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Vídeo análisis de Xenoblade Chronicles X

El esperadísimo RPG de Monolith Software y Nintendo, Xenoblade Chronicles X, ya se encuentra entre nosotros, demostrando ser un gran referente en el género.

Xenoblade Chronicles X
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Su historia nos lleva hasta el año 2054, donde la Tierra queda atrapada en una guerra de proporciones apocalípticas entre dos razas alienígenas ultraavanzadas. Ante la posible aniquilación total, los gobiernos del mundo deciden lanzar un proyecto de huída conocido como el Proyecto Éxodo, que consiste en subir a bordo de naves espaciales para abandonar la Tierra en busca de un nuevo hogar. Por desgracia, la mayor parte de la humanidad cae víctima de los proyectiles alienígenas, siendo una de las pocas naves que salieron indemnes la Ballena Blanca.

Tras vagar dos años por el espacio no llegan a atisbar un solo planeta habitable, por lo que aún se encuentran en peligro por culpa de un agente enemigo, desatándose entonces una batalla épica por la supervivencia. Aunque un héroe consigue destruir la nave enemiga ya es demasiado tarde, ya que la Ballena ha sufrido grandes daños y se precipita sobre un planeta cercano llamado Mira. Aquí comienza una nueva lucha por la supervivencia, liderando las brigadas BLADE la búsqueda y rescate de posibles supervivientes, así como para localizar recursos que ayuden a sobrevivir a la raza. Han pasado dos meses desde la llegada de la Ballena Blanca, comenzando entonces nuestra aventura.

Al principio del juego nos toca crear a nuestro personaje eligiendo entre una serie de opciones que incluyen el género, la cara, complexión, tono de piel, cabello, ojos, maquillaje, voz y nombre. Además, todos los objetos que les equipemos a los protagonistas afectan a su aspecto en general.

Jugablemente estamos ante un RPG cargado de acción en el que tenemos que emprender misiones para avanzar en la historia, estrechar lazos con nuestros compañeros y conocer a nuevos personajes. Estas misiones son muy variadas y van desde derrotar a un determinado enemigo a encontrar valiosos recursos o cartografiar una zona, cambiando dependiendo de la hora que sea. Su mundo es tan enorme y ofrece tantas posibilidades que nos sería imposible explicarlas todas, encontrando múltiples rutas a explorar. Para no perdernos en ningún momento podemos consultar los encargos en el panel de la sede central BLADE, indicándose el horario al que están disponibles y las que hayamos completado. También contamos con las “Bolas de Sígueme” para que nos guíen o una vista aérea que puede desvelarnos nuevas rutas.

Su sistema de combate es muy dinámico, pudiendo desplazarnos libremente por los escenarios mientras nuestro personaje ataca y elegimos artes, tardando éstas un tiempo en recuperarse tras su uso. Los enemigos tienen puntos débiles que debemos explotar intentando rodearlos para localizarlos, aturdirlos o destrozar ciertas partes de los mismos. Cada personaje tiene sus propios movimientos y estilos de combate, siendo algunos más efectivos que otros en determinadas situaciones, pudiendo cambiar su clase en cualquier momento. El grupo y el equipo pueden reorganizarse siempre que no estemos en medio de una batalla, controlando al personaje que deseemos. De vez en cuando nuestros compañeros nos piden realizar una cierta acción y, si la ejecutamos, conseguimos efectos beneficiosos, teniendo una función similar a cuando aparece un circulo naranja en pantalla.

Al derrotar enemigos ganamos experiencia con la que aprendemos nuevos movimientos y mejoran las estadísticas de los personajes, obteniendo en ocasiones también materiales y objetos útiles con los que ayudar a la organización o mejorar nuestro propio equipamiento. Por todo esto la ciudad de Nueva Los Ángeles gana una gran importancia, con montones de tareas administrativas a realizar.

Los personajes pueden manejar gigantescos exoesqueletos robóticos llamados Skell que nos ayudan a acabar con los enemigos y permiten desplazamientos a mayor velocidad. Cuando pilotamos estos Skell también podemos usar artes y ejecutar ataques automáticos usando las armas que portan. Si además conseguimos activar el modo cabina, todas las artes están disponibles sin que haya un periodo de espera tras usarlas.

Al aturdir a nuestros enemigos con los Skell podemos atarlos momentáneamente, lo que nos permite causarles un mayor daño. Hay que tener en cuenta que dichos exoesqueletos consumen combustible al volar o usar artes, aunque se recupera gradualmente al inmovilizar a un enemigo, al desmontar o repostar en la ciudad. Todos estos Skell son muy personalizables, eligiendo su equipamiento, cambiando su nombre o modificando sus colores, entre muchos otros.

Por si todo esto fuera poco, cuando llegamos a cierta parte del juego se desbloquea el modo multijugador online, pudiendo unirnos a un grupo de hasta 32 jugadores. En total podemos emprender misiones con hasta cuatro miembros en nuestra patrulla, siendo muy importante para los combates contra enemigos gigantescos imposibles de derrotar en solitario. El equipamiento y los objetos adquiridos tras los combates se pueden intercambiar entre la patrulla, consiguiéndose algunos de éstos sólo online. Algo interesante es que  mientras paseamos podemos encontrar avatares de otros personajes online, pudiendo añadirlos a nuestro grupo como personajes controlados por la consola y que ganen experiencia, ocurriendo lo mismo a la inversa.

Gráficamente es un portento técnico, con escenarios enormes y cargados de detalles, enemigos variados, transición entre el día y la noche, cambios climáticos y efectos que, en conjunto, hacen que de vez en cuando nos quedemos con la boca abierta, estableciendo un nuevo referente en la consola de sobremesa de NIntendo. Sus diseños son impresionantes, proporcionando estampas de gran belleza. Por si fuera poco, no encontramos ningún tipo de bug y funciona con fluidez. La mayor pega viene dada por las caras y las expresiones de los personajes, aunque  es comprensible debido a la amplitud de los escenarios, así como algunos elementos que podemos atravesar libremente como vehículos o farolas.

La banda sonora también es impecable, con temas vocales que ambientan perfectamente las batallas y nuestros paseos por su enorme mundo. Las voces nos llegan únicamente en inglés, pero sus actores de doblaje han hecho un gran trabajo. Además viene completamente subtitulado en castellano, con una adaptación realmente buena.

En conclusión, Xenoblade Chronicles X se convierte así en todo un referente de la consola, con un sistema de combate muy dinámico y entretenido, un gran mundo a explorar con diferentes alturas y que ofrece montones de tareas a realizar, y un sistema de personalización único que nos permite crear a nuestro personaje perfecto. Los Skell son un gran añadido y volar con ellos es una experiencia indescriptible. También impresionan los enemigos y el tamaño de algunos jefes, siendo nuestro mecha a su lado insignificante. El online funciona realmente bien y ofrece muchas posibilidades que se adaptan a nuestro estilo de juego.

El apartado técnico es impresionante, destacando la belleza de sus diseños y lo detallado que está cada rincón de su mundo, a pesar de algunas carencias sin importancia. El sonoro también es muy bueno, con una música cautivadora y única.

Un título imprescindible para los usuarios de la consola, sobre todo si la anterior entrega os gustó tanto como a nosotros.