Análisis de Yakuza: Like a Dragon (PS4. Xbox One y PC)
La saga Yakuza se reinventa para ofrecernos un nuevo sistema de combate y progresión a la vez que mantiene toda la esencia de la franquicia con Yakuza: Like a Dragon.


Yakuza: Like a Dragon es una aventura de rol que en esta ocasión abandona los combates en tiempo real para dar lugar a interesantes y dinámicas batallas por turnos en las que la posición de los personajes en los escenarios afecta a su desarrollo. Aunque se siente diferente en este sentido, conserva todo lo que hizo grande a la saga, con un argumento muy elaborado, una gran ciudad a explorar llena de detalles y montones de tareas a realizar que incluyen minijuegos y misiones de lo más inesperadas. Además es el primer título de la saga en llegar a la próxima generación de consolas, versión a la que le dedicaremos un análisis más adelante.
En esta ocasión su historia nos lleva hasta Yokohama (más concretamente a Ijincho a pesar de visitar otras localizaciones) y nos pone en el papel de Ichiban Kasuga, un yakuza de una familia de bajo rango de Tokio que se enfrenta a una pena de cárcel de 18 años por asumir la culpa de un delito que no cometió, todo para saldar una deuda que tenía con la familia. Allí cumple su condena con el fin de salir lo antes posible sin meterse en problemas, pero cuando lo consigue descubre que nadie lo está esperando y que el hombre al que más respetaba ha destruido su clan. Ahora, en busca de la verdad tras la traición de su familia, intenta buscarle un sentido a la vida, aunque para ello tenga que recurrir a la ayuda de un diverso grupo de parias sociales.
La trama nos ha gustado mucho, ya no solo por su trasfondo y lo genialmente narrada que está, sino por darnos motivos argumentales que justifican los cambios en el sistema de combate y el carisma de sus personajes (con un Ichi impulsivo e imaginativo), cómo se desarrollan a lo largo del juego y lo bien que está representado el mundo que los rodea. Hay cabida para todo, desde momentos dramáticos hasta otros realmente absurdos llenos de humor, con giros inesperados que sabrán mantener vuestra atención a pesar de los largos diálogos que a veces tratan temas secundarios. Además, siempre están acompañados de escenas muy vistosas y cargadas de detalles. Pero lo mejor de todo es que nos llega con textos en castellano, lo que ayudará enormemente a aquellos que no dominen el inglés y abrirá el juego a un nuevo público.
En cuanto a mecánicas, los que hayan jugado a pasadas entregas de la franquicia sabrán más o menos cómo funciona todo, teniendo que avanzar por una historia dividida en capítulos visitando los puntos destacados del mapa, realizar montones de tareas optativas por su mundo abierto, localizar secretos y combatir a muchos enemigos y jefes. Es cierto que al principio le cuesta arrancar y tendréis que esperar unas horas hasta que empieza a dar más libertad de movimiento, pero una vez paséis ese tramo veréis todo lo que tiene que ofrecer el juego.
Como hemos dicho, el mayor cambio en esta entrega lo encontramos en el sistema de combate, que abandona la acción real por los turnos. Aquí se nos indica en todo momento cuando es el turno de cada personaje, pudiendo llevar nosotros hasta cuatro, lo que nos permite plantear estrategias con cada uno de los miembros de nuestro grupo y utilizar comandos como atacar, habilidad, guardia, objeto o huir. Hay una barra de vitalidad y otra de PM con la que realizar las habilidades especiales y otros movimientos avanzados, los cuales también requieren la pulsación de botones al más puro estilo QTE para potenciarlos.
Pero es un juego mucho más profundo de lo que en principio pudiera parecer, donde cuenta el posicionamiento de los personajes en el campo de batalla para interrumpir un ataque o coger elementos del escenario, el timing a la hora de defendernos para realizar guardias perfectas, si un enemigo está en el suelo para hacer ataques oportunos, los compañeros de grupo que llevamos y nuestra afinidad con ellos para ejecutar ataques combinados o incluso tenemos la posibilidad de realizar invocaciones de mercenarios a cambio de cierto dinero y tras cumplirse unas condiciones.
Al ganar combates conseguimos dinero, quizás algún que otro objeto y, sobre todo, experiencia con la que subir de nivel al personaje para aumentar sus estadísticas generales junto con experiencia laboral que permite mejorar los parámetros del trabajo que tenga el personaje en cuestión (con un total de 19 trabajos a nuestra disposición), así como aprender alguna que otra habilidad nueva. Estos trabajos nos han gustado mucho, ya que representan a lo visto en otros videojuegos pero llevado a lo absurdo y divertido.
De vez en cuando, mientras paseamos por el mundo, aparecerán conversaciones que, si no las interrumpimos, mejoran la afinidad entre personajes y permiten desbloquear nuevas habilidades conjuntas, así que recomendamos activar tantas como os sea posible. Esta afinidad también mejora al combatir o realizar algunas tareas juntos.
Pero no es lo único que afecta al desarrollo de nuestro grupo, ya que también tenemos la opción de cambiar su equipamiento para conseguir algunos beneficios extra con diferentes armas, piezas para la cabeza, torso y piernas e incluso dos accesorios por personaje. Este equipamiento se puede comprar o forjar y mejorar mediante los materiales que conseguimos a lo largo de la aventura y algo de dinero en determinados lugares.
En el caso de Kasuga, también podemos desarrollar su personalidad a base de tomar decisiones durante las conversaciones, mediante objetos o nuestras acciones, lo cual le permite conseguir ventajas, bonificaciones o incluso hablar con ciertas personas. Esta personalidad se divide en seis rasgos: pasión, confianza, carisma, amabilidad, intelecto y estilo.
Los enemigos son variados y cada uno tiene una serie de características únicas que los hace mejores o peores contra ciertos tipos de trabajos. Al igual que nuestros personajes, llevan diferente equipamiento y pueden ocasionar efectos de estado. Lo mejor de todo es que Ichi ve el mundo como si de un videojuego se tratara, por lo que a veces su imaginación puede darles un aspecto de lo más estrambótico. Por supuesto también encontraréis algunos jefes bastante poderosos a derrotar. Para que podamos ver todos los que hay contamos con una aplicación en el móvil que… bueno, dejaremos que lo descubráis vosotros mismos.
Una de las mayores señas de identidad de la saga se ha mantenido para la ocasión, y es tener una gran ciudad llena de tareas a realizar. Tenemos un total de 15 minijuegos que van desde intentar no dormirse viendo una película con un pequeño guiño a otra de las franquicias de la compañía a ir al karaoke (ahora también con versiones en inglés de las canciones), batear, a las tragaperras o incluso participar en carreras de karts de lo más divertidas y profundas. Tampoco faltan las recreativas, donde jugar a títulos como Space Harrier o Virtua Fighter 5 Final Showdown, entre otros. Recordar también que algunos de estos minijuegos se pueden jugar desde el menú principal en multijugador, así como a la tragaperras.
Por otro lado tenemos 50 historias secundarias a descubrir por el mapa, las cuales están muy elaboradas y siempre es un placer realizar, por lo que recomendamos hacer tantas como os sea posible. No queremos entrar en detalles, así que sólo os diremos que son tan buenas como lo visto en pasadas entregas de la saga y algunas de ellas ofrecen recompensas que merecen la pena.
Todo esto hace que la duración del juego sea realmente extensa y siempre invita a intentar conseguir el 100%, con montones de coleccionables ocultos en su mundo y cajas fuertes que sólo podemos abrir tras volver en un futuro con sus respectivas llaves. Además, al completar el juego se desbloquea la nueva partida + y tenéis una completa galería donde volver a ver todos los eventos que han tenido lugar en el juego. Comentar que, una vez más, vuelve el móvil con diversas aplicaciones, entre las que se encuentra la cámara para poder hacer fotografías de todo lo queráis y aplicar algunos filtros.
El apartado gráfico sigue estando a un gran nivel, aunque no vemos una gran evolución de lo visto en la pasada entrega. Tenemos personajes genialmente modelados y animados, ciudades llenas de vida con montones de tiendas y localizaciones a visitar y efectos, como la iluminación o los reflejos, bastante conseguidos. No hay mucho que reprocharle más allá de algunos dientes de sierra puntuales o pequeños cortes que se producen en contadas ocasiones cuando tiene que cargar alguna cinemática. Por supuesto, son problemas que no esperamos ver en las versiones de PlayStation 5 y Xbox Series X|S, aunque nos centraremos en ellas en un futuro.
En el sonoro tenemos estupendas melodías para acompañar la acción, la exploración y las conversaciones, con algunos discos a localizar por la ciudad a modo de coleccionable, efectos trabajados y doblaje tanto en inglés como en japonés de gran calidad. Nosotros preferimos este último al estar más acorde con la temática del juego, siempre acompañados de textos en castellano perfectamente interpretados.
En definitiva, Yakuza: Like a Dragon ha sabido darle una vuelta a sus combates para ofrecernos algo completamente distinto a lo que nos tenían habituados pero manteniendo toda la esencia de la franquicia. Estas batallas son entretenidas, estratégicas y hay que estar muy pendientes del posicionamiento de nuestros personajes en el escenario, con un sistema de progresión y clases que funciona bien a pesar de ser algo lento. La historia, como siempre, está muy cuidada, es interesante y ofrece momentos de todo tipo. En cuanto a su mundo, está lleno de tareas a realizar muy cuidadas que volverán a encantar a los jugadores. La única pega que tenemos es que tarda un poco en arrancar pero, cuando empiezan a dar libertad, el juego gana muchos puntos.
Dicho esto, os invitamos a todos a uniros a las aventuras de Ichiban Kasuga en su camino para convertirse en el héroe número uno de la ciudad, ya seáis aficionados o queráis descubrirla por primera vez, con un título imprescindible a poco que os atraiga el género.