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Vídeo análisis de Axiom Verge

Tom Happ, antiguo trabajador del estudio Tiburon de EA y actualmente en Petrogylph, nos trae Axiom Verge, un juego de acción, plataformas y exploración de estilo retro de 16-bit.

Axiom Verge
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Su historia nos pone en el papel de Trace, un científico que despierta en un mundo alienígena tras una explosión mientras experimentaba en su laboratorio. Su única pista sobre el mundo extraño en el que se encuentra es una voz conocida que le habla telepáticamente. Trace seguirá el camino que le indica la voz, explorando un mundo no lineal con más de mil salas interconectadas.

 

Dicha historia es muy inmersiva y mejora con el paso del tiempo, siendo contada mediante escenas representadas en 16-bits y subtítulos bajo ellas, dándole ese toque retro que quiere transmitir.

 

Jugablemente nos encontramos ante un título bidimensional de acción, plataformas y exploración donde utilizamos una gran variedad de armas y herramientas que conseguimos a lo largo de nuestro camino. Sus controles son muy ágiles e intuitivos, no tardando nada en acomodarnos a ellos. Contamos con una barra de vitalidad que se gasta más o menos rápido dependiendo del ataque del enemigo, pudiendo recargarse con pequeñas gotas de energía que conseguimos al derrotar a ciertos rivales. Además se hace uso de los clásicos “glitches” para romper los límites de la jugabilidad normal.

 

Cada enemigo tiene un patrón de movimientos y ataques, encontrando cerca de 70 tipos diferentes, que debemos aprender para saber que arma es más efectiva en cada momento y facilitar una tarea que poco a poco se complica según avanzamos. Los jefes son muy desafiantes, teniendo éstos en ocasiones un tamaño descomunal que hace que evitar sus ataques sea más complicado.

 

Los escenarios y el uso de las armas están muy bien pensados, teniendo que recorrer todas las salas para recoger nuevos utensilios que nos dan acceso a zonas que antes eran inaccesibles debido a objetos que los bloqueaban y era imposible interactuar con ellos. Hay más de 50 objetos y mejoras repartidos por las salas, obteniendo una gran satisfacción y sensación de avance a medida que las recogemos.

 

Este mundo es de un tamaño descomunal y es por ello que consultar el mapa se vuelve algo fundamental, siendo incluso así difícil localizar ciertos lugares ya visitados. En él se esconden multitud de secretos, estando algunos muy bien ocultos y siendo otros de difícil acceso pero recompensando siempre el esfuerzo. Para guardar la partida tenemos que visitar una especie de cápsula donde nuestro protagonista se oculta de los ataques alienígenas, siendo esencial salvar nuestro avance ya que cualquier enemigo puede acabar con nosotros por sorpresa y perder todo lo conseguido desde la última vez que lo hicimos. El tamaño del mundo hace que sea muy divertido explorarlo, pero a su vez puede llevar a la desesperación el no saber qué hacer en una situación determinada por no localizar el utensilio adecuado.

 

Para aquellos jugadores que busquen un desafío aún mayor, se ha incluido un Modo Speedrun, que pone a prueba la habilidad y memoria de los jugadores a la hora de completar el juego. Este modo usa una interfaz optimizada y características adicionales para facilitar el speedrunning.

 

Gráficamente, y como habéis podido apreciar, utiliza una estética retro similar a los títulos de 16-bit, por lo que no esperéis personajes y escenarios con texturas detalladas y grandes efectos. Sus diseños son muy buenos, sobre todo si tenemos en cuenta que todo ha sido creado por una misma persona.

 

Los efectos de sonido y las melodías siguen al estilo visual con un toque retro,  aunque no encontramos nada destacable.

 

En conclusión, Axiom Verge es una gran aventura con montones de secretos por descubrir, una jugabilidad y una dificultad muy bien ajustadas, y un sistema de progreso muy satisfactorio. Su duración ronda las 15 horas, siendo muy rejugable gracias a los secretos y el modo Speedrun incluido. Es cierto que en ocasiones su gran amplitud puede intimidar, pero es a su vez uno de los grandes incentivos del juego.

 

Su apartado gráfico y el sonoro de estilo retro pueden no agradar a todo tipo de jugadores, pero consigue transmitir lo que su desarrollador buscaba.

 

Un juego muy completo y divertido, más si tenemos en cuenta que todos los aspectos del mismo han sido creados por sólo una persona, Thomas Happ.