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Vídeo análisis de Shadow Tactics: Blades of the Shogun

Tras su salida y muy buena acogida hace unos pocos meses en Steam, el juego Shadow Tactics: Blades of the Shogun llega ahora a las consolas Xbox One y Playstation 4, por lo que si aún no sabias de el, aquí os traemos un análisis de todo lo que este estupendo título puede ofreceros.

Shadow Tactics Blades of the Shogun
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El juego de acción táctica y sigilo de Mimimi Productions llega ahora a consolas con Shadow Tactics: Blades of the Shogun, distribuido además en formato físico por Meridiem Games.  Toma el control de un equipo de especialistas mortales y prepárate para la lucha.

Su historia nos lleva hasta el año 1615, donde un nuevo Shogun toma el control sobre Japón y fuerza la paz a nivel nacional. En su lucha contra la conspiración y la rebelión, recluta a cinco especialistas en asesinato, sabotaje y espionaje. El equipo debe luchar contra el misterioso Kage-sama, que planea derrocar al Shogun. Ellos se infiltran en castillos, recogen información a través del espionaje, luchan contra las rebeliones y eliminan sin piedad a los aliados de Kage-sama.

Este argumento resulta bastante interesante en determinados momentos, con un grupo formado por personajes carismáticos con personalidades bien diferenciadas cuya relación, que parece improbable al principio, se desarrolla con el curso de las misiones, haciendo que ganen confianza y se formen amistades. Cada uno de estos personajes cuenta con sus propias preocupaciones, enfrentándose a lo largo del juego a algún tipo de drama personal. Pensamos que no ha sido demasiado aprovechada la época en la que se desarrolla, ofreciendo ésta muchas posibilidades.

Shadow Tactics: Blades of the Shogun es un juego de acción táctica que se desarrolla en tiempo real y desde una perspectiva aérea en el que controlamos a un equipo de cinco especialistas mortales, escondiéndonos entre las sombras para infiltrarnos en diferentes lugares con el fin de cumplir los objetivos que se nos propongan.

Sus controles han sido adaptados a consola y, en vez de utilizar un puntero para señalar donde queremos que se muevan nuestros personajes, los desplazamos utilizando el stick analógico izquierdo, pudiendo girar la cámara para obtener una mejor perspectiva de cada situación. Existe la posibilidad de agacharse, habilidades pasivas y otras activas que se asignan a los diferentes botones. También contamos con un menú que nos permite consultar la información de la misión a la que nos enfrentamos y un minimapa ampliable en el que podemos ver la situación de los enemigos y nuestro objetivo.

Los enemigos son inteligentes, con un comportamiento bastante realista en determinadas situaciones. Su visión se basa en conos que nos indican hacia donde miran, pero si notan que un compañero suyo ha desaparecido o escuchan a algún ruido, entre otros sucesos, no dudarán en pasar a vigilar el escenario en busca de alguna irregularidad. El color del cono indica si nos han visto, siendo además un indicativo del nivel de alerta. Se echa en falta algo más de variedad, pero en general resultan bastante creíbles y escapar de un buen número de ellos os resultará muy dificil.

Para pasar desapercibidos nos toca ocultarnos en las sombras y evitar el campo de visión de los enemigos, separando a las formaciones enemigas para acabar con ellos poco a poco y escondiendo sus cuerpos para cubrir nuestras huellas. También ayuda la jugabilidad vertical, que nos permite viajar por lugares elevados para sorprender a nuestros rivales atacando desde las alturas.

Cada uno de los personajes, como hemos comentado, tiene una serie de características y habilidades únicas que los diferencian a unos de otros, así como técnicas de distracción y asesinato exclusivas. Hayato, el ninja, es un experto en infiltración que acaba con sus enemigos utilizando los Shuriken y el Ninjato (una especie de katana algo más corta). Mugen, el samurái, es un esgrimista veterano capaz de matar a múltiples enemigos con un solo ataque. Yuki, la trampera, utiliza trampas y atrae a los enemigos lejos de su puesto, siendo además una ladrona inteligente. Takuma es un misterioso francotirador que convierte su pierna en un rifle y siempre va acompañado de un mapache. Por último está Aiko, la geisha, quien utiliza su maestría con los disfraces para distraer a los guardias con su dulce charla.

Nuestros protagonistas no son introducidos a la fuerza, sino que nos los presentan poco a poco para que nos vayamos haciendo a sus mecánicas y conociendo perfectamente las capacidades y habilidades de cada uno. No podemos controlarlos a todos a la vez (sólo para moverlos, no pudiendo utilizar sus habilidades), por lo que debemos dejar bien escondidos al resto mientras llevamos a uno de ellos. Eso sí, para que los personajes puedan realizar acciones al mismo tiempo tenemos el Modo Sombra, con el que dar órdenes que se ejecutarán cuando nosotros lo decidamos.

Los escenarios también juegan un papel fundamental a la hora de formar una buena estrategia, ya que son muy amplios y ofrecen diferentes rutas y posibilidades para afrontar una misma misión. Están muy bien diseñados y son variados, por lo que nunca tendréis la sensación de que se repite una tarea, con zonas altas que nos ayudan a pasar desapercibidos. Además están cargados de elementos interactivos que debemos saber utilizar a nuestro favor.

Algo muy importante es que si uno de nuestros personajes muere se acaba la partida, por lo que guardar de manera constante se vuelve algo fundamental. Más si tenemos en cuenta que cada fase puede durar más de una hora, haciendo que sea un poco engorroso tener que repetirlas desde el comienzo.

En cuanto a duración, tenemos un total de trece misiones que ofrecen aproximadamente unas 25 horas de juego. Y este es uno de los puntos negativos del juego, y es que cada nivel es muy extenso. Hubieramos preferido más niveles pero con una duración algo menor, ya que es un juego al que hay que dedicarle horas con cada partida. Eso sí, es un título muy rejugable. Además de poder repetir los niveles con el fin de completar las misiones de manera diferente y las dificultades, cada uno esconde diferentes insignias que se consiguen al cumplir ciertos objetivos.

El apartado gráfico cumple, pero no es ningún portento. Los personajes cuentan con modelados y animaciones un tanto simples, al igual que pasa con los escenarios. Eso sí, lo compensa con una genial dirección artística que hace que todo entre por los ojos, con localizaciones muy coloridas, detalladas y variadas que harán que nunca os canséis de él. Además funciona con bastante fluidez para que no haya problemas con su jugabilidad.

En el sonoro encontramos melodías que le sientan genial a su ambientación, ya que imitan el estilo de la época, pero debido a su escasa variedad se vuelve repetitiva al poco tiempo. Los efectos cumplen, aunque lo mejor de todo es su doblaje, ya que incluye voces en inglés y japonés, siendo éstas últimas mejores por cuadrar más con la temática. No hay que olvidar que los textos del juego llegan en completo castellano.

La versión de consolas de Shadow Tactics: Blades of the Shogun es tan buena como la de PC, con unos controles que se han adaptado perfectamente, personajes muy carismáticos y bien diferenciados, un buen nivel de desafío y misiones muy divertidas que enganchan y son muy rejugables. Lo malo es que conserva también algunos de sus fallos, como una cámara que no siempre funciona bien y una duración demasiado extensa de las misiones.

Aún así, Shadow Tactics: Blades of the Shogun es un juego de acción táctica muy bueno, con pequeños fallos que no estropean la calidad general del título y que recomendamos a todos aquellos a los que les atraiga el género.