Alan Wakes American Nightmare
Alan Wake regresa a Xbox 360 con un spin-off en descarga digital centrándose ahora mucho más en el género de la acción


Alan Wake es un nombre que ha causado mucha expectación y que en su momento dio una obra prometedora que aunque no ofreciese el terror que tanto había anunciado sí supo dar al mundo una trama que mezclaba la realidad y la ficción de un escritor torturado a niveles pocas veces vistos en un videojuego. Siguiendo la filosofía de establecer una conexión entre primera y segunda parte a través de unos episodios descargables la historia de Alan Wake se acerca finalmente a su clímax.
La trama continúa lo ocurrido en los anteriores DLCs con Wake prisionero de las sombras ahora encarnadas en el malamente traducido señor Chirrido un sombrío doppelganger que amenaza con destruir a Alan física y moralmente. Atrapado en su propia realidad el escritor intenta escapar alterando el curso de los hechos para así romper el patrón y enfrentarse directamente a su enemigo. Esto delimita enormemente el horizonte del juego ahora limitado a tres escenarios y tres nuevos personajes sin mucho interés o personalidad. La mecánica esta vez se reduce simplemente a ir de un punto a otro para interactuar de forma repetitiva con el entorno aunque esta vez siquiera su argumento logra salvarle de esta monotonía.
Este es un puente sin interés que sólo sirve para explicitar lo que cualquiera puede suponer sobre el destino del escritor y apenas avanza un paso en su trama real. Además el juego pierde en muchas de las señas que tan grande hacían al original pasando de una historia que bebía de fuentes tan refinadas como La casa de las hojas a ser una ficción pulp cuya mayor influencia es el programa Los límites de la realidad. El juego pierde la mística y la experimentación de los anteriores y el misterio y la intriga desaparecen para dar lugar a una trama plana y mucho más basada en la acción.
No hay momentos de especulación ni secretos ocultos e incluso las páginas del manuscrito que Alan encuentra durante el juego pierden su interés para profundizar en lo innecesario redundar en lo conocido y explicar lo inmediato. Si bien en un momento el juego muestra sus verdaderos colores y logra introducir la semilla de la incertidumbre esto se desvanece totalmente al ver de inmediato un patrón que no tarda en traducirse en puro tedio.
La trama se desarrolla de modo casi episódico mostrando tres nuevos personajes que apenas tienen importancia en sus propios escenarios y cuyo destino no se revela o poco importa. Para más inri el juego pierde la dimensión fuertemente fílmica de sus cinemáticas y donde antes se disfrutaba de unas escenas cuidadosamente dirigidas y fotografiadas para imitar la atmósfera de una serie de alto presupuesto ahora lo más que da al jugador son unos vagos e inexpresivos planos sin interés que remiten al tradicional tedio visual del diálogo en un RPG.
El único enigma a resolver la naturaleza del Sr. Chirrido se pierde al adivinarse rápidamente una mala imitación del Joker que HeathLedger interpretó un estereotipo al que otros han sabido añadir las notas de las que este carece dejando solamente unas secuencias de tortura y amenaza vacías de contenido.
A nivel jugable los cambios son hacia lo sutil. Ya no hay fases de conducción y se pierden ciertos detalles como la necesidad de encender los motores. Esto causa respectivamente que el juego pase del terror costumbrista y atmosférico que ofrecía el primero a una historia de acción pulp directa y que se pierda la tensión del momento límite y la aversión a la noche y la oscuridad.
El reducido tamaño de los escenarios sumado a la constante presencia de un personaje al que se puede regresar siempre que se quiera y la gran cantidad de focos a los que acudir hacen que la sensación de indefensión y soledad que había aprendido a manejar el original se desvanezcan por completo y aunque ahora los mapas son más abiertos la inclusión de un minimapa que marca todos los elementos que hay en él quitan la emoción de la genuina exploración y descubrimiento que había logrado el original. Las reglas de combate del original y el juego de luces y sombras que plantea se mantienen y la introducción de nuevos enemigos dificultan y hacen más estratégicas las peleas lo cual se potencia en el modo arcade que ofrece el juego que desafía al usuario a sobrevivir en soledad durante un tiempo limitado a oleadas crecientes de enemigos.
Para concluir el juego continúa usando el motor del original a lo cual ofrece suaves animaciones escenarios detallados y naturalistas y una fantástica recreación de la luz aunque la paleta de colores cambia de los azulados a unos tonos más ocres para corresponderse a su nueva filosofía pulp.
Si bien muchos puentes se deben cruzar American Nightmare no es necesariamente uno de ellos. Incapaz de profundizar en su potente historia o de intrigar al jugador con algún misterio esta obra desvía su estilo hacia unas formas más enfocadas a la acción directa para distanciarse de las virtudes más sutiles del original. Este es un juego que sólo merece la pena adquirirse por fanatismo a la saga y cuando amanezca y Alan Wake continúe fuera del DLC todo lo que se haya aprendido aquí será inútil e innecesario.