stick analógico izquierdo para acelerar, frenar o girar la nave, mientras que con el derecho llevamos la dirección y apuntamos a los objetivos, a los cuales podemos fijar para seguirles el rastro y después dispararles. Esta es la parte sencilla, pero después esconde un lado más técnico que nos obliga a distribuir la energía de la nave de los motores al armamento o los escudos según lo requiera cada situación, tener que esperar a que se enfríen las armas para volver a disparar, estar pendientes del estado de la nave para recuperarla o utilizar el radar correctamente para localizar a los enemigos, entre otros aspectos más técnicos, lo que nos hace sentirnos en todo momento como auténticos pilotos al tener que realizar peligrosas maniobras para intentar esquivar a nuestros rivales y sorprenderlos cambiando entre las armas que llevamos equipadas.
Todo se trata de saber pilotar y distribuir bien la energía según lo necesitemos para acabar con nuestros rivales y defendernos, pero no es algo sencillo de conseguir en nuestros primeros pasos y requiere muchas horas de pilotaje para saber sacarle provecho. Esto hace que cada batalla sea única y muy entretenida, con un movimiento de las naves que se siente muy suave y realista y nos ayuda a comprender la complicación que tienen algunas maniobras de las naves en las películas.
Lo que más nos ha gustado, sin duda, es lo bien recreadas que están cada una de sus ocho naves y lo distintas que se sienten entre sí cuando las manejamos. Por parte de la República tenemos el Caza Estelar T-65 ALA X, el Bombardero BTL ALA Y, el Interceptor RZ-1 ALA A y el Caza de Apoyo UT-60D ALA-U, mientras que por el Imperio está el Caza TIE/LN, el Bombardero TIE/SA, el Interceptor TIE/IN y el Segador TIE/RP. También son muy personalizables al poder añadirle piezas únicas y diferente armamento para que se adapten a las preferencias y necesidades de cada jugador.
La campaña, con unas diez horas de juego, cuenta con misiones variadas y muy entretenidas que siempre saben sorprender al jugador con situaciones totalmente inesperadas, algunas muy similares a lo visto en las películas como proteger un crucero o escapar del interior de una nave que está a punto de explotar. Después hay partes que pasamos en el hangar y en el puente de mando para conversar con otros pilotos, ver los cazas o la siguiente misión, aunque nos han parecido un tanto prescindibles. Al final todo se siente como un gran tutorial que nos ayuda a familiarizarnos con los controles y el manejo de las diferentes naves para después saltar al multijugador.
Y hablando del multijugador online, éste únicamente se divide en dos modalidades, Refriega y Batalla de Flotas, los cuales cuentan con juego cruzado entre plataformas. En Refriega, equipos de 5 contra 5 se enfrentan en combates a muerte por intentar conseguir treinta bajas y así obtener la victoria, pudiendo elegir una clase de caza y su armamento para adaptarnos a nuestro escuadrón y su estrategia.
Por otra parte tenemos Batalla de Flotas, que viene a ser el más interesante de todos. Aquí se enfrentan dos escuadrones de cinco pilotos con el objetivo final de destruir la gigantesca nave insignia enemiga, aunque para ello antes hay que realizar otra serie de tareas. Al principio tenemos que derribar naves enemigas para ir aumentando la barra de moral que se encuentra en la parte superior de la pantalla y alcanzar un punto objetivo, apareciendo entonces una corbeta aliada que nos lleva hasta la siguiente línea enemiga y, si conseguimos el mismo objetivo, pasaremos a la nave insignia, que cuenta con torretas, rayos y escudos que tenemos que destruir para cumplir el objetivo final. Es una modalidad que se disfruta mucho y que requiere una gran cooperación por parte de los jugadores, así que recomendamos jugar con conocidos siempre que sea posible.
Como curiosidad, esta modalidad puede jugarse en cooperativo contra la IA y, aunque la experiencia es bastante satisfactoria, no deja las mismas sensaciones que cuando nos enfrentamos a otros jugadores. También encontraréis un modo práctica que os ayudará con el manejo de las diferentes naves.
En total tenemos seis mapas diferentes en los que combatir: Yavin Prime, Esseles, Los Astilleros de Nadiri, Sissubo, Galitan y Abismo Zaviano. Son bastante variados entre sí, aunque hemos echado en falta más contenidos en este sentido y con otro tipo de ambientación, ya que no hay batallas sobre la superfie de los planetas, limitándose al espacio y con unos determinados obstáculos flotantes. Con esto no queremos decir que las partidas sean aburridas, pero sí que dan la sensación de que podrían estar más diferenciadas entre sí.
Al finalizar los combates vamos consiguiendo experiencia con la que subir de nivel y desbloquear diferentes extras como armas, partes para nuestra nave o elementos de decoración, necesitando dinero que después podemos invertir en la tienda. Al contrario de lo que pudiera parecer en un primer momento, hay muchos elementos para personalizar a nuestro personaje y la nave, no habiendo ningún tipo de micropagos, por lo que todo se consigue jugando.
El apartado gráfico es muy bueno en general, con naves genialmente diseñadas con detalles en cada rincón tanto por fuera como en los interiores, escenarios amplios que te hacen sentirte pequeño en el universo y efectos muy llamativos, como los disparos, explosiones o la llegada de las naves del salto hiperespacial. Además, funciona de manera muy estable y suave para que las partidas sean una delicia. Pero lo mejor es que el juego es compatible con la realidad virtual en PlayStation 4 y PC, haciendo que la inmersión sea mucho mayor y que, una vez se prueba, cueste volver a la versión del televisor, haciendo que nos sintamos como si realmente vivieramos esas batallas.
El sonoro tampoco se queda atrás, con montones de melodías sacadas directamente de las películas y otras completamente nuevas que concuerdan a la perfección con su universo, efectos sacados de las películas que gozan de una calidad excelente y un doblaje en castellano soberbio, aunque siempre podéis activar los subtítulos en el mismo idioma.
Como conclusión, Star Wars: Squadrons ofrece un producto que sabrá llegar a los que disfruten de las batallas espaciales de la franquicia, con naves perfectamente recreadas, un control esquisito, una gran profundidad jugable y un apartado audiovisual a la altura, llevando la experiencia a un nuevo nivel gracias a la realidad virtual. Además cuenta con una campaña bastante extensa y modos multijugador realmente entretenidos. Como única pega diremos que los contenidos se nos han antojado escasos, pero tienen una base para seguir ampliando el juego en el futuro.
Aquellos que busquen convertirse en pilotos y quieran sentirse realmente como uno de ellos encontrarán en este título una experiencia muy buena, y completamente imprescindible si se tiene un dispositivo de realidad virtual.