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Vídeo análisis de Mario + Rabbids Kingdom Battle

Ubisoft y Nintendo unen sus fuerzas para traernos Mario + Rabbids: Kingdom Battle, un spin-off que combina ambas sagas y se centra en los combates por turnos y la estrategia, encontrando a poderosos enemigos y desafiantes puzles de los que os hablamos en nuestro análisis.

Cartel Mario + Rabbids Kingdom Battle
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Su historia nos lleva hasta el cuarto de una inventora que ha creado el Superfusionador, un artilugio parecido a unas gafas de realidad virtual capaz de unir dos objetos diferentes en uno solo. Por una accidental visita de los traviesos Rabbids, descubren el dispositivo y comienzan a crear el caos. Esto da lugar a multitud de incidentes cuando son teletransportados al Reino Champiñón, que se ha desgarrado por la acción del misterioso vórtice, dando lugar a la aparición de losirreverentes Rabbids y propiciando su inesperado encuentro con Mario. Con el fin de restablecer el orden en el revoltijo que se ha formado en el Reino Champiñón, Mario, Luigi, la princesa Peach y Yoshi se alían con cuatro Rabbids, cada uno de ellos con una fuerte personalidad. Por suerte, contamos con la ayuda de Beep-0, que nos hace de guía en el juego.

Nos ha gustado lo bien llevado que está el argumento, amenizado por el constante humor que destilan los traviesos Rabbids y los homenajes que encontraréis en cada nivel a la saga del fontanero bigotudo. Es cierto que no está demasiado trabajado, algo que suele ser habitual en la franquicia, pero su desarrollo entretiene.

Mario + Rabbids: Kingdom Battle es un RPG estratégico con batallas que se desarrollan por turnos y escenarios que juegan un papel fundamental en ellas. Encontraréis algunos tintes de aventura y exploración, así como puzles y minijuegos varios, pero en general se centra en los divertidos combates. En total tenemos a ocho personajes entre los que elegir para formar nuestro grupo de tres: Mario, Luigi, Peach, Yoshi y sus respectivas versiones en Rabbids, teniendo cada uno una serie de habilidades únicas y multitud de armas diferentes que nos permitirán atacar tanto a distancia como en el cuerpo a cuerpo.

Las batallas, como hemos comentado, tienen un tinte estratégico que hace que sean muy divertidas, estando basadas en turnos, con diferentes reglas para conseguir la victoria y teniendo lugar a diferentes alturas. Son muy sencillas de entender pero difíciles de dominar, estando todas explicadas al comienzo de la aventura. Lo primero que hay que saber es que en nuestro turno podemos mover una vez a cada personaje, realizar un disparo con cada uno de ellos y utilizar sus habilidades, pasando entonces al rival o, si lo creemos oportuno, hacerlo antes de realizar dichas acciones.

Los escenarios se dividen en casillas y los protagonistas pueden desplazarse por un número determinado ellas, aunque pueden apoyarse en sus compañeros o utilizar tuberías con forma de Rabbid para llegar más lejos o sorprender al rival. Lo mismo ocurre con las armas, que tienen un alcance y zona de impacto determinado por su tipo. Estos elementos también pueden ser utilizados por los rivales, así que pensar cautelosamente cada movimiento se vuelve esencial. Hay que tener en cuenta muchos factores, tales como las coberturas y su dureza, la posición de nuestros compañeros para que puedan prestarnos su ayuda, la clase de enemigos a los que nos enfrentamos o las diferentes trampas que encontraréis por el escenario entre otros.

En cuanto a enemigos encontramos mucha variedad, teniendo cada uno una serie de características que los hacen únicos y que debemos estudiar si queremos derrotarlos. Se comportan de manera bastante realista y resulta complicado acabar con ellos cuando vienen en grandes grupos. Más o menos a mitad de cada mundo encontraréis un poderoso subjefe con más vitalidad y ataques más poderosos, teniendo que hacer uso de una buena estrategia para vencerlos. Pero lo mejor de todo son los jefes que aparecen al final de cada mundo, donde además de tener que localizar sus puntos débiles, hay que aprovechar al máximo los escenarios. Hay que mencionar que si tenéis problemas para derrotarlos siempre podéis activar el modo fácil, con ayudas para que todo resulte más sencillo.

Al ganar combates conseguimos dinero que podemos invertir en nuevas armas, tanto principales como secundarias, para cada uno de los personajes. Las hay de todo tipo y podemos cambiarlas según requiera la situación antes de entrar en combate, algo importante en algunos compases de la aventura. Ciertos enemigos, además, nos proporcionan unas esferas lilas que representan experiencia a invertir en mejorar a nuestros personajes en diferentes ramas de habilidades, ya sea para aprender nuevos movimientos, mejorar los existentes, hacer que podamos manejar ciertas armas o para aumentar sus estadísticas entre muchas otras.

La parte de exploración tampoco está nada mal. Al principio puede parecer algo lineal, pero según avanzamos descubrimos diseños de escenarios más complejos cargados de puzles que nos llevan hasta tesoros ocultos y diferentes minijuegos. Algunos lugares están realmente bien ocultos y os tocará girar la cámara para localizarlos o bien hacer uso de las diferentes habilidades que adquiriréis al avanzar en la aventura, lo que os hará revisitar localizaciones. No nos ha gustado que algunas zonas sean demasiado parecidas por mundos, haciendo que se vuelva un tanto confuso encontrar el buen camino.

Como extra, hay una especie de cañones azules que nos llevan hasta un minijuego en el que tenemos que recoger todas las monedas en un tiempo determinado, apareciendo si lo logramos un tesoro. Puede parecer sencillo, pero poco a poco ganan complejidad, por lo que se pueden repetir hasta conseguir el objetivo. No podían faltar las clásicas monedas rojas típicas de la saga de Mario, que funcionan de forma similar pero en los escenarios normales, teniendo que recoger ocho de ellas bien ocultas.

La duración de la aventura es bastante extensa, con mundos cargados de secretos a descubrir y montones de divertidas batallas. A todo ello hay que sumarle una gran rejugabilidad, ya que al completar cada mundo se desbloquean interesantes desafíos y podemos rejugar fases para mejorar nuestra puntuación, así como intentar conseguir todas las ilustraciones, melodías, los modelos tridimensionales de los personajes y unas cartas especiales.

Por si fuera poco, el juego incluye un modo cooperativo en el que cada jugador maneja a dos personajes del grupo, teniendo que administrar muy bien el turno que comparten. Las misiones no son las mismas que las de la historia principal, por lo que merece la pena probarlas. Comentar también que los amiibo son compatibles con este juego, sirviendo los de Mario, Yoshi, Luigi y Peach para desbloquear nuevas armas para el juego.

El apartado gráfico nos ha gustado mucho, con diseños muy acertados tanto para los personajes como para los escenarios, utilizando colores muy llamativos que lo vuelven aún más simpático. Es cierto que las localizaciones son algo limitadas, pero artísticamente destacan mucho y no desentonan con las producciones de Nintendo. Lo que si hemos notado es alguna que otra ralentización puntual, aunque no molestan demasiado.

En el sonoro tenemos melodías muy buenas que concuerdan a la perfección con todo lo que sucede en pantalla, con alguna sorpresa que os llamará la atención. Los efectos también están trabajados, estando sacados todos ellos de las sagas de Mario y los Rabbids, incluidas las voces.

Mario + Rabbids: Kingdom Battle nos ha sorprendido muy gratamente. La parte estratégica está muy trabajada, ofreciendo multitud de posibilidades a la hora de afrontar una misión, y la exploración resulta satisfactoria por sus puzles y secretos, aunque nos hubiera gustado un poco más de libertad de movimiento. Si a todo ello le sumamos un desarrollo variado y divertido, así como una gran duración, tenemos un producto de mucha calidad.

Quizás la mezcla entre estos dos mundos no sea del agrado de todos, pero el resultado final es tan bueno que se merece como mínimo una oportunidad por parte de los jugadores.