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Vídeo análisis de The Last Tinker City of Colors

Distribuido en formato físico por Avance Discos llega a PlayStation 4 The Last Tinker: City of Colors, una colorida aventura de acción y plataformas.

The Last Tinker City of Colors
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Su historia nos lleva hasta el mundo de fantasía Tinkerworld, un mundo creado en su totalidad con colores, papel y cola. La pintura se produce en la Ciudad de los Colores, llenando de vida a sus habitantes. Cada uno de ellos tiene un tono favorito que lo distingue del resto, aunque ahora la ciudad está en peligro. La fortaleza se ha tornado en tristeza, la curiosidad en miedo y la fuerza en rabia, lo que ha creado conflictos entre sus habitantes y ha hecho que dividan la ciudad en distritos, empezando a odiar a los de diferente color.

 

Sólo hay un distrito exterior donde la gente sigue siendo normal, viviendo allí un chico con talentos especiales que, tras una serie de acontecimientos, acaba desatando la Monocromía sobre toda la ciudad, un mal que amenaza con destruirlo todo si no se detiene a tiempo. Nuestro protagonista, Koru, es un Tinker, una antigua raza capaz de canalizar y manipular el poder de los colores, siendo éstos los únicos capaces de detener a las criaturas nacidas de la Monocromía. Es a partir de aquí cuando comienza nuestra aventura, siempre acompañados por Tap, una criatura que nos guía y que nos explica los conceptos básicos del juego.

 

Jugablemente estamos ante un título acción, puzles y plataformas donde no contamos con un botón de salto como tal, sino que tenemos que correr hacia la dirección que queremos ir para que realice un salto automático. Cuando saltamos sólo tenemos que estar pendientes del momento en el que lo hacemos, ya que podemos encontrar trampas móviles y perder vitalidad que aparece representada mediante esferas en la esquina superior izquierda. Si nos perdemos siempre podemos pedir ayuda, mostrándonos el camino a seguir.

 

Sus combates son entretenidos pero demasiado simples. Aquí contamos con tres tipos de puñetazos: de color rojo, con el que dañamos a los enemigos, de color verte, consiguiendo asustarlos, y de color azul, que los deprimen y dejan vulnerables por la espalda. Además podemos romper escudos cargando el ataque rojo, disparar a distancia y esquivar los ataques rivales cuando un signo de admiración que aparece sobre ellos. Contamos con una barra de energía de rigor que nos permite realizar tres poderes especiales: un ataque potente, congelar el tiempo e inmunidad ante los ataques enemigos.

 

Al no ser un juego complicado la mayoría del tiempo nos la pasamos realizando ataques rojos, aunque hay ciertas criaturas que requieren algo más de habilidad ya que sólo podemos acabar con ellas de una manera determinada. En general es entretenido, pero llega a ser repetitivo a medida que avanzamos.

 

Los puzles le dan algo más de variedad al desarrollo, teniendo que guiar a una seta con dos formas. Cada una tiene diferentes habilidades dependiendo del color con el que la golpeemos, y podemos hacer que nos siga con un silbido. Al igual que los combates resultan demasiado sencillos, estando más orientado hacia un público casual.

 

Para aumentar un poco la duración del juego, la cual no es demasiado extensa y ronda las cinco horas, se han añadido unos coleccionables en forma de brochas con las que podemos desbloquear diversos extras.

 

Sus diseños son quizás el aspecto más destacado del juego, con escenarios y personajes variados y con un estilo artístico único. Es una pena que las animaciones y ciertas texturas no estén a la altura, pero en general es muy llamativo y uno de los principales motivos que nos invitan a avanzar.

 

La banda sonora es alegre y concuerda con el estilo de juego, aunque se vuelve algo repetitiva con el tiempo. Cuenta con voces narradas en inglés bastante escasas, ya que la mayoría de las conversaciones están representadas por cuadros de texto, aunque los subtítulos están en castellano.

 

En conclusión, The Last Tinker: City of Colors es una aventura pensada para los más pequeños de la casa, con una buena combinación de combates, plataformeo y puzles que puede resultar demasiado simple para los jugadores más experimentados. Su duración es bastante escasa, a pesar de contar con coleccionables escondidos por los escenarios.

 

Gráficamente es bastante simple, pero sus logrados diseños nos invitan a seguir con la aventura. La banda sonora y los efectos cumplen sin más.

 

Un título en el que se nota que han puesto mucho mimo, con una historia entretenida y un apartado artístico que desprende mucho encanto.