Vídeo análisis de Dynasty Warriors 9
Una de las sagas de acción más icónicas regresa con una nueva entrega numerada, Dynasty Warriors 9, que se muestra mucho más ambiciosa al ofrecer un gran mundo abierto y nuevas posibilidades que pasamos a detallaros en nuestro análisis.


Su historia se centra una vez más en la era de Los Tres Reinos, en los últimos días de la dinastía Han, con diez capítulos que reflejan los cambios en el equilibrio de poder entre feudales que luchaban por el dominio del territorio. Ésta comienza con la Rebelión del Turbante Amarillo yavanzamos a medida que conquistamos el objetivo final en cada uno de los que componen la trama del juego hasta alcanzar la unificación definitiva de China, encontrando las impresionantes maquinaciones políticas y militares de la época.
El argumento es bastante interesante, pero lo que más nos ha gustado es que nosotros tenemos la libertad de elegir como proceder a través de cada capítulo, ya sea completando las misiones o viajando libremente por el terreno hasta llegar al objetivo final. Además, seguir la historia se hace más ameno al estar traducidos sus textos en castellano. Como es lógico, no todas los personajes están disponibles desde el principio, así que nos toca completar otras historias para desbloquearlos.
Dynasty Warriors 9 es un juego de acción de estilo musou que cuenta en esta ocasión con un enorme mundo abierto a explorar para ofrecer una experiencia completamente nueva a los seguidores de la franquicia. Aquí encontraréis montones de tareas a realizar, ya sean principales, secundarias o simplemente de recolección para intentar fortalecer a nuestros personajes con nuevo equipamiento.
Sus mecánicas han evolucionado respecto a pasadas entregas de la franquicia, aunque son muy asequibles y no tardaréis en aprenderlas. Aquí tenemos un ataque fuerte y otro débil que, combinados incluso con saltos, dan lugar a diferentes combos, así como la posibilidad de utilizar el Ataque Musou cuando el indicador amarillo está relleno. Existe un medidor de resistencia que limita las veces que podemos embestir, esquivar, hacer saltos impulsados o correr, aunque se recarga solo con el paso del tiempo. Además podemos fijar la cámara en los oficiales de cada grupo y llamar a nuestro caballo para recorrer grandes distancias, cobrando en esta ocasión más importancia que nunca por su gran mundo.
Como grandes novedades tenemos un arco que nos permite atacar a distancia para sorprender a los rivales con el modo disparo, así como ataques activadores para intentar superar las defensas de los enemigos más poderosos que podemos recargar para que sean más efectivos. Junto a todo ello tenemos los ataques reactivos, unos movimientos que nos permiten sorprender a los enemigos, contraatacar, romper la guardia o realizar ataques únicos si se dan ciertas condiciones. Por otro lado están los ataques especiales, que son exclusivos de cada oficial, añaden atributos elementales y tienen un tiempo de espera para poder volver a utilizarse. También hay un gancho que hace que la exploración sea más placentera, permitiendo subir hasta lugares elevados o escalar muros con gran rapidez.
La inteligencia artificial de los enemigos, como es habitual, no es demasiado buena, suponiendo un reto solo los grandes jefes por contar con más fuerza y vitalidad, pero en general es un juego bastante sencillo.
Para avanzar en el juego tenemos que completar misiones, aunque a lo largo de vuestro viaje también encontraréis solicitudes por parte de los habitantes de cada lugar. Hay muchísimas a lo largo de todo el juego, por lo que podréis seleccionar la que queráis hacer en ese momento, apareciendo marcadas en el mapa en todo momento y teniendo cada una un nivel recomendado. Para localizarlas es imprescindible utilizar el mapa, el cual vamos desbloqueando según lo recorremos o al escalar atalayas.
El mundo abierto del juego, China, es enorme y está cargado de actividades a realizar. El problema viene dado por los aspectos que se han visto afectados por esta decisión, como un menor número de enemigos a derrotar, tropas muy dispersas o zonas que dejan bastante que desear. En general nos parece muy acertado el salto a este tipo de planteamiento, pero no está del todo bien ejecutado, así que tendremos que esperar a próximas entregas para ver si se le saca más provecho.
Uno de los grandes añadidos es la elaboración de objetos, para lo que debemos recoger cierta cantidad de pergaminos a lo largo de nuestro viaje. Estos indican los materiales que necesitamos para crearlos, teniendo que recorrer cada rincón del mapa con el fin de hacernos con ellos y después dirigirnos hasta su respectiva instalación para crearlos.
Al eliminar enemigos, completar tareas y misiones conseguimos experiencia con la que subir de nivel y mejorar las estadísticas generales de nuestros personajes. Además conseguimos puntos de mejora que podemos invertir libremente en aumentar las habilidades del oficial (salud, musou, resistencia, ataque, defensa, potencia, dureza, velocidad y destreza con el arco). Aquí también entra en juego el equipamiento de los guerreros, siendo muy importantes las armas, accesorios, objetos e incluso animales que llevemos equipados. No hay que olvidar que las armas se pueden fabricar o mejorar volviéndolas a forjar con gemas. Todo esto hace que sean muy personalizables y el estilo de juego de cada jugador se vea bien representado.
Los coleccionables abundan a lo largo de toda la aventura, escondiendo las zonas abiertas tesoros que debemos buscar. Lo malo es que las rutas fuera del camino principal están algo vacías y no se sienten igual de vivas que el resto.
En cuanto a duración, la campaña del juego es tremendamente extensa, viviendo la historia desde montones puntos de vista diferentes. A todo ello hay que sumarle el modo libre, que nos permite jugar cualquiera de las fases completadas con los personajes que hayamos desbloqueado.
El apartado gráfico es algo dispar, ya que a pesar de que nos gusta el mejor modelado de personajes y escenarios, así como la transición entre el día y la noche o los efectos climáticos, hay aspectos que afean el resultado, como el popping, dientes de sierra o texturas que dejan mucho que desear. Pero lo peor, sin duda, es que sufre ralentizaciones muy notorias, algo que en un título de acción de este calibre puede llegar a ser bastante molesto.
En el sonoro tenemos buenas melodías que ambientan a la perfección las batallas, un doblaje en japonés con una gran interpretación por parte de los actores y buenos efectos de sonido. Lo mejor de todo es que sus textos nos llegan en castellano, permitiéndonos seguir con una mayor fluidez y comodidad su interesante historia.
Dynasty Warriors 9 se presenta así como una de las entregas más ambiciosas de la franquicia y, aunque cuenta con buenas ideas, no todo está bien ejecutado. Hay muchas tareas a realizar, coleccionables ocultos y montones de horas de diversión a pesar de que no todas sus mecánicas funcionan igual de bien. Además los combates están demasiado dispersos y el número de enemigos a enfrentar es menor, siendo lo peor su rendimiento general.
Agradecemos mucho el riesgo que ha tomado la compañía por ofrecer algo distinto a lo que nos tenían acostumbrados, siendo lo mejor los elementos de RPG, el poder recorrer su mundo con total libertad y los combates, que son muy vistosos. Los aficionados deberían darle una oportunidad, ya que supone un gran paso para el futuro de la saga.