Análisis de Stellaris: Console Edition
Un gran universo os espera en Stellaris: Console Edition, que trae la profundidad del juego de PC por primera vez a consolas con diversos ajustes y añadidos.


Stellaris: Console Edition es un dinámico y profundo juego de estrategia en el que nos toca dirigir una civilización explorando el universo para desarrollar y hacer prosperar nuestro imperio. Se trata de un port muy cuidado de la versión de PC que conserva todas las características principales, pero adaptando sus controles, interfaz y haciendo ciertos ajustes para las nuevas plataformas. Además, esta versión física incluye tres grandes contenidos descargables de serie: la expansión Utopia, el pack de especies Plantoids y el pack de historia Leviathans.
Lo primero que debemos comentar es que el juego, al igual que la versión de PC, no tiene una historia como tal, sino que somos nosotros los que vamos escribiéndola viajando a través de galaxias que se generan proceduralmente y a partir de nuestras acciones y decisiones. Para ello, nada más comenzar, nos toca elegir un imperio, seleccionar uno al azar o crear uno desde cero, teniendo cada uno una serie de rasgos específicos, éticas y principios que determinarán la forma de relacionarnos con otras civilizaciones. Las posiblidades son muy amplías en este sentido, pudiendo pasar bastante tiempo en el creador para dar forma a la especie de la civilización de nuestros sueños.
No penséis que por este motivo las historias son simples, al contrario, es uno de los elementos más destacados del juego y que siempre nos invita a seguir adelante todo el tiempo que podamos, dándonos la libertad de actuar como queramos pero siempre con la intención de sobrevivir. Cada decisión que tomamos tiene una consecuencia, comenzando éstas en el propio creador para hacer que cada partida sea única y que el título sea tremendamente rejugable y casi infinito.
Algo que nos preocupaba bastante era el tema de los controles, que sorprendentemente han sido bastante bien adaptados. Tenemos un botón de aceptar, otro de cancelar, la posibilidad de cambiar entre pestañas, manejar la cámara, modificar la velocidad de la partida y, lo más importante, atajos que facilitan el acceso a los diferentes menús, tales como los recursos, la gestión del imperio, las alertas y el Breviario, entre otros. Al principio cuesta hacerse a ellos, pero tras unas partidas veréis lo ágiles que resultan, pudiendo incluso configurarlos a nuestro gusto. Como es lógico, llevar a cabo cada acción no es tan rápido como con el teclado y ratón, pero funciona correctamente.
Eso sí, aquellos que no hayan jugado a la versión de PC deberán hacer el tutorial ya que, aunque es bastante pesado, se vuelve completamente necesario para conocer todos los entresijos del juego. Hay montones de elementos a gestionar y, creednos, saltarse el tutorial no es una opción viable si queréis salir victoriosos en esta aventura espacial. Aquí descubriréis que los combates no siempre son la mejor opción, intentando hacer nuevos aliados por el universo que conviertan a nuestro imperio en uno de los más poderosos para poder afrontar los peligros que se avecinan. Todo se centra en explorar, hacernos con recursos, expandirnos y acabar con los enemigos que salgan a nuestro paso.
Al principio apenas contamos con recursos, así que partimos en busca de ellos por los diferentes planetas para intentar establecer una base donde reforzarnos mientras los gestionamos. Al ser un juego donde todo se desarrolla aleatoriamente, nunca se sabe lo que puede pasar, por lo que debemos prepararnos siempre para lo peor. Si tenemos suerte podemos incluso hacer algún aliado, aunque también podrían pasar a atacarnos y acabar nuestra partida de forma prematura. Es algo que nos encanta, ya que lo vuelve totalmente impredecible.
Una vez tenemos una civilización lo bastante amplia y queremos expandir nuestras fronteras, es más sencillo encontrarnos con otras cuyas intenciones son más hostiles. Estas batallas son muy estratégicas y épicas, capaces de arrasar varios planetas y tener consecuencias devastadoras para nuestras flotas. Aún así, es realmente satisfactorio conseguir la victoria en ellas y tener que recuperarnos poco a poco. Además, es un juego que recompensa la exploración, pudiendo conseguir maravillas tecnológicas que siempre vienen bien para hacer avanzar a nuestro pueblo.
Como decimos, es un juego que puede ser abrumador en los primeros tramos, pero una vez superados estos pasos se vuelve tremendamente divertido gestionando las políticas internas, las diferentes facciones, los recursos, la educación, las tradiciones, las alianzas… Es un placer ver como cada pequeño paso que damos influye en su mundo, a veces para bien, otras para mal.
La versión física de Stellaris: Console Edition incluye además tres contenidos descargables: Plantoids, Leviathans y Utopia. Plantoids es el más sencillo, ya que se limita a añadir un nuevo tipo de ser al estilo de una planta, pero a su vez abre nuevas opciones jugables típicos de cada raza y elementos estéticos. Leviathans, por otra parte, amplía la historia con unos misteriosos guardianes espaciales que protegen secretos que siempre queremos descubrir, además de añadir enclaves donde intercambiar recursos u obtener información, entre otros. Es una expansión que nos ha encantado, sobre todo por lo espectaculares que resultan sus batallas.
Por último está Utopia, una expansión que nos da nuevas herramientas para desarrollar nuestro imperio, ya sea en forma de megaestructuras, adoctrinando y esclavizando a otras especies o recolectando puntos de ascensión con los que adoptar tradiciones y desbloquear beneficios, como conseguir la maestría biológica, renunciar a nuesta forma biológica en una Evolución Sntética o desbloquear el potencial psiónico a través de la Tascendencia. Como véis, es uno de los añadidos más ambiciosos del juego y que amplía enormemente las posibilidades estratégicas. No queremos olvidar que todos estos contenidos se activan desde el menú del juego, pudiendo quitarlos si deseamos disfrutar del juego base sin añadidos.
Al igual que la versión de PC, aquí contamos con un modo multijugador al que accedemos desde nuestra partida o creándolo desde cero, siendo algo más reducido que la versión de PC. En ella encontraréis una vasta galaxia a conquistar donde participan 14 imperios y hasta cuatro amigos, pudiendo guardar y cargar partidas multijugador siempre que queramos, así como unirnos a las sesiones de otros jugadores. No está nada mal, pero se nota que es más un juego para disfrutarse en solitario.
Su apartado gráfico nos ha parecido bastante bueno, especialmente a nivel de diseños. Este destaca mucho más en los enfrentamientos espaciales, que resultan tremendamente vistosos gracias a sus cuidados efectos. Mención aparte merece su cuidada interfaz, que muestra todos los detalles de forma clara en pantalla pero si entorpecer más de lo necesario nuestra visión. Además funciona con fluidez.
En el sonoro tenemos melodías de corte espacial que le sientan genial a la aventura, acompañando bien tanto en los momentos de gestión y las conversaciones como en las batallas. Los efectos están cuidados y los textos, como no podía ser menos, están en perfecto castellano para que no tengamos demasiados problemas a la hora de seguir la historia o entender su funcionamiento.
Como conclusión, Stellaris: Console Edition sigue la estela de la versión de PC para ofrecernos un título tan divertido e imprevisible como lo fue en su momento, con unos controles y una interfaz perfectamente adaptada a los mandos, algo que no suele ser muy habitual en el género. Hay muchísimas partes a gestionar, lo cual puede abrumar en los primeros pasos, pero una vez entendemos su funcionamiento es muy difícil dejar una partida. Intentar conquistar la galaxia nunca había sido tan divertido, incluyendo además la versión física tres contenidos descargables que amplían aún más la experiencia.
Si os gustan los juegos estratégicos, Stellaris: Console Edition es una gran opción, sobre todo teniendo en cuenta la escasez de juegos de esta índole en consolas. Es un port muy digno y se nota que ha sido cuidado en todos los sentidos, así que no lo dejéis escapar.