Vídeo análisis de Dark Souls II Scholar of the First Sin

En este sentido lo primero que hemos de aclarar es que nos encontramos casi con el mismo juego que ya vio la luz en 2014, por lo que su trama argumental no ha variado, trasladándonos la historia una vez más hasta el Reino de Drangleic, una lejana tierra sombría y olvidada a la que nuestro héroe viajara sin saber realmente el por qué, después de haberse convertido en un "hueco", es decir un ser no muerto que se alimenta de almas tras caer sobre si una maldición, dejando atrás todo su pasado y recuerdos como humano.

De igual forma al comenzar la aventura seguirnos optando por las mismas 8 clases ya conocidas a la hora de crear a nuestro personaje, teniendo cada una atributos únicos y un estilo de combate diferenciado que marcaran la experiencia de juego, puesto que por ejemplo el Guerrero es fuerte y hábil con las armas cuerpo a cuerpo, el Caballero cuenta con una mayor vitalidad, el Espadachín domina el combate con armas en ambas manos, el Bandido es diestro con el hacha y arco, el Clérigo puede usar milagros para curarse, el Hechicero utiliza poderosas magias, el Explorador va equipado con muchos objetos, y por último el Marginado empezará la partida sin nada, lo que lo convierte en la elección inicial más difícil de todas, aunque estas diferencias solo son relevantes al principio, ya que durante la partida podremos evolucionar a nuestro personaje hacia el estilo que más nos guste subiéndole unos atributos u otros.

A partir de ahí el juego mantiene toda la esencia de la saga, tratándose de un RPG de Acción que se caracteriza por su elevadísima dificultad, algo que se pone de manifiesto desde el primer minuto de juego, ya que cada enfrentamiento con los enemigos es siempre todo un desafío, siendo lo normal morir una y mil veces mientras tratamos de superar cada zona intentando aprender de nuestros errores. Aunque la muerte nunca es gratuita, ya que si morimos nuestro personaje irá reduciendo parte de su barra de salud, y perderá las almas que lleve encima, las cuales nos son imprescindibles para subir de nivel y comprar mejores armas y armaduras, pero por suerte siempre tendremos la opción de volver al lugar donde fuimos abatidos para recuperarlas, y usar efigies para restaurar nuestra humanidad, siendo estas muy escasas por lo que habrá que usarlas sabiamente.

Hasta aquí todo lo que ya conocíamos de Dark Souls II, si bien como era de esperar esta nueva revisión incluye diversos cambios y mejoras, siendo por supuesto la más evidente su lavado de cara a nivel gráfico en las plataformas de nueva generación, mostrándose todo por primera vez a 1080p y 60 imágenes por segundo, además también se ha mejorado la fluidez del juego, y los efectos de iluminación y sombras, e incluso se ha aprovechado el uso del DirectX 11 en la versión de PC.

Aunque a pesar de todo ello es justo decir que Dark Souls II nunca fue un juego que sorprendiera por sus gráficos, lo que implica que aún con las mejoras visuales sigue manteniendo un acabado técnico que se queda muy distante de lo que cabria esperar teniendo en cuenta los estándares actuales, algo eso sí, que sus fans siempre han sabido perdonarle gracias a su adictiva jugabilidad.

Y precisamente entrando en las diferencias a nivel jugable, esta remasterización ha reubicado la posición de muchos de los enemigos de la aventura, por lo que aunque ya hubiésemos completado en su día el juego original, eso no supondrá en ningún caso una garantía a la hora de avanzar con seguridad, llevándonos algún que otro susto en lugares que no habríamos imaginado, lo que nos obligará a estar casi igual de alerta que la primera vez que jugamos a él, y eso no es todo ya que también se ha aumentado el número de enemigos y será más habitual que estos nos ataquen en grupo, por lo que la dificultad es aún mayor si cabe.

Asimismo hemos de destacar que la historia se ha expandido con la inclusión de un nuevo jefe, y un final alternativo, añadiéndose también de serie los tres capítulos adicionales de las Coronas Perdidas que fueron lanzados con posterioridad en forma de DLC, es decir Crown of the Sunken King, Old Iron King, y Ivory King.

Además otra gran mejoría la encontramos en sus opciones a nivel multijugador, aumentándose a un máximo de 6 la cifra de jugadores, permitiéndose más concretamente que 4 usuarios cooperen en una misma partida, y al mismo tiempo ahora podremos ser invadidos por dos jugadores a la vez.

Ya por último donde no hemos encontrado casi ningún cambio en su apartado sonoro, manteniéndose los mismo efectos de sonido y la mismas melodías a excepción de algún nuevo tema musical, estando igualmente todas las voces de los personajes dobladas únicamente en inglés, con sus correspondientes textos de pantalla en español.

En conclusión Dark Souls II ya fue considerando uno de los mejores juegos de la pasada generación, y esta nueva remasterización es aún mejor en su salto a la NextGen, resultando especialmente recomendable para los incondicionales fans de la saga que quieran revivir la aventura disfrutando del lavado de cara en sus gráficos y todas las mejoras añadidas, así como para los nuevos usuarios que se acerquen por primera vez a él y busquen un título realmente desafiante como pocos que os proporcionará muchísimas horas de juego.

Sin embargo no podemos obviar que nos hubiese gustado una mejoría gráfica más significativa, a lo que hay que sumar que a pesar de todos los cambios sigue siendo a grandes rasgos el mismo juego que ya conocíamos, por lo que quienes en su día se hicieron con el original tendrán que sopesar si los nuevos contenidos y mejoras de esta nueva versión son suficientes alicientes a la hora de adquirir este exitoso título nuevamente.