Impresiones de Ciel Fledge: A Daughter Rising Simulator
Adopta y cría a una joven en Ciel Fledge: A Daughter Rising Simulator, el nuevo juego de Studio Namaapa para Nintendo Switch y PC.


Ciel Fledge: A Daughter Rising Simulator es un simulador en el que tenemos que adoptar y criar a una niña para que se convierta en una persona de provecho. Nosotros nos encargamos de gestionar sus actividades, así como el tiempo que dedicamos a trabajar y a pasar con nuestra hija, afectando todo ello a su estado de ánimo, sus amistades, al dinero que poseemos y, sobre todo, en qué se acaba convirtiendo. Los desafíos a los que se enfrenta nuestra hija están basados en minijuegos de cartas en los que crear nuestro propio mazo y combinar cartas para intentar salir victoriosos.
Su historia nos lleva hasta el año 3716, donde la humanidad vive en el cielo, en plataformas flotantes llamadas “Arcas”. Se construyeron siete en total, ya que la mayor parte de la civilización humana que estaba en la superficie fue completamente aniquilada por una criatura alienígena conocida como Gigante, la cual dejó dicha tierra en ruinas y apenas habitada. La reciente destrucción del Arca-5 reinicia el conflicto tras cientos de años de encontrarse en punto muerto, y nadie puede predecir que futuro le depara a la humanidad. Una semana después, nuestro objetivo es criar durante diez años a una joven que ha sido encontrada en la superficie de la tierra con el fin de que ella decida lo que quiere hacer con su vida y su futuro.
Este argumento tiene una premisa interesante, aunque casi todo se desarrolla dentro del Arca-3 y tiene un ritmo pausado que a veces puede llegar a cansar. Nos ha gustado, eso sí, que los personajes tengan unas personalidades tan bien diferenciadas y sus propias ambiciones, viendo como crecen todos a la vez y tienen lugar giros que despiertan nuestro interés. También queremos comentar que las decisiones que tomamos dan lugar a diferentes finales que lo vuelven muy rejugable. Quizás lo que pueda echar para atrás a los jugadores es el idioma de los textos, que se encuentran únicamente en inglés, francés, ruso, japonés y chino.
Nada más comenzar tenemos que ponerle un título, nombre y apellido a nuestro personaje, así como elegir su procedencia: habitante de la superficie, nacido en el arca o bien bebé de laboratorio, teniendo cada uno sus propias características, ventajas y desventajas sobre otros que definen su personalidad. Después os tocará elegir en qué se basan sus habilidades: fuerza, inteligencia, encanto, imaginación o espíritualidad; y dónde trabajaba con anterioridad: soldado, piloto u obrero. Las decisiones que tomemos afectan al rumbo de la aventura, así que recomendamos tomarlo con calma. En cuanto a la joven, cuyo nombre en principio es Ciel, también podemos ponerle uno nuevo o mantener el que tiene.
Sus mecánicas tienen varias vertientes bien diferenciadas. Por un lado tenemos la de novela visual, donde vemos transcurrir la trama en diferentes direcciones según las decisiones que hayamos tomado. Por otro está el de gestión, contando con un cronograma que funciona como columna vertebral del juego y define las actividades de la próxima semana tanto para tu hija como para ti. Mientras que con la joven tenemos que gestionar montones de aspectos como el tiempo que dedica a sus clases o a los pasatiempos, a nuestra protagonista sólo le indicamos cuanto tiene que trabajar o pasar el tiempo con su hija. Cada actividad que realiza Ciel aumenta estadísticas como su fuerza, inteligencia, encanto o espiritualidad, aunque también podrá aprender ciertas habilidades que la ayudarán con su día a día. Como es normal, el aguante y otros factores determinan cuantas puede realizar. Pero cuidado, ya que el tiempo que pasamos con Ciel puede afectar a su estado de ánimo, a nuestra economía o incluso en quién se convierte como persona.
Después de gestionarlo todo, sólo nos queda sentarnos y obsevar como se desarrolla, encontrándose con montones de personajes que crecen y cambian junto a Ciel a lo largo de los años según las actividades y horarios que hayamos establecido. De vez en cuando se encontrará con algún que otro desafío, los cuales se afrontan mediante un juego de cartas en el que nos toca personalizar nuestro mazo y combinar cartas para atacar, defender, apoyar y potenciar varios movimientos especiales. En total contamos con 52 cartas divididas en cuatro tonalidades diferentes y, cuando agrupamos tres, se realiza una acción, convirtiéndose éstas en técnicas cuando son del mismo tipo. Son un tanto confusos al principio, pero una vez os hagáis a su funcionamiento resultan entretenidos.
El mayor problema que le vemos a esta aventura es su ritmo, ya que al desarrollarse de forma tan pausada puede volverse un tanto pesado en las partes de novela visual y gestión. Además, el juego de cartas es el único minijuego disponible y se vuelve repetitivo con el paso de las horas. Tampoco nos ha convencido la poca interacción que tenemos con Ciel a lo largo del juego, conociéndola más por verla en su día a día que por el tiempo que pasamos con ella. Al menos nos ha gustado que podamos explorar la superficie del planeta para reconocer el terreno, buscar recursos y acabar con enemigos, teniendo que equiparnos correctamente si queremos superar la semana al completo.
El apartado gráfico del juego no es de lo más destacado del juego, con imágenes estáticas que cuentan con pequeñas expresiones, escenarios un tanto simples y un estilo chibi para cuando explora su mundo. Al menos cuenta con ciertos diseños llamativos y la posibilidad de cambiar los atuendos de Ciel, pero no esperéis nada demasiado elaborado. Lo mismo ocurre con las melodías, las cuales acompañan bien pero no cuentan con temas destacados. Las voces se limitan a pequeñas expresiones en inglés, mientras que los textos, como hemos contado, nos llegan en varios idiomas entre los que no se encuentra el castellano.
Ciel Fledge: A Daughter Rising Simulator nos está dejando un buen sabor de boca, aunque todavía nos quedan muchas cosas por descubrir, como ver los cambios que sufre Ciel de una partida a otra según las decisiones que tomamos. La parte de gestión, aunque no es la más profunda que hayamos visto, es interesante y ofrece muchas posibilidades, estando intercalada con partes de novela visual que se desarrollan con lentitud y entretenidos combates con cartas. La mayor pega que le hemos encontrado es que la repetición de ciertas tareas puede llegar a cansar, aunque es cierto que ver cómo se desarrolla Ciel y los cambios que tienen lugar en ella nos han encantado.
A falta de probarlo más en profundidad, pensamos que es un título pensado para aquellos que disfruten con los elementos de gestión siempre y cuando no tengan problemas con el idioma y su ritmo pausado.