Vídeo análisis de Resident Evil VII biohazard
La franquicia Resident Evil toma un nuevo rumbo con novedosas mecánicas jugables y una perspectiva en primera persona que lo hace más inmersivo y terrorífico. En nuestro análisis os hablamos de Resident Evil VII: biohazard, la nueva evolución de la saga que además es compatible con PlayStation VR de principio a fin.


Su historia tiene lugar tras los dramáticos sucesos de Resident Evil 6, ambientada en una América rural moderna, en una granja abandonada en el sur de los Estados Unidos, en Luisiana.Aquí nos ponemos en el papel de Ethan, que recibe un mensaje urgente de su mujer, Mía, a la que daban por muerta. Es por ello que partimos rápidamente en su búsqueda y, tras una serie de sucesos, nos vemos atrapados en el hogar de una familia de psicópatas de la que nos toca escapar, todo mientras descubrimos sus misterios y oscuros secretos.
Resident Evil VII: biohazard es una aventura de terror y supervivencia que se desarrolla desde una perspectiva en primera persona, donde nos toca explorar cada rincón de los escenarios para resolver intrincados puzles, descubrir sus misterios e intentar escapar con vida. La exploración juega una parte fundamental de nuestro viaje y queda patente desde el primer momento, donde se nos ofrece una total libertad para explorar.
A medida que exploramos encontramos multitud de objetos que nos ayudan a sobrevivir, ya sean útiles para el combate, elementos curativos o ciertos objetos con los que abrir nuevos caminos. El espacio de nuestro inventario es limitado, al igual que la munición y los medicamentos, por lo que gestionarlo bien puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte. No todos estos objetos son visibles, lo que nos obliga a abrir ciertos lugares o romper cajas entre otros.
Un detalle que caracteriza a la saga es la combinación de objetos para dar lugar a otros nuevos. En esta entrega sigue estando presente, ya sea para crear nuevas hiebas o balas con la pólvora conseguida, siendo esencial en ciertos momentos si queremos avanzar. Entre las novedades están unas pastillas que agudizan los sentidos, facilitando ciertas tareas por tiempo limitado.
Al comienzo de la aventura, y en otros momentos determinados, los recursos no son suficientes como para defendernos, por lo que nos toca utilizar el sigilo y escondernos de nuestros perseguidores. Las coberturas funcionan bastante bien, y os hará sentir en vuestras propias carnes la tensión de poder ser descubiertos.
Pero no todo es un paseo en el que resolver puzles, la familia Baker y otras peligrosas criaturan acechan en cada rincón de la casa. Es por ello que los combates forman una parte esencial de esta aventura. Las balas escasean y utilizar bien el entorno y las diferentes herramientas que encontramos en él es esencial para la supervivencia. Junto a la propia familia Baker - cuyos miembros están bien diferenciados y cuentan con movimientos que los hacen únicos- , tenemos a los Holomorfos, unas criaturas viscosas de color negro que nos atacan con sus largas y afiladas zarpas, o las abejas, que atacan en grupo y acabarán con vosotros casi al instante si no vamos bien equipados. Hay algunas criaturas más, y todas tienen puntos débiles que debemos explotar, aunque se nos antojan un poco escasas de variedad.
Para controlar la cantidad de vitalidad que nos queda llevamos un reloj que nos indica mediante colores la que nos queda. Cuando es baja, la visión de nuestro personaje se empieza a emborronar con sangre y sus movimientos son más torpes, por lo que siempre es recomendable ir equipados con buenos kits para recuperarlo.
Los documentos esconden detalles interesantes sobre la historia y no se hacen nada pesados de leer, mientras que ciertos objetos - que no podemos llevar- ofrecen pistas ocultas que desvelamos al girarlos. Para descubrir más detalles sobre lo ocurrido, a lo largo de nuestro viaje hay también cintas de vídeo que contienen grabaciones realizadas en este sombrío lugar, experimentando los horrores del pasado y encontrando así pistas cruciales que nos ayudan a seguir el camino correcto. Si queremos ver sus contenidos antes tenemos que localizar un vídeo donde insertarlas. Estas cintas cuentan historias paralelas jugables que nos apartan de la monotonía, con planteamientos jugables bien diferenciados que las hacen muy entretenidas.
Gracias a todos estos elementos y otros pequeños detalles se consigue volver a las raíces de la franquicia, donde los sustos, la exploración, los puzles y los temibles enemigos estaban perfectamente conjuntados. Para guardar la partida tenemos unas grabadoras - lo que recuerda por momentos a las clásicas máquinas de escribir -, que son los únicos lugares donde os sentiréis seguros, así como baúles junto a ellas que nos permiten almacenar objetos. Los objetos que guardamos en ellos aparecen posteriormente en el resto, aligerando así nuestro inventario en viajes largos.
Un detalle importante es que de vez en cuando encontramos puntos de control que nos permiten empezar desde estos lugares en vez del punto de guardado, algo que se agradece en los momentos más intensos. Además, mientras caminamos por la casa recibimos llamadas en los teléfonos fijos de una persona misteriosa que nos ayuda a avanzar en la aventura con ciertas pistas e instrucciones.
Su duración ronda las diez horas (al menos eso nos ha durado a nosotros en una primera partida, en dificultad normal y sin ningún tipo de ayuda), aunque como siempre depende de la habilidad del jugador y del tiempo que os toméis en observar y registrar cada rincón de los escenarios.
Cabe recordar que el juego es completamente compatible con PlayStation VR, por lo que se puede jugar de principio a fin con el dispositivo. Esto hace que el juego gane mucho en inmersión, aunque sólo es apto para los jugadores más atrevidos. Capcom recomienda pasarse primero el juego sin el dispositivo y, en una segunda pasada, disfrutarlo tranquilamente con el casco de realidad virtual con el fin de evitar partidas prolongadas que puedan dar lugar a mareos.
El apartado gráfico nos ha gustado mucho, con un motor realizado específicamente para el juego (el RE Engine) que ofrece momentos casi fotorrealistas. Al utilizar una paleta de colores algo desaturada se consigue ese aspecto sucio y lugubre que buscan, con una iluminación muy realista y efectos conseguidos. No está carente de fallos, como ciertas texturas planas o algo de popping cuando estamos en los exteriores, pero en general cumple con creces. Además es un título muy gore, no siendo recomendable para todos los públicos. Si contáis con PS4 Pro podréis disfrutar del juego en 4K y con pequeñas mejoras en PS VR.
Las melodías, que no encontraréis más allá de los menús y en ciertos momentos testimoniales de la historia, son bastante buenas, con una ambientación soberbia que os mantendrá en tensión durante toda la aventura. Esta vez nos llega completamente doblado en castellano, agradeciendo no tener que leer los subtítulos mientras paseamos, aunque el doblaje en inglés nos sigue pareciendo muy superior.
Resident Evil VII: biohazard es, en definitiva, un regreso a los verdaderos orígenes de la franquicia, con mucha exploración, resolución de puzles y algunos momentos de acción, a pesar de la nueva perspectiva. Su historia es entretenida y el utilizar las cintas de vídeos para contar pequeños detalles de la misma desde otros puntos de vista nos parece muy interesante. La genial ambientación y sus espectaculares gráficos os mantendrán en tensión en todo momento.
Los fans de las primeras entregas de la saga estarán encantados con este título, ya que conserva las mecánicas de aquellos juegos y las potencia con ciertas mejoras.