Vídeo análisis de Trillion God of Destruction
Prepárate para enfrentarte al ser más poderoso del inframundo con Trillion: God of Destruction, el nuevo RPG estratégico de Idea Factory International para PSVita.


Su historia nos lleva hasta el Inframundo, donde sus habitantes vivían libres en medio del conflicto contra los cielos hasta que llegó una misteriosa amenaza, una diabólica y gigante criatura, el Dios de la Destrucción, el devorador de mundos. El Inframundo perdió contra su tremendo poder, incluso el Gran Jefe Supremo Zeabolos cae frente a su grandeza. Al borde de la muerte, Zeabolos escucha una misteriosa voz: “¿Estás dispuesto a ofrecer tu propia alma para derrotarlo?
En cuanto Zeabolos aceptó, revivió con un cuerpo lleno de cicatrices. Por lo tanto, Zeabolos se alza una vez más con la misteriosa chica Faust a su lado para hacer frente a Trillion. Entrenando a las Jefas Supremas que son candidatas a ser el próximo Gran Jefe Supremo nos toca enfrentarnos al Dios de la Destrucción.
El Inframundo se divide en seis zonas, cada una bajo el dominio de los Jefes Supremos que representan a los siete pecados capitales. La entrada del Inframundo, las Puertas del Infierno, está gobernada por dos Jefes Supremos. Nada más comenzar nos toca elegir un Jefe Supremo, aunque no todos están disponibles desde el principio, y así comenzar su entrenamiento.
Faust calcula cuanto tiempo queda antes de que Trillion despierte. Este periodo es conocido como “Ciclo” y se divide en “Días”. Un ciclo tiene siete días, pudiendo entrenar hasta que éstos se acaben. Entrenar y descansar usan un día, por lo que gestionar bien nuestro tiempo es crucial. Estos entrenamientos se dividen en seis tipos, repartiendo experiencia para cada estadística. Con esto puntos podemos fortalecer a nuestro Jefe Supremo, apareciendo un pequeño icono sobre el que nos ofrece más experiencia de lo normal en ese momento. Durante estos entrenamientos nos pueden desafiar a un duelo, ofreciendo una oportunidad para modificar nuestro cuerpo entre otras opciones. Estos eventos siempre ofrecen opciones y, dependiendo de lo que elijamos, podemos ganar puntos de experiencia o conseguir objetos.
Cuando entrenamos podemos obtener cuatro resultados diferentes: Excelente, Magnífico, Bien o Mediocre. Cuanto mejor es la clasificación, más puntos de experiencia conseguimos. Si obtenemos tres veces seguidas el resultado Excelente, entraremos en un estado llamado “Fever Time” lo que nos proporciona siete días con resultados excelentes. Sin embargo, obtener el estado de Mediocre tres veces seguidas activa el “Double-Up Chance”, con el que multiplicamos nuestra experiencia por el número que consigamos en una ruleta.
A medida que entrenamos, tenemos la oportunidad de jugar a la tragaperras del Inframundo, obteniendo regalos que podemos usar para aumentar el nivel de afecto con los Jefes Supremos. Hay cien regalos disponibles, teniendo cada Jefe Supremo ciertas preferencias. El nivel de afecto desbloquea nuevos eventos y finales, así como más ayuda para los combates, por lo que tiene una gran importancia.
Junto a todo ello existen dos lugares más para fortalecer a nuestro Jefe Supremo, el “Valle de las Espadas”, donde ganar experiencia y conseguir objetos raros a cambio de Medallas de Entrenamiento, o la “Herrería Oscura”, que sirve para fortalecer el armamento. Durante el entrenamiento además tenemos la oportunidad de luchar contra Mokujin, que es muy poderoso y nos sirve como entrenamiento antes de enfrentarnos a Trillion.
Al entrenar acumulamos fatiga, que cuanto mayor es peores resultados obtenemos, pudiendo incluso llegar a lesionar al personaje. Para evitarlo nos toca descansar, encontrando tres opciones disponibles: Dormir, para reducir la fatiga notablemente, Interactuar, mejorando nuestra relación con el Jefe Supremo, y Encargo, con lo que reunimos fondos. Al igual que con el entrenamiento, aquí aparecen de vez en cuando eventos y, dependiendo de las elecciones que hacemos, los resultados varían.
Trillion, que tiene un billón de HP, se irá a “dormir” tras consumir parte del Inframundo, aprovechando este momento para entrenar a nuestros Jefes Supremos y que puedan así hacerle frente cuando se despierte. Una vez despierto, Trillion empezará a avanzar, siendo este el momento en el que tendremos que luchar contra él para impedir que alcance su objetivo.
Las batallas se llevan a cabo bajo las reglas de “turnos duales”, donde tanto los Jefes Supremos como los enemigos se mueven al mismo tiempo. El sistema del juego cuenta con escenarios basados en casillas con elementos en tiempo real. Trillion cuenta con varios subordinados y, al avanzar, nos toca enfrentarnos a ellos. Tenemos que derrotar a sus esbirros, evitar sus ataques y causar el mayor daño posible antes de que traspase nuestra línea defensiva. Todos los movimientos de Trillion pueden verse antes de que sucedan, por lo que necesitamos escapar, defendernos o usar habilidades para contraatacar. Pero no es tan sencillo como parece, ya que al entrar en cierto rango, Trillion activará varios movimientos y, al recibir bastante daño, se transforma y varía su mecánica de ataque.
Los esbirros se dividen en cuatro tipos: de combate cerrado, que son muy poderosos y se mueven con la intención de atacarnos cuerpo a cuerpo, de combate a distancia, manteniéndose lejos para luchar desde allí, de soporte, que ayudan a otros esbirros, y defensivos, con una gran resistencia para evitar que lleguemos a Trillion. Por suerte, Trillion no es el único que puede tener esbirros. Junto a nuestro Jefe Supremo podemos llevar Enviados del Diablo que luchan en batalla por voluntad propia. Podemos llevar tantos como queramos, siempre y cuando estén dentro del límite del parámetro CAP de nuestro Jefe Supremo.
Además del billón de vitalidad, cada parte de su cuerpo tiene una cierta cantidad de HP, destruyendo el escudo de esa zona tras infligir un determinado número de daño. Tras acabar con dicha protección comenzamos a ocasionarle más daño a Trillion, recuperando el escudo tras un periodo de tiempo. Por ello la estrategia tiene tanto peso en el juego, teniendo que planear todos nuestros movimientos con cautela, lanzando ataques tanto de corto como de largo rango. Si por casualidad vence a nuestro Jefe Supremo podemos activar la poderosa “Habilidad Mortal”, que nos permite a su vez lanzar un ataque definitivo, sellar una de las partes de Trillion, usar la resurrección oscura para que su fantasma luche junto al siguiente Jefe Supremo, crear una barrera demoniaca o fortificar el arma del próximo candidato.
Si todos los Jefes Supremos mueren el juego acaba, a no ser que tengamos un gran nivel de afecto. Esto activa la “Gema del Amor”, resucitando así al que queramos para tener una última oportunidad de retarlo. El trabajo realizado con cada Jefe Supremo se acumula en el Anillo del Tirano, pasando así algo de su experiencia, el equipamiento y los objetos al siguiente.
Su apartado gráfico es bastante simple, estando la mayoría del tiempo entrenando por los menús del juego, con personajes superdeformed para las batallas y escenarios bastante vacíos. Destacan sobre todo los efectos de los movimientos más poderosos. Las conversaciones están conseguidas gracias a unos geniales diseños y sus expresivas animaciones.
La banda sonora es muy animada y bastante buena, contando además con una gran interpretación por parte de los actores de doblaje. Los efectos también están conseguidos, haciendo que los combates ganen en intensidad.
Trillion: God of Destruction ofrece un estilo de juego muy diferente a lo visto en otros RPGs estratégicos, pasando la mayor parte del tiempo entrenando a nuestros personajes para poder hacer frente al poderoso Trillion. Todo está muy bien equilibrado, dando la sensación de invencibilidad al comienzo pero pudiendo plantarle cara más adelante. El mayor problema es que puede llegar a ser muy repetitivo con el paso de las horas, pero al menos ofrece varios finales diferentes.
En el apartado gráfico destacan los diseños y los ataques especiales de nuestras protagonistas, aunque sus escenarios pueder resultar demasiado simples. Cuenta con una buena banda sonora y un gran doblaje.
Un título desafiante que, a pesar de ser muy original, puede llegar a cansar por la repetición de determinadas tareas.