Análisis de The Room para Nintendo Switch
Fireproof Games trae, en colaboración con Team17, la versión de Nintendo Switch de The Room, la remasterización del título de puzles de la que hoy os hablamos en nuestro análisis.


The Room es un juego de puzles lleno de misterios que se desarrolla desde una perspectiva en primera persona, donde interactuando con diferentes partes de un objeto vamos desentrañando su historia. Anteriormente fue lanzado en dispositivos móviles y PC, siendo esta versión una remasterización reconstruida para aprovechar las capacidades de la consola y sus diferentes controles.
Su historia comienza con una invitación que nos lleva hasta el ático de una casa abandonada, donde hay una caja misteriosa cuyos puzles prometen guiarnos hasta un secreto muy bien oculto. Siguiendo las notas dejadas en algunas partes de los rompecabezas nos toca ir avanzando hasta dar con la solución y descubrir un gran misterio relacionado con una nueva forma de energía. Este argumento es un tanto simple y es contado mediante pequeñas notas que encontraréis en cada rincón, si bien tiene un trasfondo interesante que sabe meternos de lleno en su mundo y generar una ambientación muy buena. Además sus textos están en completo castellano para que no tengáis ningún problema en seguirlo y leer las pistas.
Nada más comenzar veréis que ahora contamos con dos tipos de control: el modo televisor, donde utilizamos un Joy-Con como puntero, o el modo portátil, que nos lleva a utilizar los controles táctiles de la consola. Como es lógico, usar la pantalla táctil es mucho más intuitivo, moviendo palancas y pulsando botones de una forma más realista, siendo además ésta la forma en la que fue planteado en sus primeras versiones. También podréis manejar la cámara con el dedo, así como alejarla de una zona o ampliarla para poder interactuar con ciertos objetos pellizcando la pantalla como si de un móvil se tratara.
Hay un inventario en el que se guardan todos los útiles que conseguimos, pudiendo arrastralos para usarlos en determinados puntos o bien inspeccionarlos para obtener información detallada y ver algunos puntos interactivos que nos son de cierta utilidad para resolver los puzles. Junto a ellos tenemos un monóculo con el que podemos ver inscripciones que en principio son invisibles de otra forma, jugando éste un papel fundamental a lo largo de la aventura.
Todos los controles son explicados nada más comenzar el juego en un completo tutorial, así que no tendréis problemas para haceros a ellos. Además son muy claros e intuitivos, haciendo que incluso sin las ayudas nos adaptemos rápidamente.
Los puzles son muy ingeniosos y siempre nos sorprenden a lo largo del desarrollo, teniendo que mover constantemente palancas, pulsar botones o incluso utilizar objetos para abrir cerraduras, desbloquear mecanismos o ver de otra forma el mundo. Hay algunos en los que incluso tendréis que hacer uso de la perspectiva hasta dar con una forma determinada, lo que hace que nunca se haga aburrido. Eso sí, los que habéis jugado con anterioridad no encontraréis novedades que inviten a comprarlo de nuevo, con un desarrollo muy lineal que obliga a dar unos pasos muy concretos.
Si en algún momento os quedáis atascados podéis recurrir al signo de interrogación que se encuentra en la esquina. Gracias a él obtendréis pistas que os ayudarán a progresar cuando os sintáis perdidos. Existe un límite por tiempo para que no podáis abusar de ellas, dividiéndose en tres partes que os llevarán hasta la solución cada vez con más claridad. Por nuestra parte no recomendamos su uso, ya que al tratarse de un juego cuya gracia recae en la resolución de puzles hace que pierda un poco de sentido. A todo ello hay que sumarle que puede completarse en pocas horas.
Su duración es quizás el punto más negativo, donde encontraréis un total de cuatro capítulos y un epílogo que no tardaréis demasiado en completar, sobre todo si estáis acostumbrados a este tipo de juegos. Además no hay coleccionables, extras u otros incentivos que nos inviten a rejugarlo.
Su apartado gráfico no ha variado demasiado, con escenarios y objetos muy logrados que dejan ver con todo lujo de detalles los puntos interactivos para que sea más sencillo resolver los puzles. Los efectos también están conseguidos para hacer que se sienta bastante realista. Echamos en falta unas localizaciones más variadas, ya que al final siempre estaremos resolviendo unas cajas que vamos sacando de otras, desarrollándose todo en el ático.
En el sonoro tenemos un par de melodías que le aportan el toque de misterio que buscan, aunque la mayor parte de la aventura sólo tenemos el sonido ambiente para que podamos concentrarnos en la resolución de los puzles. Los efectos están trabajados y, como ya hemos comentado, tenemos textos en castellano para que no tengáis problemas en seguir su argumento.
The Room es, en definitiva, un título muy entretenido, con unos puzles variados, interesantes y controles que hacen que sean una delicia, sobre todo en el modo portátil. La historia es simple pero interesante, aunque no ofrece incentivos que nos inviten a rejugarlo. Nos hubiera gustado que se aprovechara la oportunidad para añadir más puzles que extendieran la duración de la aventura, pero aún así sigue siendo divertido de principio a fin.
Si sois aficionados a resolver puzles estáis ante una gran opción, si bien no incluye novedades respecto a anteriores versiones y no ofrece mucha duración.