Vídeo análisis de Rez Infinite para PlayStation VR
Rez, el aclamado y atemporal shooter psicodélico sobre railes y con toques musicales, regresa con una nueva versión que incluye compatibilidad con PlayStation VR, Rez Infinite. Descubre sus principales características y novedades en nuestro análisis.


Lo primero que hay que dejar claro es que se puede jugar tanto de manera normal como con PS VR, aunque como más disfrutaréis de esta aventura es con las gafas, ya que su concepto se adapta muy bien a este dispositivo. Si optáis por la VR, tenéis dos modos de visión, uno pensado para los que no estén acostumbrados a la tecnología y otro más vertiginoso que puede marear un poco.
Rez Infinite es un shooter sobre railes en el que nuestro personaje se desplaza automáticamente por escenarios virtuales mientras que nosotros movemos un puntero para fijar enemigos y dispararles. Gracias a esta sencillez es un título perfectamente disfrutable por cualquier tipo de jugador y puede jugarse tanto con el DualShock 4 como con los Move, cada uno con sus pros y sus contras. El DualShock 4 ofrece más precisión y los Move son mucho más inmersivos, pero al tener que realizar muchos movimientos llega un momento en el que puede cansar.
A pesar de su apariencia psicodélica no es un juego que marea y funciona muy bien al desarrollarse desde una perspectiva en tercera persona. Los enemigos nos vienen desde todas las partes del escenario, por lo que nos toca mirar a nuestro alrededor para localizarlos, haciendo que la experiencia se sienta muy natural e inmersiva. Al eliminar a estos enemigos se crea una melodía que concuerda a la perfección con la acción, por lo que recomendamos tener unos buenos cascos para disfrutar aún más de la experiencia.
El juego, al igual que el original, se divide en cinco áreas que podemos completar en aproximadamente una hora. A todo ello hay que sumarle diversas modalidades como el modo puntuación para intentar mejorar nuestra mejor marca o Beyond, que cuenta con fases de bonificación divididas en el modo combate, la zona perdida y la misión trance, además de un modo jefe que nos enfrenta a todos los ellos de manera consecutiva.
Pero lo más interesante de todo es el nuevo Area X, un nuevo lugar pensado para la realidad virtual, aunque también es posible jugarla sin las gafas, que se desbloquea tras completar su modo principal o pasadas unas horas de juego. Esta zona cambia por completo el sistema de control del juego, pudiendo desplazarnos libremente hacia el lugar que deseemos apuntando con nuestra mirada y apretando el botón R1 del mando, mientras que con R2 nos detenemos. Aquí encontramos nuevos enemigos, música e incluso un motor gráfico diferente (el Unreal Engine 4) utilizado únicamente en este lugar, haciendo que se sienta muy diferente al resto del juego. Lo peor de todo es que esta fase se completa en muy poco tiempo, siendo la más espectacular.
Su apartado gráfico, como hemos comentado, es muy bueno, pero es muchísimo mejor con la realidad virtual. Sus efectos están trabajados, pero gracias al motor gráfico utilizado en el Area X se consigue que haya un mayor número de partículas y otros pequeños detalles que hacen que esta zona resulte aún más llamativa. Además funciona con mucha fluidez, lo que le sienta genial a su jugabilidad, y al desarrollarse desde una perspectiva en tercera persona los mareos son poco comunes.
La banda sonora también es muy buena, más si tenemos en cuenta que se trata de un título que en parte se centra en este apartado. Es cierto que hay melodías que desentonan con el resto del juego, por lo que hubieramos preferido que todas fueran de corte electrónico, mucho más acorde con su estilo. Lo mejor de todo es jugarlo con unos buenos cascos, ya que nos indican en todo momento la posición de los enemigos.
Rez Infinite es un título que, tras varios años, sigue siendo tan divertido como el original, pero añadiéndole aún más profundidad e inmersión gracias a la realidad virtual. El nuevo Area X es simplemente espectacular, ofreciendo una libertad muy diferente a la del resto del juego, lo que lo vuelve aún más entretenido. Es una pena que sea tan breve, pudiendo terminarlo al completo aproximadamente en una hora.
El apartado gráfico es muy bueno, aunque nos hubiera gustado que todo estuviera recreado con el nuevo motor gráfico y encontrar más novedades. El sonoro también es espectacular.
Un juego imprescindible si tenéis PlayStation VR, siendo una de las mejores experiencias de realidad virtual que hemos vivido de momento.