Vídeo análisis Assassin's Creed Rogue
Además de Assassin´s Creed Unity para la nueva generación de consolas y PC, Ubisoft nos trae Assassin´s Creed Rogue, un título completamente diferente para PS3 y Xbox 360 que ya se encuentra disponible en tiendas.


Además de Assassin´s Creed Unity para la nueva generación de consolas y PC, Ubisoft nos trae Assassin´s Creed Rogue, un título completamente diferente para PS3 y Xbox 360 que ya se encuentra disponible en tiendas.
Su historia nos traslada América del Norte en el siglo XVIII. Aquí, un joven y valiente miembro de la orden de los Assassin que se encuentra entre el caos y la violencia de la Guerra franco-india, Shay Patrick Cormac, experimenta una oscura transformación que afectará de forma definitiva al devenir de la Hermandad. Tras una dura pelea por una misión que fracasa trágicamente, Shay decide acabar con todos aquellos que le traicionaron y convertiré por tanto en el cazador de Assassins más temido de la historia.
En la piel de Shay vivimos la lenta transformación que le lleva de ser un Assassin a un cazador de Assassins. Seguimos nuestro propio credo y emprendemos un extraordinario viaje en el que recorremos la ciudad de Nueva York, valles y ríos en plena naturaleza salvaje, hasta llegar a las heladas aguas del océano Atlántico Norte en busca de nuestro gran objetivo: acabar con los Assassins.
Jugablemente sigue la estela de lo visto en los últimos títulos de la saga Assassin´s Creed, con misiones en las que toman el protagonismo el parkour, los combates cuerpo a cuerpo y el sigilo, aunque se echan en falta algunas novedades que sí incorpora Unity, como el descenso ágil.
También hay otras misiones secundarias como las batallas navales, montones de coleccionables o misiones de caza que alargan la duración de la aventura. Estas misiones de caza son bastante importantes, ya que sirven para mejorar a nuestro personaje con diversos atuendos o aumentar su barra de vitalidad.
El sistema de combate sigue siendo igual de simple, teniendo que atacar, contraatacar, romper la defensa enemiga o rodar para esquivar, siendo muy sencillo acabar con grandes grupos cuando nos tienen rodeados ya que éstos atacan de uno en uno. Las diferentes armas le añaden algo más de interés, pero simplemente por curiosidad.
Podemos navegar por los mares helados del Atlántico Norte y por las estrechas aguas de los ríos de los valles norteamericanos con nuestro navío, el Morrigan, continuando con la experiencia naval vista en la cuarta entrega de la saga. Se pueden desplegar las velas para alcanzar una mayor velocidad o recogerlas para ganar en manejo y precisión.
Para esta entrega los enemigos cuentan con nuevas tácticas, teniendo que defendernos de las maniobras de abordaje de los Assassins cuando intentan atacar nuestro barco y derrotar a nuestros hombres. Cuanto antes acabamos con ellos, menos miembros perdemos de nuestra tripulación.
Para ganar ventaja podemos aprovecharnos de los hielos árticos, destruyendo icebergs que esconden botines o embistiendo placas de hielo para dejar atrás a los barcos enemigos. También disponemos de nuevas armas, como el aceite hirviendo, que deja tras de sí un reguero de fuego con el que quemamos a los barcos enemigos, o la ametralladora Puckle, capaz de mantener un fuego sostenido devastador. Los icebergs se pueden destruir a cañonazos, lo que permite derrumbarlos para acabar con las pequeñas embarcaciones que se encuentran a su alrededor. Hay que tener en cuenta que el entorno helado influye en nuestro personaje, perdiendo poco a poco vitalidad si caemos en sus gélidas aguas.
Nuestro navío se puede mejorar obteniendo diferentes materiales de otros barcos y utilizando el dinero que sea necesario. Para obtener una mayor recompensa debemos abordarlos cuando se encuentren lo suficientemente debilitados y acabar con su tripulación, aunque también ganamos materiales hundiéndolos.
Tomado de Black Flag, también vuelve la caza con arpón, con el que capturar grandes presas con una pequeña embarcación si tenemos la suficiente precisión y utilizamos el entorno a nuestro favor.
Además de los parajes del océano Atlántico Norte y el Valle de Río encontramos la ciudad de Nueva York, que ha sido fielmente recreada a como era en el siglo XVIII.
Hay que tener en cuenta que a la vez que intentamos dar caza a los Assassins, en esta ocasión también se nos intenta cazar a nosotros, pudiendo estar escondidos en los lugares más inesperados. Para ello contamos con una brújula de peligro, que detecta la posición y distancia aproximada de nuestros enemigos.
En esta ocasión contamos con una vista de águila mejorada, que nos permite controlar en todo momento el espacio a nuestro alrededor y detectar a los Assassins ocultos en las sombras, en los tejados o entre la gente, haciendo que nos podamos proteger y a la vez preparar nuestra emboscada. Para intentar pasar desapercibidos podemos usar los métodos vistos en otras entregas, como mezclarnos con las multitudes, escondernos entre la paja o los matorrales, sabotear campanas de alarma o distraer a los lugareños lanzando monedas entre otras habilidades.
Gracias al lanzagranadas o el letal rifle de aire podemos combatir tanto a corto como largo alcance. Contamos con diferentes tipos de munición, como las balas o las granadas especiales, con las que eliminar o confundir a nuestros enemigos.
Gráficamente sigue siendo bastante bueno, aunque el paso de los años le ha pasado factura. Algunos elementos como el agua no están tan bien representados como en Black Flag y los escenarios, a pesar de ser muy amplios, no están interconectados, pasando de un lugar a otro mediante un mapa. Los efectos climatológicos son muy buenos, así como la iluminación conseguida tanto de día como de noche. Siguen habiendo fallos como popping, bugs o una carga de texturas tardía, entre otros pequeños detalles.
Su apartado sonoro es bastante bueno, con un doblaje en castellano correcto pero en el que los personajes secundarios hablan en otro idioma, detalle que choca en ciertas ocasiones. Los efectos, al menos, están muy conseguidos.
En conclusión, Assassin´s Creed Rogue es un título demasiado continuista, utilizando recursos como el combate, exploración o las batallas navales de Black Flag. No es un título demasiado extenso, completándose en unas 15 horas, pero sus misiones secundarias alargan mucho la aventura. Es una pena que se haya desechado el multijugador competitivo, que extendía más su duración.
Su apartado gráfico cumple a pesar del paso de los años, con algunos detalles muy llamativos como la Aurora Boreal, pero seguimos encontrando fallos que en ocasiones afectan a la jugabilidad. El sonoro por otra parte está bastante bien.
Si eres fan de la saga, no te puedes perder esta entrega, sobre todo si no tienes una consola de nueva generación, aunque puede resultar demasiado continuista.