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Vídeo análisis de Rad Rodgers

THQ Nordic y Slipgate Studios nos trasladan hasta la era de los 90 con Rad Rodgers, un título de plataformas y acción inspirado por los clásicos del género en PC. Disparos, puzles y secretos os esperan en el juego que ocupa nuestro análisis.

Cartel Rad Rodgers
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Su historia nos habla sobre Rad, un joven enérgico al que le encanta jugar a los videojuegos. Tras una larga partida nocturna, su madre le obliga a apagar la consola e ir a dormir. Cuando despiertadescubre que su vieja y polvorienta consola se ha encendido sola, por lo que se levanta e intenta apagarla. Lo que no esperaba es la aparición de un vórtice en el televisor que lo succiona, pasando entonces a convertirse en el protagonista de su propio videojuego. En este mundo, Dusty, su consola, ha cobrado vida y nos hace de guía, además de colaborar de diferentes formas.

El argumento es bastante simple, pero gracias a los geniales comentarios, el constante humor del que hace gala y las referencias al mundo de los videojuegos nunca se hace aburrido. Lo que no hemos llegado a entender es la ausencia de subtítulos para ciertas escenas o diálogos, cuando los textos están en completo castellano.

Rad Rodgers es un juego de desplazamiento lateral que mezcla a la perfección la acción y los momentos de plataformas, con mecánicas simplificadas que hacen que sea muy accesible. Lo primero que llama la atención es que tanto la historia como sus gráficos están pensados para todo tipo de públicos, siendo violento y grosero para los adultos o más comedidos para los niños. También hay tres niveles de dificultad: Fácil, Normal y Difícil, recomendando nosotros las más altas, ya que no es un título excesivamente complejo.

Sus controles se limitan a movernos lateralmente, saltar y disparar munición ilimitada, encontrando algunos potenciadores a lo largo del viaje cuya duración está marcada por un indicador en el arma y la posibilidad de usar a Dusty para golpear a rivales cercanos. De vez en cuando encontraréis algunos glitches por el mundo que os permiten viajar hasta el Pixelverso, un lugar en el que manejamos a Dusty flotando para destrozar un objeto que repare algo en el mundo del juego. Pero claro, estas pruebas no podían ser tan sencillas, encontrando varias trampas y enemigos hasta dar con el útil en cuestión.

Hay que tener en cuenta que Dusty es una consola y, como tal, no puede mojarse. Al llevarlo Rad en la espalda, si no queremos recibir descargas debemos evitar caer al agua buscando rutas alternativas. Como en los clásicos, contamos con una vitalidad representada por corazones y una cantidad de vidas que podemos aumentar si recogemos suficientes diamantes.

Los niveles están genialmente diseñados y cuentan con varias rutas y secretos a descubrir. El objetivo en cada uno de ellos es conseguir cuatro piezas de un todo que nos permite avanzar hasta la siguiente fase, aunque para hacerlo antes tenemos que encontrar la puerta donde encarjarlas. Para que todo resulte más sencillo, hay puntos de control en forma de disquetes y ciertas salas en las que hablar con personajes para conseguir regalos. Al tener los enemigos una IA muy simple, la mayor dificultad viene dada por los saltos, donde un mal cálculo puede llevarnos hasta la muerte.

La duración del juego es la parte más negativa, ya que puede completarse en unas cuatro horas, con 8 niveles normales y algunas fases especiales. Encontraréis coleccionables que le añaden algo de rejugabilidad, como la posibilidad de personalizar a Rad con diferentes objetos, pero en general se siente algo escaso. Eso sí, disfrutaréis cada minuto con él, ya que el control es una delicia y su humor hace que nunca se haga pesado.

El apartado gráfico en general nos ha gustado mucho, con personajes y escenarios tridimensionales genialmente diseñados y cuidados hasta el más mínimo detalle. Todo es muy llamativo, con estupendos efectos y un colorido espectacular. Además funciona con mucha fluidez, algo esencial en este tipo de aventuras. Quizás pondríamos alguna pega con ciertos bugs que nos hemos encontrado, aunque no es nada demasiado preocupante.

En el sonoro tenemos melodías y efectos de estilo retro con una mezcla actual que hace que resulten muy atractivos. Lo mejor son las voces y las continuas referencias que oiréis a lo largo del juego, aunque por desgracia están en inglés y algunas veces no cuentan con subtítulos en castellano.

Rad Rodgers es un título que sabe jugar bien sus cartas, con unas mecánicas simples que funcionan muy bien y nos dan un control total sobre el personaje, una historia entretenida llena de homenajes al mundo de los videojuegos y un desarrollo que nunca se hace aburrido. En el lado negativo tenemos una dificultad algo irregular, siendo la mayoría del tiempo bastante sencillo, y su corta duración.

Si os gustan los juegos de plataformas y acción con una pequeña dosis de puzles, deberíais darle una oportunidad, ya que divierte mucho a pesar de poder completarse en poco tiempo.