Vídeo análisis de The Solus Project
Un misterioso planeta os espera en The Solus Project, la nueva aventura de Grip Digital para un solo jugador con partes de exploración, puzles y elementos de supervivencia que además es compatible con dispositivos de realidad virtual.


El argumento nos habla sobre una humanidad que persiste en una pequeña flota de naves cerca de Plutón tras la destrucción de la Tierra. Como última esperanza, somos enviados a explorar un planeta lejano como potencial lugar para una colonia. Tras años de un desastroso viaje espacial lleno de golpes, nuestra nave es destruida cuando nos acercábamos al planeta. Con los miembros de nuestro equipo muertos y el equipo desaparecido no tenemos forma de comunicarnos o recibir ayuda… así que estamos completamente solos. Desperadamente buscamos una forma de llamar a casa, pero al explorar el planeta, aparentemente desolado, descubrimos los oscuros secretos enterrados en sus profundidades. En esta odisea nos toca descubrir el misterio de dicho mundo mientras tratamos de sobrevivir a sus duras condiciones climatológicas.
Esta historia, aunque interesante, no está demasiado bien contada, a lo que tampoco ayuda el ritmo lento del juego. Eso sí, cuenta con multitud de coleccionables escondidos por sus escenarios que nos ayudan a profundizar en algunos aspectos, tales como lo que le ocurrió al planeta o detalles sobre el resto de tripulantes de la nave.
The Solus Project es una aventura que se desarrolla desde una perspectiva en primera persona en la que nos toca explorar un mundo desconocido cargado de puzles y una atmósfera totalmente dinámica, con ciclos de día y noche junto con condiciones cambiantes que nos obligan a estar pendientes de la temperatura, la humedad, el viento y otros peligros ambientales para intentar sobrevivir.
No encontraréis ningún tipo de enemigo y, en consecuencia, los combates brillan por su ausencia, centrándose sobre todo en la exploración, la resolución de acertijos dejados por una antigua civilización alienígena y la supervivencia, con peligros como el clima extremo, los tornados, las tormentas o meteoritos entre otros. Para ello nos toca investigar a fondo cada rincón, descubriendo cuevas, tumbas y otras localizaciones cargadas de secretos que poco a poco nos desvelan la verdad oculta.
Uno de los aspectos más llamativos del juego es ver como todo tiene un sentido y afecta a la jugabilidad, con elementos como la falta de sueño o el cansancio por subir una cuesta incidiendo directamente en la resistencia. Mareas basadas en el estado lunar, plantas que reaccionan a la climatología o temperaturas cambiantes son algunos ejemplos de lo cuidados que están todos sus detalles, dando la sensación en todo momento de estar ante un mundo vivo y cambiante.
Pero esto juega en su contra, ya que al final se limita a recoger útiles fácilmente localizables por su abundacia que nos permiten sobrevivir gracias a la elaboración de objetos, repitiendo esta tarea una y otra vez sin ningún tipo de desafío. Nos hubiera gustado que se hubiese aprovechado para incentivar la exploración, ya que los escenarios y su genial ambientación invitan a ello, con localizaciones que van desde amplias llanuras hasta lugares cerrados llenos de pasillos.
La parte de los puzles tampoco nos acaba de enganchar, resultando estos bastante sencillos de resolver si exploramos a conciencia los alrededores, sobre todo si se tiene experiencia en el género. No ayuda que los escenarios, a pesar de la amplitud que tienen ciertas zonas, tengan caminos prefijados que nos sirven como guía para avanzar en el juego.
Llegado el momento el juego da un cambio radical, pasando a una especie de juego de terror. Sin entran en spoilers, saben cómo mantenernos en tensión y darnos pequeños sustos espontáneos. Esta es una de las situaciones que más nos ha gustado, echando en falta a lo largo de la aventura más tramos parecidos.
La duración de la aventura ronda las 18 horas, aunque siempre depende de lo que el jugador se entretenga explorando los escenarios y el tiempo que tarde en resolver los diferentes puzles del juego. No ofrece mucha rejugabilidad más allá de los distintos coleccionables, aunque debido a la gran cantidad que encontraréis seguramente le daréis al menos una pasada más.
El apartado gráfico destaca por su estupenda dirección artística. No se puede decir lo mismo de la técnica, que resulta un tanto pobre por unas texturas simples, personajes con modelados sencillos y pequeños fallos de popping. Los efectos, por su parte, resultan espectaculares, dando la sensación en todo momento de estar en otro planeta con una iluminación muy buena y condiciones climáticas que harán que os quedéis embobados mirando la pantalla.
Hay que comentar que el juego es compatible con dispositivos de realidad virtual para hacer que la experiencia resulte aún más inmersiva y vistosa, aunque su esquema de control quizás no sea el más apropiado. Eso sí, permite desplazamientos teletransportándonos señalando el lugar al que queremos ir para evitar grandes mareos o bien optar por andar con normalidad. Ambas opciones funcionan bastante bien cuando te acostumbras a las mecánicas, aunque no es un juego para partidas prolongadas.
En el sonoro tenemos melodías simples que brillan casi por su total ausencia, dejando lugar a la buena ambientación conseguida por los efectos. Las voces, en inglés, no están nada mal, a pesar de encontrar pocas conversaciones a lo largo del juego. Los textos también nos llegan completamente en inglés, pero no requiere un nivel demasiado alto para avanzar.
The Solus Project nos ha conseguido enganchar por sus geniales localizaciones, aunque su desarrollo sufre altibajos que hacen que la experiencia no sea tan satisfactoria como quisieramos, así como algunas mecánicas que no han sido bien aprovechadas. Eso sí, el segundo tramo de la aventura nos ha encantado, con situaciones inesperadas que agradarán a los jugadores.
Si os gustan las aventuras en primera persona merece una oportunidad, sobre todo si tenéis gafas de realidad virtual, ya que se puede disfrutar de principio a fin con el dispositivo.