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Análisis SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech

La saga SteamWorld da un giro con SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech, una nueva aventura en la que tendremos que enfrentarnos a poderosos enemigos utilizando cartas.

Cartel SteamWorld Quest Hand of Gilgamech
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SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech es RPG en el que, manejando a un grupo de aspirantes a héroes, tenemos que enfrentarnos a montones de enemigos en batallas estratégicas por turnos utilizando las cartas de nuestro mazo.  Aunque conserva la estética steampunk de anteriores juegos de la franquicia, este título se siente diferente, con personajes que se desplazan en cualquier dirección y escenarios divididos en zonas que os tocará explorar para avanzar en la aventura y encontrar valiosos tesoros.

Su historia nos lleva hasta un niño que conversa con su padre, el cual, antes de irse a la cama, le pide que le cuente una aventura sobre dragones y caballeros. El cuento que le lee nos lleva hasta una era de héroes, a un mundo donde los dioses se empezaban a aburrir y decidieron ponerle un corazón maligno a una bestia. Un héroe verdadero se enfrentó a ella y le quitó el corazón, enterrándolo en un lugar apartado para evitar que otros volvieran a sufrir daños. Con los años, aquella hazaña cayó en el olvido, convirtiéndose el resto de héroes en oscuros cazafortunas. Pero todavía hay esperanza. Aquí conocemos Armilly y Copernica, unas aspirantes a heroínas que, tras una misión simple, regresan a su poblado para descubrir que todo está en llamas por culpa de El Vacío, los secuaces del malvado Señor Oscuro. A partir de este momento comienza un viaje lleno de peligros donde conocemos a nuevos aliados y vivimos algunos momentos inesperados.

Aunque es un argumento lleno de tópicos, el juego siempre lo lleva todo con mucho humor, con frases que se burlan de muchos de ellos. Está todo perfectamente narrado, encontrando a personajes que desprenden mucha simpatía, guiños a algunas series, películas o videojuegos y diálogos que en ningún momento se nos han hecho pesados. Recordad que al ser un cuento se divide en varios capítulos, estando todos los textos del juego en perfecto castellano para que nos perdáis ningún detalle.

Nada más comenzar tenemos tres niveles de dificultad entre los que elegir: Escudero, para los novatos en el género, Caballero, pensado para la mayoría de jugadores, y Leyenda, donde las batallas presentan un reto mayor. Es un juego bastante bien equilibrado a pesar de encontrar algunos picos de dificultad a lo largo de la aventura, pero es algo que casi siempre se arregla ajustando nuestro mazo y subiendo de nivel a los personajes.

Las mecánicas son muy profundas y, a la vez, sencillas de entender, dominando todos sus apartados en pocos minutos. Aquí nos desplazamos libremente por su mundo para hablar con otros personajes, romper objetos que ocultan dinero o descubrir valiosos tesoros, cambiando entre los héroes siempre que queramos. Sus escenarios se dividen en zonas, encontrando de vez en cuando rutas alternativas que esconden ciertos secretos. Los enemigos son perfectamente visibles por los escenarios y podemos intentar golpearlos para conseguir una pequeña ventaja al empezar la batalla.

Los combates, que vienen a ser el eje de la aventura, se desarrollan por turnos y nos toca utilizar cartas para intentar acabar con los rivales mientras nos defendemos de sus embestidas. Pueden participar hasta tres héroes, cada uno con una serie de cualidades que los hace únicos, indicándose en todo momento su vitalidad y la de los enemigos. Cada turno tendréis seis cartas y podréis utilizar hasta tres que se repondrán en el siguiente, estando divididas por colores según el personaje. En cada turno podréis tirar dos para conseguir otras nuevas, así como utilizar tres de un mismo personaje para hacer una cadena y desbloquear una habilidad especial que depende del tipo de héroe. Hay una barra en la parte superior de la pantalla que se va rellenando de engranajes cada vez que realizamos un movimiento normal, sirviendo estos para utilizar cartas especiales que tienen un coste.

Es recomendable llevar un mazo bien equilibrado, ya que si sólo ponéis las más poderosas no podréis invocarlas. Para ello accederéis al menú del juego, donde equipar hasta ocho por personaje, haciendo un total de 24 por partida. Hay más de cien disponibles, pudiendo formar un mazo que se adapta a nuestro estilo de juego o al enemigo al que nos enfrentamos.

Como véis, los combates son muy divertidos, desafiantes y estratégicos, entrando en juego las habilidades de cada carta e incluso efectos de estado que le aportan aún más emoción. Además, al ganar batallas conseguiréis experiencia con la que subir de nivel y mejorar estadísticas generales como la fuerza, vitalidad o poder mágico, así como dinero y otros objetos útiles para la aventura. El equipamiento también es importante, donde podéis ponerle un arma y dos accesorios a cada personaje para mejorar estadísticas como la salud, fuerza, magia o suerte. Es muy útil y en ocasiones puede salvaros de situaciones algo comprometidas.

Los escenarios, como os hemos comentado, se dividen por zonas, encontrando pequeños caminos que las interconectan. No son demasiado amplios, pero ocultan secretos, poderosos enemigos y estatuas de héroe donde podréis guardar la partida y recuperar la salud. Pero cuidado, si las usáis también reaparecen los enemigos, siendo ideal para subir de nivel. Comentar también que de vez en cuando encontraéis tiendas donde podréis comprar o vender objetos de recuperación, armas o accesorios, así como fabricar nuevas cartas a cambio de materiales y dinero. Algunas de estas cartas son exclusivas de dichos lugares, así que recomendamos tener tanta variedad como os sea posible. Al acabar cada capítulo se indica cual es el porcentaje de tesoros que hemos conseguido, pudiendo rejugarlo siempre que queramos para intentar sacar el 100%.

En cuanto a duración, la aventura principal da para unas 20 horas de juego si incluimos la búsqueda de secretos y de todos los tesoros del juego. No ofrece más incentivos para volver a jugarlo, pero sus combates resultan tan divertidos que seguro que repetiréis más de una vez.

El apartado gráfico es muy vistoso, gracias sobretodo a una genial dirección artística y al colorido del que hace gala. Todo está pintado a mano, con personajes bien animados y expresivos, así como escenarios variados cargados de detalles. Los efectos también están muy cuidados y le aportan vida a los elementos que vemos en pantalla. Además funciona con mucha fluidez sin importar el modo que estéis utilizando.

En el sonoro tenemos melodías llamativas que se adaptan muy bien a todo lo que sucede en pantalla, pequeños sonidos que imitan a las voces de los personajes y efectos cuidados. Como ya hemos comentado, los textos del juego nos llegan en perfecto castellano para no perdernos ningún detalle.

Como conclusión, SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech nos ha sorprendido muy gratamente, con una historia simple pero divertida, personajes muy carismáticos y un sistema de combate muy táctico donde saber crear un mazo competente y equilibrado es esencial. Puede no ser demasiado original, pero mezcla varios conceptos de otros juegos de manera brillante para hacer que las batallas nunca se hagan aburridas.

Un título que recomendamos a aquellos que disfruten de los RPGs con combates por turnos, especialmente si os gustan que estén basados en cartas. Así que no lo dudéis, acompañad a estos robóticos seres en una aventura única donde intentarán convertirse en héroes.