PS4

Vídeo análisis de The Last Guardian

The Last Guardian, el largamente esperado juego de Fumito Ueda y Japan Studios, ya se encuentra disponible para PlayStation 4. Descubre en nuestro análisis esta emocional aventura cargada de puzles.

The Last Guardian
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Su historia nos traslada hasta una extraña y mística tierra, donde un niño se despierta y descubre que junto a él se encuentra una misteriosa criatura a la que llama Trico. Poco a poco traban una amistad profunda e inquebrantable, teniendo que ayudarse mutuamente para atravesar unas imponentes y traicioneras ruinas llenas de peligros desconocidos con el fin de descubrir los secretos de una antigua civilización perdida.

Mientras que en ICO y Shadow of the Colossus teniamos que descubrir su argumento mediante la exploración e ir hilando pequeños detalles, aquí tenemos un narrador que nos va contando los hechos. Éste a veces da pequeñas pistas sobre hacia donde debemos dirigir nuestros pasos, incluso cuando nos quedamos atascados en alguna zona.

The Last Guardian es una aventura donde la amistad y la colaboración para resolver las distintas pruebas que nos proponen funcionan como eje principal. Aquí manejamos a un chico, de nombre desconocido, que intenta descubrir como ha llegado a aquel misterioso lugar y porqué hay una criatura encadenada justo a su lado. Tras ayudar a Trico y ganarse su confianza, comienzan un viaje cargado de peligros.

Sus controles funcionan bastante bien, explicándose los básicos nada más comenzar. Nuestro protagonista puede correr, agacharse para colarse por espacios reducidos, rodar para eludir ataques o trampas, saltar o escalar, además de poder agarrar o coger determinados objetos. Las ayudas de los controles aparecen constantemente en la esquina superior derecha, por lo que os adaptaréis enseguida a ellos. Lo malo es que aparecen durante mucho tiempo y no se pueden quitar desde las opciones.

Uno de los problemas en su jugabilidad está a la hora de escalar o bajarse de Trico, donde nuestro personaje adopta de vez en cuando poses extrañas al agarrarse automáticamente, a lo que hay que sumarle la unión de las articulaciones de la criatura, que hace que sea un tanto complicado pasar, por ejemplo, de una pata a la espalda. Esto no ocurría antes de cambiar los esquemas de control, donde para agarrar había que pulsar el botón R1. También afecta al ponernos de pie sobre Trico para saltar, obligándonos a recorrer todo su cuerpo hasta encontrar un punto en el que nos deje hacerlo.

Pero si hay algo que afecta a su jugabilidad es la cámara, que no siempre ofrece la mejor perspectiva de la acción al situarse demasiado cerca del chico. Este problema se acentúa más en las zonas con grandes arboledas y en los lugares muy cerrados, ya que al seguirnos Trico a todas partes y tener un tamaño considerable tapa la visión.

Al principio apenas podemos llamar a la criatura para que esté cerca de nosotros y actúe por su cuenta, pero cuando nos ganamos más su confianza a base de alimentarlo y cuidarlo podemos darle órdenes como que salte, vaya en una dirección determinada o que empuje obstáculos. Su evolución se nota más en el tramo final, donde ha aprendido bastante y actúa por voluntad propia para resolver puzles de forma ingeniosa. De vez en cuando incluso llevamos equipado una especie de espejo que nos permite marcarle a Trico un lugar al que lanzar un rayo con su cola para que lo destruya.

Trico tiene un comportamiento muy realista y que sorprende a cada momento, con un lenguaje corporal que nos indica sus emociones y el próximo movimiento que realizará. Esto hace que sea muy creíble y se sienta vivo, aunque llega a frustrar cuando no obedece nuestras órdenes, algo que entorpece el ritmo de juego y que nos hace dudar sobre si estamos tomando la decisión correcta a la hora de resolver el reto que nos proponen.

Sus escenarios son bastante lineales y a pesar de contar con varias rutas no tardaréis en dar con el camino correcto, lo que a su vez facilita la resolución de puzles. El plataformeo juega un papel esencial en la aventura, y calcular con precisión nuestros saltos y buscar zonas por las que escalar es esencial si no queremos morir.

Trico se ve atraido por una esencia azul, e incluso nos toca alimentarlo con barriles que contienen esta sustancia. Las localizaciones esconden muchos de estos barriles, así como otros elementos que pueden inducirle locura o que simplemente le asustan, obligándonos a deshacernos de ellos para que ambos protagonistas puedan avanzar.

De vez en cuando también hay enemigos a los que el muchacho no puede hacer frente, por lo que nos toca abrirle paso a Trico para que acabe con ellos mientras que nosotros tratamos de curar sus heridas y lo calmamos, ya que está muy alterado tras estas peleas. Si estos guardias nos atrapan debemos soltarnos pulsando los botones para eliminar los símbolos que aparecen en pantalla antes de que nos lleven hasta su guarida, algo que también tenemos que hacer para resucitar.

Su duración ronda las diez horas, aunque como siempre depende de la habilidad del jugador y de las veces que se quede atascado. Hay una especie de coleccionables con los que podemos desbloquear nuevos trajes para una nueva partida, algo que aumenta un poco su rejugabilidad.

El apartado gráfico, a pesar de notarse que era un título pensado para PS3, nos ha gustado bastante por la genial dirección artística y las fantásticas animaciones tanto del chico como de Trico, destacando especialmente el comportamiento tan realista e impredecible de la criatura, aunque a veces se generan situaciones un tanto extrañas. Las tonalidades utilizadas, la iluminación y las físicas nos parecen muy buenas, pero no se puede decir lo mismo del apartado técnico. Los escenarios tienen muchas texturas planas, a lo que hay que sumarle ralentizaciones puntuales en PS4. En PS4 Pro también las hay si jugamos a 4K, algo que no sucede si lo hacemos a 1080p.

En el sonoro se ha hecho un gran trabajo con la ambientación de los escenarios, incorporando melodías en los momentos  clave para darle un toque de epicidad. Los personajes tienen su propio idioma y Trico cuenta con un amplio elenco de sonidos que hacen que se sienta una especie nueva y única. Además tenemos textos en castellano para no perdernos ningún detalle sobre la trama.

The Last Guardian es una aventura muy emocional en la que la amistad que se genera entre el chico y la criatura funciona como eje central. Las animaciones y el comportamiento de Trico son muy realistas, por lo que le cogeréis tanto cariño como a cualquier otra mascota. No está exento de fallos jugables, pero al ser un viaje tan entretenido, tener puzles ingeniosos y ver el vínculo que forman los protagonistas le perdonaréis estos defectos.

Un juego tan único y especial que a poco que os gusten las aventuras deberíais probar, siendo Trico uno de los personajes mejor creados del mundo de los videojuegos.

A continuación, además, os dejamos un pequeño vistazo a la preciosa edición de prensa del juego.