Vídeo análisis de Tom Clancy's The Division
Ubisoft pone a la venta Tom Clancy´s The Division, su nuevo juego de acción con tintes de RPG que se desarrolla en un mundo abierto y realista infectado por un virus.


Su historia nos lleva hasta el Black Friday, el famoso día de compras en Estados Unidos. Una pandemia devastadora se propaga por las calles de Nueva York y bloquea uno a uno los servicios esenciales de la ciudad. En pocos días, la escasez de agua y de alimentos sumerge la ciudad en el caos y deja a sus habitantes a merced de bandas violentas. En ese momento interviene The Division, una unidad de agentes tácticos independientes clasificada como alto secreto. Encubiertos tras una existencia aparentemente ordinaria, estos agentes están entrenados para actuar por su cuenta con el fin de salvaguardar la sociedad.
Para ello podemos jugar en solitario o colaborar en equipos de entre dos y cuatro jugadores, complementando nuestras armas y habilidades para crear el mejor equipo posible. Hay diversos escondites que permiten que conozcamos a otros jugadores y formar equipos instantaneamente dependiendo de nuestro nivel de habilidad. Para comunicarnos con ellos tenemos a nuestra disposición tanto mensajes directos como emoticonos, además del chat de voz.
Al tratarse de un shooter estratégico en tercera persona con toques de rol, el posicionamiento de nuestros personajes y la cobertura elegida son de vital importancia, ya que si conseguimos sorprender al enemigo obtenemos una gran ventaja de inicio. Cada jugador puede adoptar su propio estilo de combate y determinar qué papel desempeña en el grupo. Tanto la hora del día como la climatología afectan a nuestras partidas, por lo que hay que prestar mucha atención a los pequeños detalles. Ciertas zonas están más contaminadas, lo que nos obliga a mejorar nuestra máscara de gas para poder acceder.
Nuestro progreso depende de conseguir botínes, armas y equipo de diferente valor, ya sea de los cuerpos de los enemigos caídos o de diversos escondrijos repartidos por la ciudad. Al derrotar a nuestros enemigos obtenemos armas, modificaciones y equipo que nos hacen más poderosos según avanzamos en el juego, siendo la personalización uno de los ejes. Esto también nos permite desbloquear diversas habilidades, entre las cuáles escogemos las que queremos activar, pudiendo llevar dos, para adaptarse a nuestras necesidades y estilo de juego. Además del equipamiento y sus habilidades, podemos personalizar sus rasgos o sexo entre otros apartados, aunque las opciones de creación de personaje son bastante escasas.
Las misiones se dividen en tres ramas principales: Médica, Tecnológica y de Seguridad. Completar con éxito una misión sirve para desbloquear nuevas habilidades en estos tres ámbitos y para acrecentar el nivel de vida de la base de operaciones, como símbolo de que el orden se está restaurando en la sociedad. Cada misión se puede repetir con niveles de dificultad creciente, lo que, además de suponer un mayor reto, nos proporciona mejores recompensas. La Base de Operaciones es nuestro nexo central y, al desbloquear mejoras, desarrollamos nuestra base a la vez que creamos un lugar seguro para el resto de supervivientes.
Junto a las misiones principales contamos con multitud de misiones secundarias y sucesos aleatorios repartidos por su mundo abierto, enfrentándonos a un sinfín de amenazas. A pesar de que son muy numerosas, la mayoría suelen ser de relleno y a las pocas horas de juego se vuelven algo repetitivas. También hay un montón de coleccionables a recoger. Al ser un juego online, cada semana se lanzarán nuevos desafíos y contenidos, lo que proporciona una experiencia de juego profunda y duradera.
Además de hacer frente a la contaminación y a la escasez de recursos, nos toparemos con numerosos grupos hostiles que, aprovechando las circunstancias, intentan imponer su propia ley e ideología, dividiéndose en cuatro grupos: los Rioters, rebeldes que aprovecharon la caída de la sociedad para tomar el control y que merodean en bandas por la ciudad, los Limpiadores, que llevan trajes protectores y consideran que deben purificar el mundo quemándolo todo con su lanzallamas, los Rikers, unos presidiarios feroces que escaparon de la prisión y asolan la ciudad mientras intentan hacerse con el poder, y el escuadrón Last Man Battalion, formado por soldados de élite abandonados a su suerte y que cuentan con un armamento superior para tomar el control de la ciudad.
Su inteligencia artificial es muy buena, buscando buenas coberturas, intentando rodearnos para sorprendernos y siempre desplazándose para evitar que les alcancemos. Es cierto que de vez en cuando hacen algún movimiento extraño, pero en general está muy trabajada. Esto, junto con el genial diseño de los escenarios, con diferentes alturas y coberturas, nos ha gustado mucho, ofreciendo multitud de posibilidades estratégicas. También hay que comentar que cuantos más jugadores participen, mayor es su dificultad.
El multijugador, conocido como la Zona Oscura, se desarrolla tras los muros de la cuarentena, en la que nos espera el botín más valioso del juego, que fue abandonado cuando el ejército evacuó la zona. Aquí cada agente debe valerse por sí mismo, enfrentándonos tanto a facciones enemigas como a otros jugadores, agentes renegados que no dudarán en matarnos. Cuando matamos a otros agentes en la Zona Oscura se nos marca como renegados, revelando nuestra posición a los demás agentes del mapa y convirtiéndonos así en su objetivo. Aunque el mejor equipo del juego está en este lugar, está contaminado por el virus, por lo que tenemos que hacer uso del helicóptero para extraerlo. Al disparar la bengala tenemos que resistir 90 segundos los ataques de otros jugadores que intentarán matarnos para quedarse con nuestras cosas. Tenemos un nivel diferenciado del resto del juego, perdiendo experiencia al morir.
Su apartado gráfico, a pesar de no lucir como nos mostraron en sus primeros vídeos, es espectacular, con entornos altamente detallados que podemos explorar con total libertad, ya sean exteriores o interiores, cambios climáticos, transición entre el día y la noche, y una iluminación muy realista. Funciona de manera muy fluida a 30 fotogramas por segundo, no encontrando ningún tipo de caída y con cargas casi inexistentes. Las físicas están trabajadas, aunque no todos los objetos han sido cuidados por igual, con algo de popping al fondo de los escenarios que no es demasiado molesto. Lo peor de todo es la carga tardía de texturas, que es fácilmente apreciable en muchos momentos del juego.
La banda sonora acompaña bien los combates, pero no es algo que recordaremos de este juego. Cuenta con efectos conseguidos y un doblaje en castellano de buena calidad.
Tom Clancy´s The Division es, en definitiva, una experiencia muy completa y divertida, sacando todo su potencial estratégico en el cooperativo online. Al ser una experiencia online, se nos exige estar siempre conectados y, debido a su componente social, su historia resulta más sencilla. Sus misiones principales son muy buenas, con un diseño espectacular de escenarios, aunque las secundarias quizás repiten demasiado su mecánica.
Técnicamente el juego está muy conseguido a pesar de pequeños fallos, siendo su ambientación realmente increíble. La banda sonora cumple, con un doblaje en castellano y efectos trabajados.
The Division tiene todos los ingredientes para convertirse en una gran franquicia, ofreciendo una jugabilidad divertida y profunda, con multitud de tareas a realizar que nos mantendrán enganchados durante mucho tiempo.