Análisis de The Persistence
Tras su paso por la realidad virtual, The Persistence llega a todas las plataformas principales con diversas mejoras y manteniendo su terrorífica ambientación.


The Persistence es, al igual que la versión original lanzada para realidad virtual en 2018, un juego de terror y supervivencia en primera persona que nos lleva hasta el espacio, con escenarios que se generan proceduralmente y un estilo roguelike que hace que cada partida sea diferente, donde notamos una pequeña progresión cuanto más jugamos. Aquí nos toca luchar contra terribles mutantes, reunir recursos, mejorar nuestras habilidades y fabricar todo tipo de armas.
Su historia nos lleva a bordo de la nave espacial de una colonia condenada en el espacio profundo en el año 2521. Varada, averiada y atrapada en la inexorable atracción de un agujero negro, nos toca sobrevivir como un clon del oficial de seguridad Zimri Eder a una tripulación que ha mutado en terribles y asesinas criaturas. Nuestro objetivo es reparar los sistemas y evitar que la nave se desgarre para poder regresar a la Tierra. Si el protagonista muere, todos sus recuerdos, personalidad y habilidades se transfieren a un nuevo clon, aunque, como es lógico, deberá comenzar desde cero en cuestión de armamento.
Este argumento es bastante simple y, aunque a veces cuenta con tramos interesantes, deja que desear. Nos ha encantado, eso sí, que todo lo que sucede en la nave tenga una explicación, incluido la alteración de las salas o el funcionamiento de los clones. Se agradece también que todos los textos nos lleguen en castellano, siendo mucho más sencillo de leer que su versión de RV. Aún así, para este tipo de juegos preferimos el doblaje en castellano, que nos ahorra el tener que leer mientras estamos en movimiento.
Sus mecánicas no han cambiado demasiado más allá de la agilidad con la que nos desplazamos. Se trata de un juego en el que nos toca explorar a fondo la nave desde una perspectiva en primera persona, usando un supersentido que nos permite localizar a los enemigos que nos rodean y un sistema de coberturas con el que acecharlos para obtener ciertas ventajas tácticas, estando más centrado en el sigilo que en la acción directa. Es preferible acabar con los enemigos por la espalda para obtener sus células madre, aunque de vez en cuando hay algún que otro combate, donde nuestra prioridad es activar el escudo en el momento oportuno para noquear al atacante y después contraatacar. Esto último no es lo más conveniente, ya que alertará a otros enemigos, pero a veces no os quedará otra elección.
Hemos de decir que al principio nos ha costado acostumbrarnos a su manejo debido a que, en lugar de optar por los controles tradicionales del género, se ha elegido mantener un sistema de control muy parecido al de la realidad virtual, donde para interactuar con determinados objetos tenemos que mirarlos directamente. Pero tranquilos, funciona bastante bien, siendo los encuentros contra los enemigos muy peligrosos y desafiantes. Además la salud no se regenera automáticamente, por lo que necesitaréis objetos para curaros.
El sistema de progresión nos ha gustado mucho, siendo exactamente igual que en la versión de realidad virtual. Como ya hemos comentado, cuando nuestro personaje muere, mantiene todas las habilidades y poco a poco se vuelve más poderoso y, en consecuencia, poder llegar más lejos en la siguiente partida. Para ello tenemos que hacernos con las celulas madre de los enemigos, las cuales podemos invertir en mejoras de salud, resistencia o de habilidades, pudiendo incluso utilizar el ADN de la tripulación para crear nuevos cuerpos que habitar, cada uno con sus propias habilidades. Además hay seis trajes que podemos hacer con los esquemas que sueltan los mutantes, siendo cada uno de ellos ideal para el objetivo que busquemos en ese momento, ya sea conseguir más botines o simplemente mejorar algunos aspectos del combate, entre otros.
Hay muchas armas disponibles, aunque algunas nos toca desbloquearlas usando Tokens para después poder mejorarlas. Al morir perdemos todas las que llevamos encima, pero no las mejoras que hemos conseguido para ellas, así que cuando las recuperamos siguen siendo igual de efectivas que antes de nuestra muerte. Cada una de ellas se adapta a un estilo de juego, así que os recomendamos que lo penséis bien antes de intentar mejorarlas todas. También tenemos otros aspectos importantes a tener en cuenta, como que las armas mejoradas cuestan más a la hora de fabricarlas, lo que nos obliga a visitar las armerías para hacer algunos cambios.
No queremos olvidar que el juego ha perdido el modo multijugador en el que un segundo jugador utilizaba su móvil, aunque no es un elemento demasiado importante en un título de estas características.
El apartado gráfico ha mejorado considerablemente gracias a unos escenarios que han sido retocados, la mayor resolución y los efectos de posprocesado, que le aportan más espectacularidad a la aventura. Es cierto que no estamos ante uno de los referentes del género, pero creemos que el trabajo realizado es muy bueno y funciona con fluidez. Como es lógico, a cambio de todas estas mejoras se ha perdido la inmersión que ofrece la realidad virtual y parte de la tensión que se conseguía. También hemos de comentar que, al utilizar elementos generados por procedimientos, algunas salas dan la sensación de repetición con el paso de las partidas.
El sonoro no está nada mal, pero aquí destacan sobre todo los cuidados efectos, que hacen que su ambientación sea muy buena. El doblaje nos llega en inglés, con una interpretación notable por parte de los actores, mientras que los subtítulos, como hemos comentado, están en completo castellano.
En definitiva, The Persistence se abre a un público más amplio tras abandonar la realidad virtual, conservando todo lo bueno y lo malo que tuvo en su momento. Por un lado, tenemos un título de ciencia ficción entretenido, con varios tipos de armas, combates desafiantes y un sistema de progresión muy satisfactorio. Por otro tenemos unos escenarios que con el paso de las horas pueden dar la sensación de repetición a pesar de cambiar su orden, una historia mejorable, una menor inmersión que con el dispositivo de RV y unos controles a los que cuesta acostumbrarse por no haber variado demasiado respecto a la anterior versión.
Aún con todos sus defectos, The Persistence os encantará a poco que os atraiga su propuesta, sobre todo si tenemos en cuenta las mejoras visuales que ha recibido.