Nintendo 3DS

Vídeo análisis de The Legend of Zelda Tri Force Heroes

Nintendo nos trae una nueva aventura de Link, que en esta ocasión se centra en la resolución de puzles y la acción pero junto a otros dos jugadores, The Legend of Zelda: Tri Force Heroes.

The Legend of Zelda Tri Force Heroes
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Su historia nos lleva hasta Pasarelia, un reino obsesionado con la moda y cuyos habitantes son los más estilosos del lugar. Aquí una malvada bruja llamada Lady Degala, que envidia el sentido de la moda de Cursilinda, futura monarca de la región, le envía un regalo que incluye la maldición de unas horribles mallas tan ajustadas que no puede quitárselas.

La princesa, muerta de vergüenza, decide encerrarse en su habitación, evitando las miradas de todos sus súbditos. Esto hace que poco a poco la moral del reino decaiga poniendo en peligro la felicidad de sus habitantes, por lo que el rey Rizor comienza a buscar héroes con el objetivo de derrotar a la bruja y liberar a Cursilinda de su maldición, teniendo éstos que adentrarse en los dominios de Harapia.

Jugablemente estamos ante una aventura cargada de acción que se desarrolla desde una perspectiva cenital. Aquí contamos con tres héroes, pudiendo jugar tanto en solitario, alternando entre los personajes mediante la pantalla táctil de la consola, como en cooperativo, ya sea de manera local u online. Al jugar online, los tres jugadores votan por el nivel que quieren jugar, decidiéndose aleatoriamente el resultado. No suele haber problemas de lag, funcionando todo correctamente.

Todo está pensado para la colaboración, resolviendo puzles o acabando con enemigos a distintas alturas y pudiendo formar un tótem agarrándose unos a otros. Los personajes comparten la vitalidad y los premios recogidos, a excepción del premio final de cada nivel, que se divide en tres cofres con distintos materiales que nos sirven posteriormente para crear trajes. Estos materiales se dividen en dos corrientes y uno extraño, apareciendo al azar en cada nivel.

Para crear estos trajes tenemos que visitar a la modista, mostrándonos entonces los disponibles, sus características y los materiales y rupias necesarios para fabricarlos. Como es normal, a medida que avanzamos en la aventura se van desbloqueando otros nuevos. Otra opción para conseguir los materiales es visitar una tienda que cada día vende una serie de mercancías y que se reponen tras un día de espera, permitiéndonos también participar en un minijuego para adivinar la localización de un material raro escondido en un cofre.

En total encontramos ocho vastas regiones a explorar, conteniendo cada una de ellas cuatro mazmorras. A diferencia de otros títulos de la saga, no tenemos un gran mundo a explorar, sino que seleccionamos una de las regiones y somos trasladados hasta el lugar, dividiéndose éstos en pequeñas zonas.

Al comenzar cada zona encontramos tres artefactos, siendo estos muy necesarios para completar los distintos retos que nos proponen, y solo pueden ser utilizados durante ese nivel. Cada personaje puede llevar uno, volviendo a ser necesario la colaboración entre todos los integrantes. A veces, los tres Links tienen el mismo objeto y otras tienen que usar objetos distintos de manera estratégica.

Los desafíos son muy diferentes entre sí, están muy bien pensados y ponen a prueba el intelecto de los miembros del  equipo. En todo momento podemos comunicarnos con nuestros compañeros mediante el uso de unos mensajes que podemos seleccionar en la pantalla táctil de la consola, ya sea para dar pistas o pedir su ayuda, algo muy importante si tenemos en cuenta la precisión que requieren ciertos puzles.

Por si los 32 niveles se os hacen pocos, se han incluido unas misiones especiales que alargan notablemente la aventura, haciendo que su duración del título sea más que decente. Estas misiones se desbloquean al completar las cuatro mazmorras de una región. También hay un coliseo para combatir contra uno o dos Links, donde podemos conseguir materiales que no están disponibles en ningún otro lugar si somos el que más corazones tiene al final de la batalla.

Si decidimos jugar en solitario todo se complica. Aquí tenemos que manejar a los tres personajes, permaneciendo como estatuas los que no manejamos en ese momento. No pueden recibir daño mientras estén en dicha situación, aunque se hace muy pesado tener que ir trasladando a los personajes desde un lugar a otro de uno en uno.

Un detalle que nos ha gustado mucho es que gracias al Modo Descarga podemos disfrutar de la aventura en compañía con un solo juego, no requiriendo que todos los acompañantes tengan el cartucho. La partida se guardará en sus consolas, pudiendo disfrutar de ella si algún día deciden comprárselo.

Gráficamente es un título muy llamativo, con personajes bien modelados y animados, escenarios muy cuidados y bien pensados, y efectos, como la iluminación, cuidados al máximo. Todo funciona de manera muy fluida a 60 fotogramas por segundo. El 3D está conseguido, diferenciando a la perfección las distintas alturas para ayudarnos a completar puzles y acabar con enemigos.

Su banda sonora también goza de una gran calidad, con temas que se adaptan a todo lo que ocurre en pantalla y que son realmente pegadizos. Los efectos de sonido son muy buenos y las voces vuelven a brillar por su ausencia, encontrando pequeños gritos y sonidos. Al jugar en Modo Descarga, aquellos que no tienen el juego escuchan la misma banda sonora pero al estilo clásico de 8 bits.

En conclusión, The Legend of Zelda: Tri Force Heroes es una aventura que se disfruta más en compañía, con un gran diseño de niveles que ponen a prueba todo nuestro intelecto, ya sea para combatir o resolver puzles. El online funciona realmente bien y fluido, sin apenas encontrar lag. Su duración es bastante extensa, con montones de coleccionables y misiones a completar. La pega quizás viene dada por el modo individual, no estando bien resuelto el manejo de los tres personajes.

Tanto el apartado gráfico como el sonoro nos han parecido muy buenos, con montones de detalles curiosos en cada uno de sus rincones.

Si os gustan los juegos cooperativos no podéis dejar pasar este título, siendo una experiencia plenamente satisfactoria.