PS4

Vídeo análisis de Dragon Quest Builders

Fabrica distintas herramientas con los materiales que reunas y reconstruye pueblos y ciudades para que la vida resurja con Dragon Quest Builders, un nuevo spin-off de la franquicia para PlayStation 4 y PSVita, que coincide con el 30º aniversario de la saga, del que os hablamos en profundidad en nuestro análisis.

Cartel Dragon Quest Builders
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Su historia nos lleva hasta Alefgrado, un reino que generaciones atrás fue asolado por el traicionero Draconarius, señor de todos los monstruos, el cual persuadió al héroe que estaba destinado a derrotarlo para que se uniera a su causa. Por culpa de las maquinaciones mágicas de este vil villano, la humanidad se disipó y perdió la capacidad de construir. La propia creatividad pasó a ser un concepto legendario y las gentes de Alefgrado se vieron obligadas a vagar por las ruinas de su antiguo hogar rebuscando entre los escombros para sobrevivir.

Ahora surge una figura legendaria, un héroe elegido por la mismísima Diosa dispuesto a devolverle el don de la creación a los habitantes de Alefgrado. Sólo cuando la maravilla de la imaginación regrese a estas tierras la humanidad podrá derrocar al malvado Draconarius de una vez por todas.

Nada más comenzar nos toca elegir el sexo del protagonista y encontramos un completo tutorial que nos explica detalladamente sus mecánicas y controles.

Jugablemente estamos ante un título de rol que se desarrolla desde una perspectiva en tercera persona en el que recolectar diferentes materiales del escenario y de los enemigos para satisfacer las peticiones de los habitantes y crear diferentes útiles. Al cumplir con sus exigencias y explorar su gran mundo nos hacemos con nuevas recetas que nos permiten ir ampliando nuestros conocimientos sobre la creación y construcción de útiles. Los controles funcionan bastante bien y es muy sencillo crear las estructuras que deseemos gracias a una interfaz que funciona a la perfección.

El protagonista tiene la necesidad de comer para recuperar energías, lo que nos obliga a estar pendientes en todo momento de su alimentación. Además hay que tener siempre en cuenta su vitalidad para evitar la muerte, aunque contamos con objetos que pueden recuperarla. Un detalle a tener en cuenta es que los espacios en los que llevar objetos son limitados, por lo que gestionar bien el inventario y los cofres es esencial para la supervivencia.

Los enemigos son visibles en todo momento por el escenario y los combates se desarrollan en tiempo real. Es uno de los aspectos más simples de todo el juego, limitándonos a atacar y esquivar las acometidas de los enemigos. Al menos podemos utilizar ciertos útiles como bombas o nuevas técnicas al avanzar, pero le hubiera sentado bien el ser algo más profundo. Los enemigos son más poderosos y agresivos al caer la noche, por lo que nos recomiendan descansar en la base hasta el día siguiente. Cuando derrotamos a los monstruos conseguimos materiales cuya calidad depende del poder de la criatura.

Nuestro personaje no tiene niveles, estando determinado su poder por su vitalidad, que puede mejorarse con Simientes de Vida, y el equipamiento que lleva encima, teniendo éste cierta resistencia. Esto quiere decir que su uso es limitado y equiparnos en cada momento el adecuado puede hacer que ahorremos recursos.

El nivel de la ciudad, sin embargo, aumenta a medida que vamos creando nuevas salas y las preparamos, lo que hace que lleguen nuevos habitantes al lugar y desbloqueemos nuevas misiones. Dependiendo de los contenidos que haya en esas salas, los habitantes se dedicarán a una u otra tarea, consiguiendo así que preparen comida o que nos ayuden a defender nuestra ciudad cuando es atacada por los monstruos, entre otros usos. Para crear unas determinadas salas o estructuras contamos con planos que colocamos en el suelo y nos indican en todo momento los elementos que nos faltan para completarla.

Su mundo no está interconectado, contando con diferentes zonas de bastante amplitud y cargadas de secretos. Estos lugares cuentan con muchas zonas ocultas que nos invitan a explorar, ya que suelen contener las recetas y materiales más valiosos de todo el juego. Aquí también suelen estar los enemigos más poderosos.

Lo que menos nos ha gustado es que su historia se divide en capítulos y que, al completarlos y pasar de uno a otro, perdemos todo nuestro progreso y nos toca empezar desde cero. Cada capítulo cuenta con su propio terreno a explorar y un determinado número de desafíos secundarios a completar, estando algunos limitados por tiempo. El argumento además cambia de uno a otro, aunque suelen contar también con detalles de la historia personal del protagonista.

Para compensar la falta de continuidad entre capítulos, contamos con un modo de creación libre que se amplía con las recetas, materiales y lugares que poco a poco vamos desbloqueando en la historia. Este lugar ofrece toda la libertad que no encontramos en la campaña, permitiendo dar rienda suelta a nuestra imaginación.

Gráficamente es algo simple, pero gracias a los geniales diseños de Akira Toriyama se consigue un aspecto muy simpático. Los personajes y criaturas están muy bien modelados y animados, mientras que los escenarios resultan algo sencillos por estar recreados con cubos al estilo de los juegos clásicos de la franquicia, pero es comprensible por el alto nivel de destrucción y construcción. De vez en cuando quedan algunos cubos en el aire sin ninguna sujeción, algo que choca en determinados momentos. Los efectos, como la iluminación, están muy cuidados, y funcionan con mucha fluidez.

La banda sonora es muy buena, contando con temas clásicos de la saga y otros remezclados de mucha calidad. Los efectos de sonido también son los mismos que hemos podido disfrutar a lo largo de toda la franquicia, por lo que en ambos apartados encontramos un gran trabajo. Los subtítulos están en completo castellano, por lo que podéis seguir a la perfección su argumento y mecánicas sin ningún problema.

Dragon Quest Builders es, como conclusión, un título tremendamente divertido, conservando algunos elementos clásicos de la saga mezclados a la perfección con el estilo de juego de Minecraft. Sus controles funcionan muy bien y poder manejar la cámara ofrece mucha libertad a la hora de construir. Hay detalles mejorables, como el hecho de perder todo nuestro progreso en la historia al cambiar de capítulo o la simpleza de las batallas, pero en general cumple con creces.

Técnicamente no está nada mal, destacando sobre todo los geniales diseños de personajes y criaturas. La banda sonora también es muy buena, conservando la calidad de la saga Dragon Quest.

Un spin-off que gustará a los seguidores de la franquicia y a los que disfruten con la elaboración de materiales y creando grandes estructuras, siendo muy profundo en este aspecto.