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Dark Souls II - Análisis

Namco Bandai y From Software, nos traen la esperada secuela de Dark Souls, un título que ve la luz desde esta misma semana en las plataformas PC, Xbox 360, y Playstation 3, del que aquí os traemos su análisis.

Dark Souls II
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Comenzando por la historia, la cual eso sí, no tiene demasiada profundidad argumental, esta nos traslada hasta el Reino de Drangleic, una lejana tierra sombría y olvidada a la que nuestro héroe viajara sin saber realmente el por qué, después de haberse convertido en un "hueco", es decir un ser no muerto que se alimenta de almas tras caer sobre si una maldición, dejando atrás todo su pasado y recuerdos como humano.

 

En este sentido el protagonista del juego seremos nosotros mismos, teniendo que crear a nuestro propio personaje al inicio por medio de un editor que nos permitirá escoger su sexo, apariencia y clase, habiendo 8 posibilidades, Guerrero, Caballero, Espadachín, Bandido, Clérigo, Hechicero, Explorador, y Marginado.

 

Como es de suponer cada una de estas clases determinará nuestros atributos y estilo de combate, los que nos ofrecerá una experiencia de juego diferenciada. De este modo el Guerrero es fuerte y hábil con las armas, el Caballero cuenta con una mayor vitalidad, el Espadachín domina el combate con armas en ambas manos, el Bandido es diestro con el hacha y arco, el Clérigo puede usar milagros para curarse, el Hechicero lanza poderosas magias, el Explorador va equipado con muchos objetos, y por último el Marginado empezará la partida sin ningún tipo de equipación, lo que lo convierte en la elección inicial más valiente a la vez que la más insensata.


Entrando en la jugabilidad, esta sigue fielmente las pautas marcadas en el primer Dark Souls, tratándose de un RPG de Acción que a priori puede parecer simple en su mecánica, la cual nos propone descubrir los secretos del mundo de Drangleic haciendo frente a todo tipo de criaturas y enemigos, estando este reino dividido en varias zonas interconectadas entre sí, por lo que siempre será posible volver sobre nuestros paso, o regresar a lugares ya visitados, habiendo también un gran componente de exploración, ya que a pesar de que los escenarios tengan caminos algo lineales, estos cuentan con muchas bifurcaciones alternativas y zonas bastante ocultas que se nos pueden pasar por alto si no examinamos bien cada rincón del mapeado.

 

Aunque como ya los fan de la saga sabréis, la principal seña de identidad que caracteriza a Dark Souls, es su muy elevada dificultad, algo que en esta entrega sigue poniéndose de manifiesto desde el primer minuto de juego, convirtiéndose siempre cada enfrentamiento con los enemigos en todo un desafío, ya que por un lado estos nos suelen superar en el nivel de vida y fuerza, lo que hace que en ocasiones apenas hagan falta solo un par de golpes para acabar con nosotros, mientras que por el otro nuestro personaje posee una barra de resistencia que se consume cuando corremos o realizamos alguna acción, lo que nos impide poder ejecutar más de tres o cuatro ataques seguidos, resultando muy importante retroceder y rodar para de ese modo esquivar y tener tiempo de recuperarnos, intentando siempre enfrentarnos a los enemigos de uno en uno, ya que vernos rodeado por varios adversarios supondrá normalmente una muerte segura.

 

Todo ello hace que estemos ante un juego en el que morir una y mil veces sea la tónica habitual, mientras tratamos de superar cada zona intentando no cometer errores, potenciándose mucho en este sentido la fórmula del ensayo y error, resultando muy importante aprenderse los patrones de ataque de cada enemigo para saber predecirlos, los cuales según vayamos derrotando nos proporcionaran almas con las que podremos comprar mejores armas, armaduras y objetos para nuestro personaje, algo que será fundamental para mejorar sus atributos y remplazar su equipacion la cual se va deteriorando con el uso, aunque si morimos perderemos todas las almas que llevemos conseguidas, teniendo entonces la posibilidad de recuperarlas si regresamos al mismo lugar en el que fuimos abatidos para volver a recogerlas.

 

Además en nuestro arduo camino por este traicionero mundo, vuelven a estar presente las hogueras, las cuales podremos encender convirtiéndose estas en lugares de descanso en los que recuperar nuestra salud sin tener que consumir ningún objeto, permitiéndosenos también en ellas viajar de forma inmediata a las demás zonas del juego en las que hayamos estado con anterioridad.

 

Asimismo otra gran ayuda será la que nos proporcionen el resto de jugadores gracias al componente online del título, teniendo la posibilidad de dejar mensajes escritos en el suelo para avisar a otros usuarios de algún peligro o aconsejarles que han de hacer en un determinado lugar, habiendo también la opción de que entren en nuestro mundo y poder así colaborar con ellos para superar una zona, apareciendo estos como si de fantasmas se tratasen, si bien hemos de tener en cuenta que al dejar abierta esta posibilidad también correremos el riesgo de sufrir la invasión de jugadores que nos visitarán para darnos caza.


Ya antes de concluir, aún nos queda hablar del apartado gráfico, siendo sin duda el punto donde el juego más flojea, puesto que este no ha evolucionado demasiado respecto al primer Dark Souls, el cual ya de por si nos ofrecía un nivel visual algo desfasado para su época, habiéndose mejorado ahora sobre todo los efectos de iluminación, y desatancando una vez más por el buen diseño artístico de los escenarios y enemigos, aunque por contra las texturas son de una calidad bastante baja, y las animaciones no están muy logradas, habiendo que añadir algunos bugs, y que el control no es demasiado cómodo ni preciso, jugándonos la cámara también en ocasiones malas pasadas, si bien todo esto puede ser considerado como parte de la dificultad que va ligada al juego.

 

Por su parte el apartado sonoro no destaca especialmente ni en los efectos de sonido, ni en las melodías, estando todas las voces de los personajes dobladas únicamente en inglés, con sus correspondientes textos de pantalla en español.


En conclusión Dark Souls II es un título muy orientado a los usuarios que busquen un RPG de Acción realmente desafiante, por lo que sin duda volverá a gusta a los que ya disfrutaron con la pasada entrega, quienes a buen seguro sabrán perdónale mejor que nadie muchas de sus carencias en el apartado técnico y la falta de novedades de importancia en su jugabilidad. Mientras que el resto de jugadores tendrá que tener muy presente que no es no apto para todo tipo de público, ya que la adición que provoca el jugar a él, solo es comprable con el gran nivel de frustración que puede llegar a generar, siendo precisamente en su extremada dificultad donde reside la mayor satisfacción que nos proporcional juego.