Vídeo análisis de Total War Attila, el regreso de la famosa saga de estrategia
La exitosa y veterana saga de estrategia de la desarrolla The Creative Assembly, vuelve en exclusiva a la plataforma PC con una nueva entrega que esta vez lleva por título Total War: Attila.


Una vez más el juego nos ofrece una extensa Campaña cuya historia se inicia hacia el año 395 después de Cristo, una época en la que el dominio del Imperio Romano ha comenzado a languidecer acuciado por la depresión económica, las invasiones extranjeras, e incluso la guerra civil, aunque en las tierras del Este se está gestando la mayor de todas las amenazas la invasión de Los Unos comandados por el implacable Atila.
Entrando en su mecánica nuevamente estamos ante un juego que entremezcla la gestión por turnos y la estrategia en tiempo real, en el que deberemos dirigir el destino de nuestra facción por medio de un mapa de Campaña que abarca el continente europeo, el norte de África y Asia occidental preocupándonos de la economía, la diplomacia, el comercio, el bienestar de la población, o los avances tecnológicos y culturales, además de por supuesto el dominio militar, habiendo ahora incluso que prestar una mayor atención a la sanidad mediante la construcción de edificios destinados a tal efecto, ya que las enfermedades podrán causar estragos tanto entre la ciudadanía, como en nuestras topas, siendo siempre lo más recomendable iniciar nuestros ataques en primavera y dejar que los ejércitos descansen durante el invierno, ya que la climatología adversar también jugará en nuestra contra.
En este sentido la Campaña nos permite escoger entre 10 facciones con las que jugar, las cuales se dividen en 5 culturas diferentes, refriéndonos más exactamente a los Reinos Bárbaros,los Grandes Nómadas, las Tribus Nómadas, el Imperio Romano, y los Imperios Orientales, si bien esta cifra se irá aumentado por medio de los habituales DLC, habiendo ya un primer Pack denominado Antiguos Vikingos que nos ofrece 3 facciones más de origen escandinavo.
Seleccionar a una u otra facción variará bastante la experiencia de juego, ya que por ejemplo con el Imperio Romano Occidental empezaremos la partida con una gran parte del territorio bajo nuestro control, mientras que las Tribus Nómadas no tendrán un hogar al comienzo, viéndose obligadas a buscar donde asentarse, o igualmente se podrán dedicar arrasar todo lo que encuentren a su paso mientras se desplazan de una provincia a otra.
De hecho una novedad de esta nueva entrega es que ahora ya no solo podremos saquear, u ocupar un asentamiento una vez conquistado, si no también tendremos la opción de asolarlo por completo no haciendo prisioneros, y quemando todos sus edificios y tierras, algo que supondrá toda una lección para nuestros enemigos ya que estos necesitaran de varios turnos para devolver la prosperidad al territorio.
En relación a esto último, siempre que entremos en contacto con un ejército enemigo, ataquemos una de sus ciudades, o libremos un combate naval, tendremos la posibilidad de conocer el resultado la batalla de forma automática, o ser nosotros quienes comandemos a nuestras tropas en tiempo real, algo que siempre resulta mucho más recomendable, trasladándose la acción en esos momentos a un campo de batalla en 3D en el que se da mucha importancia al componente táctico ya que cada unidad tiene sus ventajas y debilidades, siendo cada una de ellas más o menos efectiva contra determinadas unidades enemigas, e incluso se verán afectadas por factores como la experiencia en batallas anteriores, el cansancio o el miedo, ya que si su moral flaquea no dudarán en salir huyendo del campo de batalla, si no olvidarnos tampoco de otros elementos como el poder valernos de los obstáculos naturales para ocultar a nuestras tropas y tender embocadas, así como intentar situarnos en posiciones elevadas para que nuestras cargas sean mucho más efectivas.
Llegados a este punto cabe decir que el apartado técnico del juego ha sido optimizado y se han añadido nuevos efectos visuales tanto en el mapa de Campaña que luce ahora mejor que nunca, como en los escenarios de batalla en relación a lo visto en la pasada entrega de la saga Total War Rome II, habiendo que destacar también que ahora la interfaz es más intuitiva, a lo que hay que sumar mejoras como la propagación del fuego de forma dinámica pudiendo este saltar de un edificio a otro o calcinar campos enteros, sin olvidarnos tampoco de mencionar los avances realizados en la inteligencia artificial de las unidades.
Asimismo hemos de comentar que el juego añade otras novedades como la posibilidad promulgar edictos con los que obtendremos bonificaciones concretas para nuestra facción, y también vuelve a introducir y a potenciar algunas de las características que ya vimos en pasadas entregas de la saga como por ejemplo la progresión tecnológica y cultural, o los árboles familiares pudiendo decidir que miembros de la familia ocupan los diferentes puestos políticos, nombrar herederos, o concertar matrimonios, sin dejar de lado otras opciones como por ejemplo el espionaje, o la religión.
Por lo demás os contamos que junto el Modo Campaña, el cual también puede ser jugador en modo multijugador, el título nos ofrece el resto de modalidades ya clásicas en la saga como el Modo Batallas Históricas donde se recrean hasta 9 famosas batallas de la época. El Modo Batalla personalizada, en el que podremos crear nuestras propias batallas escogiendo el ejército, el mapa, etcétera, y por supuesto el Modo Batalla Multijugador en el que demostraremos nuestras dotes de general en enfrentamientos de hasta un total de 8 usurarios simultáneos.
En resumen Total War: Attila mantiene toda la esencia, profundidad y diversión que han convertido a esta saga en todo un referente en género de la estrategia, siendo un título que volverá hacer las delicias de las fans de la serie y en general de cualquier aficionado, habiéndose mejorado y corregido mucho de los fallos que se le achacaron a su predecesor, además de aportar nuevas posibilidades a la mecánica y ahondar aún más en muchos otros aspectos.
Aunque en el lado negativo hemos de decir que a pesar de las mejoras añadidas, las diferencias respecto al anterior Total War Rome II no son tantas como cabria esperar teniendo en cuenta que el juego no se ha lanzado como una expansión, si no como un título independiente, y de hecho nos ha parecido que se aprovecha demasiado la misma base de la pasada entrega pudiéndosele considerar incluso una continuación directa del mismo ya que ambos se ambientan en periodos de la historia muy cercanos, algo que puede decepcionar a quienes esperasen un poco más de originalidad e innovación, si bien eso no es impedimento para afirmar que estamos ante la mejor entrega vista hasta ahora tanto a nivel técnico como jugable, posicionándose una vez más como una de las mejores opciones en el campo de las estrategia histórica, al que muy pocos título de la misma temática pueden llegar si quiera hacerle sombra.